Bueno, ya después de 5 o 6 meses de que ocurrió el primer relato, volvimos a visitar Guana, esta vez solos, pero con todas las intenciones de buscar el morbo. Sin más, eran alrededor de las 10 pm y como la vez pasado no habíamos podido coger duro y sabroso a la luz de la luna frente al mar, esta vez teníamos toda la intención, nuevamente aprovechamos un bar y tomamos bastante sin quedar ebrios pero lo suficiente para incrementar la calentura y deseo, así como para perder la vergüenza. Mi esposa usaba un vestido tipo beige con flores azules pequeñas, bastante corto pero holgado, caminaba con cuidado según ella porque sino le iban a ver el hilo color piel que se había puesto.
Después de un rato de baile, que estoy seguro mostró bastante, era imposible que no sucediera, calculo que el vestido era 2 o 3 cm más abajo del inicio del triangulito o del inicio de la nalga (la convencí que era más bien muy largo hahaha).
La cuestión es que la temperatura había subido bastante y queríamos coger, tanto así que ella me agarraba el pene a cada nada y yo le levantaba el vestido por delante para tocar esa vaginita 100% rasurada o si no le levantaba el vestido para dejar expuestas sus hermosas nalgas. Nos fuimos a la playa haciendo esos juegos, buscamos una silla de esas que hay en todos los hoteles, como estábamos tan calientes, una vez sentados ella delante mío abrió las piernas y comencé a acaricias ese clitoris sabroso hasta correrle el hilo y empezar a meterle los dedos, que una vez que lo hice debo decir que pocas veces la había sentido tan húmeda, desbordaba de líquidos, empezó a gemir demasiado sabroso tanto así que me pidió o me exigió que le metiera todo el pene de inmediato, lo quería adentro y bien duro por que ella se puso debajo y con la posición del misionero se la metí toda, era sabroso, gemía cada vez más duro.
Debo aclarar que no revisamos si había gente alrededor, la noche estaba algo estrellada pero no había luna, por lo que era difícil saber si había público.
Mientras cogíamos, ella seguía gimiendo como si estuviéramos en nuestra cama, yo sentía como ella se venía sabroso en mi pene. En eso noté una silueta de alguien que quiso acercarse, vi que se quedó a 10m maso, no se si para no interrumpir o para escuchar y ver lo suficiente o para masturbarse mientras se tiraba el show. A lo lejos calculo que 30 m escuché algunas voces, creo que mi esposa las notó pero el morbo y la adrenalina la exitó más, no está demás decir que prácticamente lo único que le quedaban cubiertos eran los pechos, el vestido y el hilo yacían en la arena.
En eso vimos la luz del guarda que se acercaba a una distancia medianamente lejana, creo que eso subió la intensidad y la adrenalina estaba al tope, habían altas probabilidades de mirones, también el bullicio que hacíamos, y la sensación de casi ser descubiertos, nos hizo venirnos muy sabroso. Fue de las mejores cogidas, de más morbo y adrenalina. Nos quedamos acostados un rato ya viendo hacia el cielo, mi esposa tenía las piernas llenas de fluidos y semen que le bajaba desde la vagina.
Cuando volvimos para el hotel, noté que la silueta si era una persona que se había ocultado tras un árbol, difícil que nos haya visto semi desnudos pero si escuchó todos los gemidos. Espero lo haya disfrutado así como también cualquier otro participante de escucha o vista.
