Resulta curioso ver algunas de las situaciones que un post como este genera, ahora resulta que la fé es un mecanismo de naturaleza casi que cuantificable por la cual se puede obtener la suspensión del orden natural de las cosas, siempre en beneficio de alguien y debidamente administrada por la deidad de turno.
Aparentemente y a tipo de cambio actual, demanda mas “cantidad” de fé la regeneración de un miembro que la sanidad de una enfermedad terminal y el caso de que la primera no suceda es consecuencia directa de una carencia del creyente, noo que vaaaa; la deidad nunca pierde.
Son racionalizaciones como esta las que confirman el grado de necesidad humana en resolver y franquear los aspectos incómodos de la vida, siempre a favor de la entidad metafísica de preferencia, confirmando que es mejor achacar las cosas que suceden a nuestra maldad que implicar como fallida la superstición que me reconforta, casi que somos un ejercicio en mentira piadosa.
Un tema como este aunque simple, arroja una verdad que resulta evidente a cualquiera que se desee acercar a leer estos post de manera objetiva: la realidad de nuestras vidas es incómodamente incompatible con la construcción existencial que nos arroja una teología fundamentalista. Algunos trataran de evadir esto, repudiando vocablos o ciertas dogmas de esta o aquella religión específica, denominandose a si mismos como "no religiosos", pero en el fondo es la misma superstición la que gobierna dichos pensamientos.