OK, acá va la primera entrada sobre el tema(s) a discusión:
Yo no soy ateo, pero tampoco soy religioso y no sé si me consideraría agnóstico. Como todos o casi todos los ateos acá, he tenido mi formación religiosa. 7 años en un colegio evangélico, familia católica con una tía en particular que trato de que yo hiciese la primera comunión (el domingo que me tocaba no dije nada y no fui, se dieron cuenta 2 semanas después), la cual nunca hice ni pienso hacerla ya. Tengo, además, familia testigo de Jehová.
Curiosamente creo que tuve la suerte de empezar a ver las cualidades de muchos religiosos muy temprano en mi vida, cuando en el colegio que estaba no respetaban que alguien profesase otra religión y le obligaran a participar activamente en los cultos que ellos llamaban “clases de capilla”. El director del colegio era también pastor y aunque hablase todos los lunes en el acto cívico sobre rectitud y valores morales con base en el “buen libro”, terminó robando fondos del dinero destinado a construir el gimnasio de la institución, además de recibir varias demandas de acoso sexual. Su hijo, supuesto muchacho recto y muy moral, fue baleado y estuvo un tiempo preso por problemas de drogas, no que las usase, más bien las comerciaba. Estos son solo unos ejemplos de las primeras cualidades de esta gente “moralmente correcta” que iniciaron mi proceso de cuestionamiento.
Tuve, también, la suerte de que mi padre compró varias enciclopedias con temas tan diversos como historia, ciencias naturales, astronomía y muchos temas más. Así fue como inicio mi exposición a temas tan diversos y tan distintos a los dogmas que me inculcaban en la escuela y en mi familia. En estos libros me vi expuesto a dos de las teorías más relevantes, a mi criterio, que el ser humano ha logrado desarrollar, la Teoría de la Gran Explosión y la Teoría del Origen de las Especies por medio de la Selección Natural, la cual cumple 150 años este año. Recuerdo que durante una clase de ciencias, donde mi profesora nos explicaba por primera vez la teoría de Darwin, yo estaba más que emocionado de por fin escuchar a alguien con mayor experiencia y conocimiento sobre un tema el cual ya tenía dos o tres años de estar familiarizado por iniciativa propia en mis lecturas. Grande fue mi sorpresa cuando, al final de la lección, la profesora termino desechando todo lo que había expuesto al pronunciar una frase completamente fuera de contexto con la lección, “pero como todos sabemos, nada de esto realmente ocurrió, sino más bien lo que la biblia explica en el Génesis”.
Durante los siguientes años leí aun más sobre ciencias e historia. Dentro de esta última, entre los temas que más me apasionan, están los que tratan sobre la historia de la biblia y las religiones, en especial sobre los hechos realizados en nombre de la iglesia católica. No voy a hondar mucho en ellos en este momento, pero como todos han sacado a colación en algún punto de este foro, la Santa Inquisición Española, las Cruzadas, la ansia de poder de muchos Papas a través de la historia y los fraudes cometidos por ellos, uno de los cuales ha ilustrado hasta que punto podría llegar la iglesia, como cuando se falsifico el testamento de un rey italiano, quien presuntamente le heredaba el trono de Italia al Papa. (No recuerdo los nombres de los involucrados en este momento, prometo buscarlos y ponerlos más adelante).
Agnóstico. Como dije, no estoy seguro si lo soy, por definición de la RAE, se podría decir que si. Lo que si podría asegurar es que soy escéptico y como tal no puedo estar cerrado a las diferentes posibilidades que brinda este gran universo. No confundan esto con el dicho popular, que personalmente detesto, “No hay que creer ni dejar de creer”. Trato de no jactarme de tener una respuesta concreta a un asunto tan complicado como la existencia o no de alguna deidad, llámenla como quieran. Lo que creo en este respecto es que, si de verdad existe una fuerza, deidad o ente creador del universo y las diferentes leyes (naturales) que lo rigen, no lo veo violándolas y cambiándolas a su antojo para manifestar su poder. Creo que si de verdad existiese, su grandeza se vería reflejada en detalles tan minúsculos e increíbles por su significancia, tales como el hecho de que la materia que nos forma se forjo en el interior de estrellas destruidas millones de años en el pasado. Que nuestros cuerpos son construidos con las instrucciones escritas con cuatro nucleótidos distintos en el ADN y este mismo está estrechamente ligado al ADN de todo ser vivo en este planeta.