Exigimos respeto... y tolerancia
Víctor Fernández G.
[email protected] 02:57 p.m. 19/11/2010
El diferendo político que en las últimas semanas ha enfrentado a los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua expuso, como nunca antes,
el lado más torpe, intolerante e impulsivo de muchos ticos.
Imagenes/Fotos
No había terminado el ejército pinolero de instalar su primer rancho en isla Calero y ya acá había cabezas calientes blandiendo antorchas y tridentes, exigiendo que cerremos Peñas Blancas y expulsemos a todos los nicas que aquí trabajan (y son piezas indispensables de nuestra economía), por enumerar solo dos de los absurdos que, al calor del momento, unos se han dejado decir en voz alta y otros respaldan en silencio.
Está claro que los mensajes que nos llegan del otro lado de la frontera norte no ayudan en nada a mantener la cordura, especialmente cuando el presidente Ortega, flanqueado por Rosarito y la máxima autoridad de la Iglesia Católica de su país,
lanza una diatriba incoherente y matona, sin duda caldo de cultivo para que más expresiones de intolerancia se generen en nuestros lares.
Es justo por aquella provocación pusilánime de parte de un gobernate extranjero que
los medios de comunicación nacionales están llamados a no prestarse al juego y, por el contrario, ser voces informativas y con una posición coherente con los intereses del país, pero sin caer en el alarmismo y, muchos menos, adoptando poses machoteras o de nacionalismo rechinado,
ese que despabila el guaro vaquero y “el amor por la camiseta”.
Por ello
resulta inaudito y reprochable que Repretel enfilara su amplia batería de medios televisivos y radiofónicos en una campaña que huele a oportunismo y que pide a la población forrarse de blanco, azul y rojo para “exigir respeto”.
Con voces tan autorizadas como las de
Amelia Rueda y Alexis Rojas, Repretel saca pecho y nos llama a poner en alto la tricolor, en un gesto no patriota, sino que raya en
un nacionalismo innecesario y riesgoso. Esa invasión de banderas no la verán Ortega ni sus compinches, sino los miles de nicaragüenses que hoy trabajan y aportan en suelo tico, los mismos que hoy tienen todo el derecho de sentirse atemorizados ante
tanta muestra de civismo adobado con esteroides.
En el panfletero video estrella de su campaña, Repretel nos muestra el gesto “amenazante” de un soldado nica, enfrentado a plácidas imágenes de la Madre Teresa, Gandhi y Mandela, musicalizadas con la Patriótica costarricense. Así, no nos queda ninguna duda de quiénes son los “buenos” y quienes los “malos” de esta tragicomedia.
Días atrás,
algún descerebrado tuvo la “gran” idea de arrojar un coctel molotov contra la embajada nicaragüense, en San José, seguramente con la intención de “exigir respeto”. El mismo respeto exigen en redes sociales todo tipo de extremistas: desde anormales con aires de nazis que claman por la pureza de la sangre tica hasta costarricenses “normales” que ven “normal”
subir en Facebook chistes de violenta xenofobia.
Asumamos –en el escenario más ingenuo– que
la campaña de las banderas de Repretel está hecha con las mejores intenciones y no como un intento coyuntural de posicionarse como “el (otro) canal de Costa Rica”. De ser así, bien haría ese conglomerado de comunicación en exigir respeto también para los inmigrantes, respecto para la resolución pacífica de conflictos, y respeto para el pueblo nicaragüense,
muy mal representado por su caricaturesca clase gobernante.