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Playa, fiesta y delicias

korvo17

VERIFICADO
Mi esposa y yo nos fuimos a un hotel lujoso de playa, allá nos esperaban unos amigos. Precisamente el primer día llegamos al hotel y nos recibieron con cócteles y algunos tragos, muy amables el personal, conforme avanzaba el día estuvimos tomando tequilas, margaritas, cócteles, de todo un poco, etc. Llegó la hora de la cena y mi esposa me mencionaba que se sentía mareada pero yo la veía muy feliz (creo que había tomado lo suficiente para andar deshinibida).

Nos alistamos para la cena y note que mientras se alistava se colocaba un vestido oscuro flojo (ante un poco de luz se podía notar lo que llevaba puesto por debajo), algo transparente y por debajo un hilo pequeño blanco, se veía deliciosa y el morbo empezó a brotar (no dejaba de pensar en las miles de posibles cosas que podían pasar para que ese hilo y esas nalgas quedarán a la vista, eso me exitaba demasiado). Así nos fuimos a la cena y yo veía a mi esposa cada vez más feliz ya disfrutando al máximo de la noche, después de la cena nos fuimos a la disco del hotel, me puse a conversar con mis amigos y estábamos tomando tequilas y pasándola bien mientras mi esposa estaba con las amigas tomando que se yo, cuanto trago les daba el bartender; se vino el momento del karaoke y veo a mi esposa bien enfiestada y sumamente eufórica, cantó, bailó y disfruto de la fiesta por alrededor de 2 horas, a eso de las 10 pm, empezaron a poner reggaeton y empezamos a bailar, noté que estaba pasada de copas pero se veía hermosa, radiante, como nunca la había visto antes. Debo aceptar que por mi mente pasaba que estaba bailando muy sensualmente con ese vestido levemente transparente y con ese hilo que me imaginaba estaba húmedo y con ganas de ser arrancado. Bailamos por alrededor de una hora más, seguimos tomando, la estábamos pasando de lo mejor.

Ella brincaba y no dejaba de moverse, sospecho que dejó ver sus nalgas y la parte frontal (triangulito blanco, probablemente mis amigos disfrutaron del show) varias veces, me gustaba saber que en la disco nos observaban y probablemente muchos deseaban estar en mi lugar (mi esposa es de muy buen ver, hermosa cintura, un trasero grande, labios carnosos, y piel canela).

El pensamiento de saber que en cualquier movimiento podía dejar ver su trasero, el hilo blanco (pensar que cada vez que brincaba sus partes podían quedar expuestas me tenía sumamente exitado). Verdaderamente soy de los hombres que gusta lucir a su mujer. Se que aunque muestre alguito, la noche de pasión la voy a disfrutar solo yo y para mi es un juego exitante verla vestida con transparencias e hilos entre más pequeños mejor, me encanta que vista con vestido cortos, y siempre jugamos a que la vea sin que ella se de cuenta y le tome fotos o videos cuando está desprevenida.

Volviendo a la historia, a eso de las 11 pm noté que ya mi esposa estaba bastante alegre tirando a pasada de copas, entonces le pedí que ya saliéramos de la disco. Saliendo ella me decía que se sentía demasiado feliz pero yo sabía que las copas le habían llegado, mientras buscábamos un lugar para descansar cerca de recepción yo iba demasiado exitado por todo lo ocurrido en la disco y por ese hilo blanco pequeño húmedo debajo de ese vestido delicioso. Nos sentamos a descansar en una banca cerca de recepción y ya estábamos muy morbos los 2. Por lo que nos besamos apasionadamente, mientras ocurría eso, le subí el vestido hasta el punto que se le viera el triangulito blanco entre esas piernas color canela. Pensé que ella se molestaría o se acomodaría el vestido (es muy recatada y solo le gusta que yo la observe, aunque ese día era como otra mujer, suelta, desinhibida) pero se dejó el vestido corrido hacia arriba y hasta abrió las piernas un poco, en eso pasó un personal del hotel el cual yo notaba que la veía disimuladamente y me exitaba más saber que podían ver un poco de lo que yo me comería en algunos minutos.
Pasados algunos minutos y después de calentarnos bastante, empezamos a bajar una colina para llegar a la playa, a medio camino nos seguimos besando y le levanté el vestido de tal forma que esas nalgas deliciosas quedaban expuestas y el hilo se le veía riquísimo como se metía entre sus partes.

Seguimos bajando y al llegar a la playa, estábamos jugando en la arena y en un movimiento (ya yo muy caliente) le bajé el hilo y se lo quité. (Me exitaba que había gente a esa hora cerca y que nos podían ver). Ella me preguntó porque lo hacía y le dije que estaba muy caliente, por lo que ella solo me dijo guardame el hilo no quiero usarlo más.
Sabiendo que estaba con ese vestido sexi, y ya sin nada por debajo, yo estaba al borde de la locura de exitación. Nos sentamos en unas sillas y ambos afectados por el alcohol y la euforia de la noche, nos tocamos. Yo le levanté el vestido, en esa área había mucha luz pero a ella no le importó, su hermosa vagina totalmente rasurada estaba expuesta a luz de la luna ( a ambos nos exitaba que nos pudieran agarrar en el acto). Estábamos locos por coger fuerte y sabroso, por lo que decidimos subir a la habitación para culminar esa maravillosa noche.

Mientras caminábamos a la habitación, ella se levantaba el vestido para mostrarme ese hermoso culo y yo corría y se lo levantaba dejándo todo a la vista, no supimos si alguien nos vio o fue testigo de nuestros juegos de exhibición, pero estábamos muy mojados y exitados.

No habíamos llegado a la habitación y ya íbamos casi desnudos, mientras subíamos las escaleras del edificio que nos habían asignado, mi esposa se quitó el vestido y quedó solo con el brasier el cual retiré tan pronto pude. Al frente había otro edificio con bastantes habitaciones, supongo que si alguien estaba despierto pudo disfrutar del show.

Ya en la habitación mi esposa me pegó la mejor mamada de mi vida. Su exitación no paraba, me pedía que le metiera el pene y luego lo sacaba y lo saboreaba, el placer estaba en su clímax, mientras seguíamos en ese momento de sexo desenfrenado, me pidió que no terminara aún que fuéramos al balcón y finalizaramos a luz de la luna, desnudos, expuestos, sin nada que ocultar, sin importar si alguien nos veía, daríamos el mejor fin a nuestro show del mejor sexo. Fuimos al balcón, nunca pusimos cuidado si alguien nos observaba o nos escuchaba, la penetré por detrás. Ella se movía y gemía como nunca mientras se agarraba del borde del balcón, ambos desnudos, el cuerpo de ella pedía más, por lo que nos tocamos, nos exhibidos, disfrutamos en ese balcón como si no hubiera un mañana. Hasta que ella me pidió que descargará toda la leche en su hermosa rasurada vagina, por lo que la complací, prácticamente sentía sus fluidos bajar por mis piernas, sus labios vaginales estaban sumamente hinchados, sabía que era hora de culminar la faena y descargué toda la leche guardada desde horas de la tarde donde el tanque estuvo llenándose más y más con el morbo acumulado. De ese disfrute de verla en ese vestido corto, semitransparente, con ese hilo que con poco movimiento quedaba o podía quedar expuesto a la mirada de los curiosos, quedando con la duda de si alguna cámara nos grabó mientras estuvimos en la playa donde ella dejó su vagina color canela a la luz cálida que deja el hotel encendida, o con la incertidumbre de la adrenalina si nos habrán visto subir desnudos hasta la habitación. Todo eso me hizo estallar y culminé la faena. La mejor noche, de las de mayor morbo. Debo decir que me hubiera gustado que cogieramos también en la playa pero no nos atrevimos porque el hotel tenía un oficial que cuidaba durante noche. En fin, espero que disfruten este relato, vivido recientemente y disfrutado al máximo como no pueden imaginar.
 
Mi esposa y yo nos fuimos a un hotel lujoso de playa, allá nos esperaban unos amigos. Precisamente el primer día llegamos al hotel y nos recibieron con cócteles y algunos tragos, muy amables el personal, conforme avanzaba el día estuvimos tomando tequilas, margaritas, cócteles, de todo un poco, etc. Llegó la hora de la cena y mi esposa me mencionaba que se sentía mareada pero yo la veía muy feliz (creo que había tomado lo suficiente para andar deshinibida).

Nos alistamos para la cena y note que mientras se alistava se colocaba un vestido oscuro flojo (ante un poco de luz se podía notar lo que llevaba puesto por debajo), algo transparente y por debajo un hilo pequeño blanco, se veía deliciosa y el morbo empezó a brotar (no dejaba de pensar en las miles de posibles cosas que podían pasar para que ese hilo y esas nalgas quedarán a la vista, eso me exitaba demasiado). Así nos fuimos a la cena y yo veía a mi esposa cada vez más feliz ya disfrutando al máximo de la noche, después de la cena nos fuimos a la disco del hotel, me puse a conversar con mis amigos y estábamos tomando tequilas y pasándola bien mientras mi esposa estaba con las amigas tomando que se yo, cuanto trago les daba el bartender; se vino el momento del karaoke y veo a mi esposa bien enfiestada y sumamente eufórica, cantó, bailó y disfruto de la fiesta por alrededor de 2 horas, a eso de las 10 pm, empezaron a poner reggaeton y empezamos a bailar, noté que estaba pasada de copas pero se veía hermosa, radiante, como nunca la había visto antes. Debo aceptar que por mi mente pasaba que estaba bailando muy sensualmente con ese vestido levemente transparente y con ese hilo que me imaginaba estaba húmedo y con ganas de ser arrancado. Bailamos por alrededor de una hora más, seguimos tomando, la estábamos pasando de lo mejor.

Ella brincaba y no dejaba de moverse, sospecho que dejó ver sus nalgas y la parte frontal (triangulito blanco, probablemente mis amigos disfrutaron del show) varias veces, me gustaba saber que en la disco nos observaban y probablemente muchos deseaban estar en mi lugar (mi esposa es de muy buen ver, hermosa cintura, un trasero grande, labios carnosos, y piel canela).

El pensamiento de saber que en cualquier movimiento podía dejar ver su trasero, el hilo blanco (pensar que cada vez que brincaba sus partes podían quedar expuestas me tenía sumamente exitado). Verdaderamente soy de los hombres que gusta lucir a su mujer. Se que aunque muestre alguito, la noche de pasión la voy a disfrutar solo yo y para mi es un juego exitante verla vestida con transparencias e hilos entre más pequeños mejor, me encanta que vista con vestido cortos, y siempre jugamos a que la vea sin que ella se de cuenta y le tome fotos o videos cuando está desprevenida.

Volviendo a la historia, a eso de las 11 pm noté que ya mi esposa estaba bastante alegre tirando a pasada de copas, entonces le pedí que ya saliéramos de la disco. Saliendo ella me decía que se sentía demasiado feliz pero yo sabía que las copas le habían llegado, mientras buscábamos un lugar para descansar cerca de recepción yo iba demasiado exitado por todo lo ocurrido en la disco y por ese hilo blanco pequeño húmedo debajo de ese vestido delicioso. Nos sentamos a descansar en una banca cerca de recepción y ya estábamos muy morbos los 2. Por lo que nos besamos apasionadamente, mientras ocurría eso, le subí el vestido hasta el punto que se le viera el triangulito blanco entre esas piernas color canela. Pensé que ella se molestaría o se acomodaría el vestido (es muy recatada y solo le gusta que yo la observe, aunque ese día era como otra mujer, suelta, desinhibida) pero se dejó el vestido corrido hacia arriba y hasta abrió las piernas un poco, en eso pasó un personal del hotel el cual yo notaba que la veía disimuladamente y me exitaba más saber que podían ver un poco de lo que yo me comería en algunos minutos.
Pasados algunos minutos y después de calentarnos bastante, empezamos a bajar una colina para llegar a la playa, a medio camino nos seguimos besando y le levanté el vestido de tal forma que esas nalgas deliciosas quedaban expuestas y el hilo se le veía riquísimo como se metía entre sus partes.

Seguimos bajando y al llegar a la playa, estábamos jugando en la arena y en un movimiento (ya yo muy caliente) le bajé el hilo y se lo quité. (Me exitaba que había gente a esa hora cerca y que nos podían ver). Ella me preguntó porque lo hacía y le dije que estaba muy caliente, por lo que ella solo me dijo guardame el hilo no quiero usarlo más.
Sabiendo que estaba con ese vestido sexi, y ya sin nada por debajo, yo estaba al borde de la locura de exitación. Nos sentamos en unas sillas y ambos afectados por el alcohol y la euforia de la noche, nos tocamos. Yo le levanté el vestido, en esa área había mucha luz pero a ella no le importó, su hermosa vagina totalmente rasurada estaba expuesta a luz de la luna ( a ambos nos exitaba que nos pudieran agarrar en el acto). Estábamos locos por coger fuerte y sabroso, por lo que decidimos subir a la habitación para culminar esa maravillosa noche.

Mientras caminábamos a la habitación, ella se levantaba el vestido para mostrarme ese hermoso culo y yo corría y se lo levantaba dejándo todo a la vista, no supimos si alguien nos vio o fue testigo de nuestros juegos de exhibición, pero estábamos muy mojados y exitados.

No habíamos llegado a la habitación y ya íbamos casi desnudos, mientras subíamos las escaleras del edificio que nos habían asignado, mi esposa se quitó el vestido y quedó solo con el brasier el cual retiré tan pronto pude. Al frente había otro edificio con bastantes habitaciones, supongo que si alguien estaba despierto pudo disfrutar del show.

Ya en la habitación mi esposa me pegó la mejor mamada de mi vida. Su exitación no paraba, me pedía que le metiera el pene y luego lo sacaba y lo saboreaba, el placer estaba en su clímax, mientras seguíamos en ese momento de sexo desenfrenado, me pidió que no terminara aún que fuéramos al balcón y finalizaramos a luz de la luna, desnudos, expuestos, sin nada que ocultar, sin importar si alguien nos veía, daríamos el mejor fin a nuestro show del mejor sexo. Fuimos al balcón, nunca pusimos cuidado si alguien nos observaba o nos escuchaba, la penetré por detrás. Ella se movía y gemía como nunca mientras se agarraba del borde del balcón, ambos desnudos, el cuerpo de ella pedía más, por lo que nos tocamos, nos exhibidos, disfrutamos en ese balcón como si no hubiera un mañana. Hasta que ella me pidió que descargará toda la leche en su hermosa rasurada vagina, por lo que la complací, prácticamente sentía sus fluidos bajar por mis piernas, sus labios vaginales estaban sumamente hinchados, sabía que era hora de culminar la faena y descargué toda la leche guardada desde horas de la tarde donde el tanque estuvo llenándose más y más con el morbo acumulado. De ese disfrute de verla en ese vestido corto, semitransparente, con ese hilo que con poco movimiento quedaba o podía quedar expuesto a la mirada de los curiosos, quedando con la duda de si alguna cámara nos grabó mientras estuvimos en la playa donde ella dejó su vagina color canela a la luz cálida que deja el hotel encendida, o con la incertidumbre de la adrenalina si nos habrán visto subir desnudos hasta la habitación. Todo eso me hizo estallar y culminé la faena. La mejor noche, de las de mayor morbo. Debo decir que me hubiera gustado que cogieramos también en la playa pero no nos atrevimos porque el hotel tenía un oficial que cuidaba durante noche. En fin, espero que disfruten este relato, vivido recientemente y disfrutado al máximo como no pueden imaginar.
Riquísimo, en cual hotel fue?? Vale la pena saber donde uno se puede relajar a tal nivel…
 
Mi esposa y yo nos fuimos a un hotel lujoso de playa, allá nos esperaban unos amigos. Precisamente el primer día llegamos al hotel y nos recibieron con cócteles y algunos tragos, muy amables el personal, conforme avanzaba el día estuvimos tomando tequilas, margaritas, cócteles, de todo un poco, etc. Llegó la hora de la cena y mi esposa me mencionaba que se sentía mareada pero yo la veía muy feliz (creo que había tomado lo suficiente para andar deshinibida).

Nos alistamos para la cena y note que mientras se alistava se colocaba un vestido oscuro flojo (ante un poco de luz se podía notar lo que llevaba puesto por debajo), algo transparente y por debajo un hilo pequeño blanco, se veía deliciosa y el morbo empezó a brotar (no dejaba de pensar en las miles de posibles cosas que podían pasar para que ese hilo y esas nalgas quedarán a la vista, eso me exitaba demasiado). Así nos fuimos a la cena y yo veía a mi esposa cada vez más feliz ya disfrutando al máximo de la noche, después de la cena nos fuimos a la disco del hotel, me puse a conversar con mis amigos y estábamos tomando tequilas y pasándola bien mientras mi esposa estaba con las amigas tomando que se yo, cuanto trago les daba el bartender; se vino el momento del karaoke y veo a mi esposa bien enfiestada y sumamente eufórica, cantó, bailó y disfruto de la fiesta por alrededor de 2 horas, a eso de las 10 pm, empezaron a poner reggaeton y empezamos a bailar, noté que estaba pasada de copas pero se veía hermosa, radiante, como nunca la había visto antes. Debo aceptar que por mi mente pasaba que estaba bailando muy sensualmente con ese vestido levemente transparente y con ese hilo que me imaginaba estaba húmedo y con ganas de ser arrancado. Bailamos por alrededor de una hora más, seguimos tomando, la estábamos pasando de lo mejor.

Ella brincaba y no dejaba de moverse, sospecho que dejó ver sus nalgas y la parte frontal (triangulito blanco, probablemente mis amigos disfrutaron del show) varias veces, me gustaba saber que en la disco nos observaban y probablemente muchos deseaban estar en mi lugar (mi esposa es de muy buen ver, hermosa cintura, un trasero grande, labios carnosos, y piel canela).

El pensamiento de saber que en cualquier movimiento podía dejar ver su trasero, el hilo blanco (pensar que cada vez que brincaba sus partes podían quedar expuestas me tenía sumamente exitado). Verdaderamente soy de los hombres que gusta lucir a su mujer. Se que aunque muestre alguito, la noche de pasión la voy a disfrutar solo yo y para mi es un juego exitante verla vestida con transparencias e hilos entre más pequeños mejor, me encanta que vista con vestido cortos, y siempre jugamos a que la vea sin que ella se de cuenta y le tome fotos o videos cuando está desprevenida.

Volviendo a la historia, a eso de las 11 pm noté que ya mi esposa estaba bastante alegre tirando a pasada de copas, entonces le pedí que ya saliéramos de la disco. Saliendo ella me decía que se sentía demasiado feliz pero yo sabía que las copas le habían llegado, mientras buscábamos un lugar para descansar cerca de recepción yo iba demasiado exitado por todo lo ocurrido en la disco y por ese hilo blanco pequeño húmedo debajo de ese vestido delicioso. Nos sentamos a descansar en una banca cerca de recepción y ya estábamos muy morbos los 2. Por lo que nos besamos apasionadamente, mientras ocurría eso, le subí el vestido hasta el punto que se le viera el triangulito blanco entre esas piernas color canela. Pensé que ella se molestaría o se acomodaría el vestido (es muy recatada y solo le gusta que yo la observe, aunque ese día era como otra mujer, suelta, desinhibida) pero se dejó el vestido corrido hacia arriba y hasta abrió las piernas un poco, en eso pasó un personal del hotel el cual yo notaba que la veía disimuladamente y me exitaba más saber que podían ver un poco de lo que yo me comería en algunos minutos.
Pasados algunos minutos y después de calentarnos bastante, empezamos a bajar una colina para llegar a la playa, a medio camino nos seguimos besando y le levanté el vestido de tal forma que esas nalgas deliciosas quedaban expuestas y el hilo se le veía riquísimo como se metía entre sus partes.

Seguimos bajando y al llegar a la playa, estábamos jugando en la arena y en un movimiento (ya yo muy caliente) le bajé el hilo y se lo quité. (Me exitaba que había gente a esa hora cerca y que nos podían ver). Ella me preguntó porque lo hacía y le dije que estaba muy caliente, por lo que ella solo me dijo guardame el hilo no quiero usarlo más.
Sabiendo que estaba con ese vestido sexi, y ya sin nada por debajo, yo estaba al borde de la locura de exitación. Nos sentamos en unas sillas y ambos afectados por el alcohol y la euforia de la noche, nos tocamos. Yo le levanté el vestido, en esa área había mucha luz pero a ella no le importó, su hermosa vagina totalmente rasurada estaba expuesta a luz de la luna ( a ambos nos exitaba que nos pudieran agarrar en el acto). Estábamos locos por coger fuerte y sabroso, por lo que decidimos subir a la habitación para culminar esa maravillosa noche.

Mientras caminábamos a la habitación, ella se levantaba el vestido para mostrarme ese hermoso culo y yo corría y se lo levantaba dejándo todo a la vista, no supimos si alguien nos vio o fue testigo de nuestros juegos de exhibición, pero estábamos muy mojados y exitados.

No habíamos llegado a la habitación y ya íbamos casi desnudos, mientras subíamos las escaleras del edificio que nos habían asignado, mi esposa se quitó el vestido y quedó solo con el brasier el cual retiré tan pronto pude. Al frente había otro edificio con bastantes habitaciones, supongo que si alguien estaba despierto pudo disfrutar del show.

Ya en la habitación mi esposa me pegó la mejor mamada de mi vida. Su exitación no paraba, me pedía que le metiera el pene y luego lo sacaba y lo saboreaba, el placer estaba en su clímax, mientras seguíamos en ese momento de sexo desenfrenado, me pidió que no terminara aún que fuéramos al balcón y finalizaramos a luz de la luna, desnudos, expuestos, sin nada que ocultar, sin importar si alguien nos veía, daríamos el mejor fin a nuestro show del mejor sexo. Fuimos al balcón, nunca pusimos cuidado si alguien nos observaba o nos escuchaba, la penetré por detrás. Ella se movía y gemía como nunca mientras se agarraba del borde del balcón, ambos desnudos, el cuerpo de ella pedía más, por lo que nos tocamos, nos exhibidos, disfrutamos en ese balcón como si no hubiera un mañana. Hasta que ella me pidió que descargará toda la leche en su hermosa rasurada vagina, por lo que la complací, prácticamente sentía sus fluidos bajar por mis piernas, sus labios vaginales estaban sumamente hinchados, sabía que era hora de culminar la faena y descargué toda la leche guardada desde horas de la tarde donde el tanque estuvo llenándose más y más con el morbo acumulado. De ese disfrute de verla en ese vestido corto, semitransparente, con ese hilo que con poco movimiento quedaba o podía quedar expuesto a la mirada de los curiosos, quedando con la duda de si alguna cámara nos grabó mientras estuvimos en la playa donde ella dejó su vagina color canela a la luz cálida que deja el hotel encendida, o con la incertidumbre de la adrenalina si nos habrán visto subir desnudos hasta la habitación. Todo eso me hizo estallar y culminé la faena. La mejor noche, de las de mayor morbo. Debo decir que me hubiera gustado que cogieramos también en la playa pero no nos atrevimos porque el hotel tenía un oficial que cuidaba durante noche. En fin, espero que disfruten este relato, vivido recientemente y disfrutado al máximo como no pueden
 
Me identifico con este tipo de aventuras, mi doña y yo siempre aprovechamos los viajes a la playa para fantasear; en una de tantas nos agarró el guachi en plena faena pero la doña siguió como si nada.
Así es, la adrenalina y el morbo combinados son de lo mejor. Además esas sensaciones lo hacen sentir vivo a uno y permiten mantener la llama ardiendo a pesar de ya tener varios años juntos
 
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA
Se pudo lucir bastante ese dia la doña, era entre semana y no habia mucha gente; había un grupo de maes jugando de ligadores y la doña se corria el bikini para que la vieran y se pasaba el bronceador por las tetas, yo super duro sabiendo que los maes la estaban deseando después se ponía bocabajo para que yo le pusiera bronceador en las nalgas y le corria el bikini para exponer esas nalgotas.😎
 
Se pudo lucir bastante ese dia la doña, era entre semana y no habia mucha gente; había un grupo de maes jugando de ligadores y la doña se corria el bikini para que la vieran y se pasaba el bronceador por las tetas, yo super duro sabiendo que los maes la estaban deseando después se ponía bocabajo para que yo le pusiera bronceador en las nalgas y le corria el bikini para exponer esas nalgotas.😎
Que buena escena y que bien que ella se apunta, no a todas les gusta o algunas se inhiben cuando hay gente.
 

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