Un día de estos mi hija (casi 8 años) me dijo que ya no quiere asistir a la iglesia. Son la mamá y los abuelos maternos que la presionan a que vaya a una iglesia evangélica. Esto porque le meten a los niños creencias sin fundamento como que algunos dibujos animados son "malos". Dijo, con mucha madurez, que no tienen derecho a tomar decisiones por ella (refiriéndose más que todos a los abuelos y a los pastores). Esto me complació mucho y apoyé sin dudarlo su decisión. En realidad la misma mamá es creyente pero ya no asiste a dicha congregación sino en ocasiones especiales, antes sí iba a los cultos. Yo por mi parte fui criado como católico pero nunca me interesó la religión y apenas me dejaron libertad de culto dejé de pertenecer a dicha religión. Creo en Dios pero ninguna congregación me convence.
Por un tiempo fui con mi esposa a la iglesia evangélica donde iba ella, pero mi interés era fingido e interesado. En realidad yo tomaba mucho e ir a la iglesia me pareció un buen sistema para apaciguar los ánimos, así las vecinas comentaban: El esposo de X es buena persona, toma mucho pero va a la iglesia. Así podía seguir tomando sin que nadie viera algo malo en ello. Si no me equivoco hay muchísimos asistentes a las iglesias que van para ocultar algo, una infidelidad, un vicio, etc. Llegó un tiempo en que me cansé de tomar y decidí dejar de ir a bares y en general tomar cervezas, y también dejé de ir a la iglesia. Creo que mi salud física y mental ganó mucho con eso.
me quedan los recuerdos de esos pastores, en realidad eran bastante pecadores. Uno era un gordo que se preocupaba mucho por la comida, así que pecaba de gula. el otro se preocupaba mucho de la recaudación insuficiente y durante un buen porcentaje del sermón hablaba de la importancia de diezmar, así que pecaba de avaricia. Los dos cuando ya no tenían nada que decir empezaban a enrollarse y a repetirse, como que les gustaba escucharse a si mismos y tener a una audiencia, así que pecaban de soberbia.
En realidad le hicieron un gran favor a mi hija porque para mi no hay nada de malo que sea creyente, pero que aprenda que no por tener la categoría de pastores son ejemplos o hay que creer todo lo que dicen! Así se va formando una capacidad de juicio crítico.
Por un tiempo fui con mi esposa a la iglesia evangélica donde iba ella, pero mi interés era fingido e interesado. En realidad yo tomaba mucho e ir a la iglesia me pareció un buen sistema para apaciguar los ánimos, así las vecinas comentaban: El esposo de X es buena persona, toma mucho pero va a la iglesia. Así podía seguir tomando sin que nadie viera algo malo en ello. Si no me equivoco hay muchísimos asistentes a las iglesias que van para ocultar algo, una infidelidad, un vicio, etc. Llegó un tiempo en que me cansé de tomar y decidí dejar de ir a bares y en general tomar cervezas, y también dejé de ir a la iglesia. Creo que mi salud física y mental ganó mucho con eso.
me quedan los recuerdos de esos pastores, en realidad eran bastante pecadores. Uno era un gordo que se preocupaba mucho por la comida, así que pecaba de gula. el otro se preocupaba mucho de la recaudación insuficiente y durante un buen porcentaje del sermón hablaba de la importancia de diezmar, así que pecaba de avaricia. Los dos cuando ya no tenían nada que decir empezaban a enrollarse y a repetirse, como que les gustaba escucharse a si mismos y tener a una audiencia, así que pecaban de soberbia.
En realidad le hicieron un gran favor a mi hija porque para mi no hay nada de malo que sea creyente, pero que aprenda que no por tener la categoría de pastores son ejemplos o hay que creer todo lo que dicen! Así se va formando una capacidad de juicio crítico.