Disculpen por el doble post, pero hace unos días encontré esta historia, de la vida real, escrita sin ningún objetivo literario pues mas bien parece una confesión tipo desahogo de una madre que finalmente aceptó la homosexualidad no solo de su hijo sinó también la de su marido, con quien estuvo casada por 30 años segun ella misma lo explica
Talvés sirva de ejemplo para lo que me refiero, recuerdo que es una copia textual de una confesión de una mujer en un blog...
25/10/2005 - Mirá, saber que tu hijo es un... un homosexual.
Vos no tenés idea. A una se le viene el mundo encima. Querés agarrar a patadas a todos los maricones. Por cochinos, mañosos. No entedés cómo pudo haberte pasado. Comenzás a buscar excusas, a buscar culpables:
Quizás, si hubieras tenido más hermanos hombres. Quizás, ¿fue tu papá, no te llevó al fútbol? ¿Alguno de los empleados te hizo algo? O, ¿fui yo, la que te fallé como mamá? Vos tenías clases de tenis. Tu papá y yo veníamos de la finca cuando nos dijeron que nos esperaban en el Club. Entramos a la oficina del administrador y a quemarropa nos anunció: Vamos a prohibirle la entrada a su hijo. En el Country no se tolera este comportamiento: Lo encontraron desnudo con un hombre en la ducha del sauna ... Esa sentencia confirmó temores que yo quería acallar... Tu papá y yo lo sabíamos. Yo, más que tu papá. No hay corazón traidor a su dueño. Pero, ¡a los 12 años! Yo esperaba que eso sucediera a tus 18 años, a tus 25 años, a tus nunca años.
Por dicha no supiste decirnos quién era el sinvergüenza ése con quien te pescaron. Te juro que en ese momento, yo lo habría mandado a matar.
¿Sabés? Esa fue la razón por la que vendimos la casa, las acciones del Club y nos vinimos a refundir hasta acá. A mí se me caí la cara de vergüenza y tu papá no quería salir ni a la acera. ¡Qué vergüenza! Por Dios, ¡qué pena!
Yo, por muchas noches, me preguntaba que si te habrían violado. Que si un maricón te habría pegado la mariconería. Que si te habían forzado a meterte a esa ducha. Que si era la primera vez, o ya eras recurrente. Que si fueron compañeros en clases de educación física. Porque a ningún hombre le gusta otro hombre por causas normales. Eso es por un trauma, por una agresión o abusos, vos sólo no nunca un hijo mío. Muchas noches lo pensé
Pero el miedo a las respuestas a la sexualidad y a la homosexualidad, nunca me dejó preguntártelo. Yo soy una mujer de otra generación. Los maricas de mi época eran una desgracia: Un mamotrecho entre un hombre sin decencia y una prostituta. A tu papá y a mí nos preocupaba que vos fueras a ser como Juliancito , el peluquero que tenía un negocio sobre la Avenida Central, al lado del Palacio de Modas : Flaquito, flaquito, afeminado, teñido, con los pantalones por aquí y en donde, muchas de nosotras sabíamos que algunos de los maridos de las otras, pasaban parte de la noche Bueno, de la tarde y la mañana, también. A tu papá, lo golpeó mucho más. Por ser hombre, me imagino, se sintió amenazado y defraudado. Vos y él en la finca . Vos y él de paseos de hombres . Vos y él de tragos ... un vos y él que nunca fue.
¿Verdad que se distanció mucho? Él quería nietos tuyos. Era lo que tenía que suceder: Casarte, tener hijos y una vida normal. Aunque fueras donde el peluquero una vez por semana. ¡Pero tener una familia! Y vos no lo hiciste.
Vos creciste más reservado después del espectáculo en el Club. ¿Fue por la forma en que te trataron allí, cuando te pescaron? ¿Fue la molida a palos que te di cuando volvimos de la reunión con el administrador? No tenés idea de la ganas que tenía yo de arrancarte la mariconería. Las ganas que tenía que fueras un hombre de verdad para una mujer... Y no un hombre de verdad para otro hombre... y un hombre de a medias para una mujer insatisfecha.
Yo no quería que repitieras el patrón de los maridos de muchas de mis amigas: Todos los hijos que Dios nos mande ... Una típica familia bien. Paseos los domingos con los hijos y los amigos de los hijos: Mamá, ves que yo soy mejor explorador que Carlos. Papá se pierde por la montaña cuando va con Carlos. Y cuando va conmigo volvemos rápido . Un marido de muchas horas en el negocio. Tardes de fútbol en que llegaban de noche borrachos y bolseados. Buenos maridos que nunca llegaron con manchas de pintalabios en el cuello, pero manchas de semen en el calzoncillo y olores de macho en el bigote. Eso fue lo que quise arrancarte a palos esa noche. Pero, vos siempre fuiste vos. Diferente, pero inocuo. Viviste tu vida a tu manera.
A vos, te veía llegar tarde, pero venías muy contento como para venir de la Universidad. Quería preguntarte: ¿Cómo era él? Quería saber si te quería... pero, ¿cómo lo iba a hacer? A vos, a veces, te veía triste. Defraudado. Sufriendo callado. Necesitado de una conversación como de madre a ¿hija?... Pero yo no estaba capacitada para hacerlo. A mí no me enseñaron a oír a un homosexual, pero a burlarme de ellos, sí. Tu abuela hablaba con nosotras, de madre a hija, de la manera de lidiar con los maridos. Tu abuelo les gritaba y encomendaba trabajos a tus tíos, para hacerlos hombres de provecho. ¿Cómo y de qué íbamos a hablar vos y yo? Hace ya una Navidad y dos cumpleaños tuyos que viene ese mismo muchacho con vos. Las veces que he ido a tu apartamento, por más que hayás cuidado en detalles, he visto ropa del tamaño de él en el tendedero. La última vez, a tu sobrino se le salió llamarlo tío Luis.
Vení, mi hijito. Sentate un momento, hablemos. Creo que puedo hablar con vos, al final de cuentas, estuve casada con uno igual que vos por 30 años. F.C.B. (Y no es el Barcelona Fútbol Club)
a mí esta lectura como que me impactó un poco....