Bueno en mi caso lo que sucedió fue que...
Yo era muy creyente, estudiaba mi biblia diligentemente, me gustaba mucho estudiar doctrina, explicarla, verla desde nuevos puntos, discutir, compartir. Estas cosas me llevaron incluso a ser orador y maestro, enseñaba biblia, tenía muchos libros acerca de doctrina, la concordancia exhaustiva de Strong. Iba de iglesia en iglesia dando temas, la gente le gustaba bastante de hecho que los visitara.
Ahora bien, tras años de estudio comencé a notar ciertas cosas, entre más dentro iba de la escritura más cosas extrañas notaba, incoherencias no tanto del lado científico, sino más bien entre un libro y otro. Me salieron muchas dudas, pero como era un ferviente estudioso lo que hacia era tratar de entenderlas a la luz de la mismas escrituras.
Luego un día me pidieron preparar un tema acerca del origen de la biblia, comencé a investigar (no en fakepedia) y encontré cosas que antes no había considerado, por ejemplo como libros profeticos como Daniel no eran considerados proféticos dentro del mismo Judaísmo, encontré también que Satanás prácticamente vino a ser una invención tardía dentro del mismo Israel, cómo el concepto de Luficer difería del de Satanás, entre otros.
Todo esto me llevó a cuestionar muchas cosas, comencé a aceptar la posibilidad que todo era una falasia, cuestionar cosas como por ejemplo ya han pasado 2000 mil años desde la supuesta llegada del mesías y que el mismo juró que volvería y que no pasaría "ésta generación" hasta que todo aconteciera, pero ya han pasado unas 14 generaciones y nada de nada.
La detonante final (para ir terminando la historia) fue un día que mi hija se enfermó, no era algo grave, una simple fiebre y mucha tos, recuerdo que oré y oré porque no me gustaba verla en esa condición, pedí algo tan sencillo como que el omnipotente le quitara la tos, realmente tenía fe, eran años y años de creer, predicar, estudiar. Estaba seguro que algo tan sencillo como quitar una tos y desaparecer una fiebre era una tarea sencilla para el ser a quien había profesado fe durante tantos años.
NUNCA sucedió, llamé a la pediatra y me dijo que le diera un medicamento llamado Colirín, lo compré, administré la dosis indicada por la doctora y en cuestion de media hora la fiebre bajo y la tos desapareció.
Ahí fue donde me di cuenta que había mas omnipotencia en un frasco de Colirín que en el ser que yo creía siempre cuidaba de sus hijos y que había prometido que "todo lo que pideres al padre en mi nombre os será hecho".
Ahora, años después, vivo tranquilo, me va mejor, no le temo a fantasmas ni demonios (porque se que no existen), trato de ser una buena persona porque creo que eso nos hace mejores individuos, no le temo a ningún castigo futuro y no espero un paraíso inventado, sino que trato de que mi vida con mi hija sea esa felicidad anhelada.
Respeto mucho a los creyentes porque se lo que es manifestar fe y fervor en un ser superior. No descarto tampoco la existencia de una entidad suprema, aunque ultimamente tiendo a aceptar que lo que la gente llama y considera ser supremo que dió origen a todas las cosas es el universo mismo, que ha existido desde siempre y siempre va a existir.
Saludos,