El término 'donjuanismo' se aplica al comportamiento de algunos hombres que intentan compulsivamente conquistar a distintas mujeres. Generalmente, buscan enamorar y seducir. Una vez conseguido su objetivo −la conquista− lo abandonan. Las mujeres conquistadas son para ellos una especie de trofeo o de medalla. Para él cada mujer representa un reto. Utiliza cualquier técnica o artimaña para seducirla. Y es incapaz de mantener relaciones duraderas y profundas.
La figura del Don Juan se encuentra en la literatura desde hace varios siglos. En Occidente este mito ha sido alimentado por la idea de que es más hombre quien tiene o conquista a más mujeres. La idea machista de que el varón se encuentra muy por encima de la mujer también contribuye a este fenómeno. El Don Juan cuenta con una identidad inmadura, por eso intenta demostrar su masculinidad conquistando a un gran número de féminas. Son voraces en el enamoramiento y juegan con los sentimientos de la otra persona. Su prioridad es el instante de placer y la sensación de triunfo. Concibe el amor como algo pasajero y lo vive como una competencia permanente.
Gregorio Marañón, -imbuido de los estereotipos de la época- calificaba a Don Juan como poco masculino por lo voluble -la veleidad se consideraba una característica femenina-. Para el Dr. Marañón la madurez masculina se asocia, al contrario del Don Juan, con su capacidad para el amor selectivo y exclusivo, pone sus ojos en una mujer y ella es la elegida como algo único y diferente, mientras que Don Juan no es capaz de discriminar por su inmadurez. Actualmente este comportamiento lo vemos tanto en hombres como en mujeres y en relaciones homosexuales y heterosexuales. Es posible que estas pautas de relación amorosa se deban a una verdadera compulsión: se vuelven adictos a la conquista en un intento por buscar seguridad y confianza para paliar las carencias de su maltrecha autoestima. Es un círculo vicioso que se torna en un estilo de vida.
Cuando consiguen su propósito, pierden el interés y abandonan. En el caso de que ser rechazados, suelen insistir y utilizar todas sus estrategias para conquistar.
La figura del Don Juan se encuentra en la literatura desde hace varios siglos. En Occidente este mito ha sido alimentado por la idea de que es más hombre quien tiene o conquista a más mujeres. La idea machista de que el varón se encuentra muy por encima de la mujer también contribuye a este fenómeno. El Don Juan cuenta con una identidad inmadura, por eso intenta demostrar su masculinidad conquistando a un gran número de féminas. Son voraces en el enamoramiento y juegan con los sentimientos de la otra persona. Su prioridad es el instante de placer y la sensación de triunfo. Concibe el amor como algo pasajero y lo vive como una competencia permanente.
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