Calaca dijo:
Irons, les recomiendo leer este comentario que hicieron en el Diario Extra, les pateamos el culo a todos los que nos han criticado.
http://www.diarioextra.com/2008/marzo/06/opinion01.php
UP THE IRONS.
Mae a mi me encato esta frase "Sinceramente me quedo con “los mechudos” de Iron Maiden, por lo menos ellos están en su nota y respetan a los demás, no se aprovechan de las circunstancias para sacar a la luz pública sus frustraciones."
Me gustaria al igual que al Nigro que hubiera salido en algun perodico mas visto. Visto no en el sentido de "comprado" (porque la extra es el mas vendido, jajaja) si no la parte de leido. Lastimosamente esto va a estar en las paginas de editorial que casi nadie las lee. Ojala que el titulo atraiga gente
Para aquellos vagos, aqui esta el articulo
IRON MAIDEN, MERCEDES SOSA, Y ALBERTO PADILLA: ENTRE “MECHUDOS Y CUELLOS BLANCOS”
Por Mario Ugalde C.
Subdirector
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¿Quién entiende a los costarricenses? Se la pasaron criticando un año antes la visita a nuestro país del grupo de rock británico Iron Maiden porque “son satánicos, se visten de negro, gritan y hacen feo” y cuando por fin llegó el “gran día”, donde se reunieron más de 27 mil personas en el Estadio Ricardo Saprissa, “los mechudos de negro”, como le llamaban algunos a los seguidores de la agrupación, tuvieron un comportamiento envidiable, digno de un concierto de ópera, ¡así es la vida!, los asistentes salieron contentos, afirmaron que ahí la gente respetaba al compañero de al lado, aplaudieron y vitorearon a sus “ídolos” sin insultar a nadie, manteniendo el orden propio de un espectáculo de semejante magnitud... caso contrario ocurrió en el Palacio de los Deportes en Heredia, ahí la poeta argentina Mercedes “La Negra” Sosa, presentó su espectáculo a los “de cuello blanco” -supuestamente- la gente de saco y corbata de este país, los más preparados y educados de nuestra sociedad y ¿adivinen qué? a la “higth” -como dicen los chiquillos a la clase alta- se le cayó es glamour.
El espectáculo fue grandioso, pero empañado por un grupo de atolondrados que silbaron y abuchearon al mandatario Oscar Arias, presente, como un tico más dentro del público, ¡qué falta de respeto!, que inoportunos para manifestar su desacuerdo con el Presidente, no entienden que el menosprecio fue para la poeta argentina y no para el señor Arias, no les da vergüenza que 27 mil “mechudos” se comportaran mejor que unas 3 mil de “cuello blanco”. Se dieron cuenta que lo importante no es la apariencia física sino la conducta que tenga una persona, ¿entendieron que la decencia no está en el pelo ni en la camiseta negra sino en los principios y valores que tenga cada uno?
Igual ocurrió recientemente en el Hotel Real Intercontinental, resulta que un grupo de “opositores al TLC” aprovechó la visita a Costa Rica del periodista Alberto Padilla -conductor del programa Economía y Finanzas de la cadena CNN en Español- para declararlo non grato frente a un concurrido auditorio. Sinceramente siento vergüenza ajena por lo ocurrido, ojalá este caballero entienda que no todos somos iguales. ¿Qué pena verdad? Que falta de “ubicación” utilizar estas importantes visitas para “sacar los trapos sucios”, ¿qué culpa tenía la gente que participaba en el foro “Perspectivas Económicas para América Latina” de que ustedes no estén de acuerdo con el TLC? No creen que cada cosa en su sitio y en su momento... si querían reprocharle algo a Alberto Padilla, por qué no lo esperaron al final y decentemente se lo hacen ver, pero utilizar públicamente palabras groseras es muy vergonzoso.
Es cierto que tenemos derecho a la libre expresión, podemos protestar como mejor nos parezca, ¡pero señores... por favor ubiquémonos!, cada cosa en su sitio, no podemos llegar a hablar por teléfono en media misa, tampoco debemos silbarle a Arias en un concierto, el mandatario trabaja en Zapote, si tienen algo que reprocharle vayan allá y lo hacen, pero no pongan en ridículo a los ticos porque la mayoría somos gente decente.
Sinceramente me quedo con “los mechudos” de Iron Maiden, por lo menos ellos están en su nota y respetan a los demás, no se aprovechan de las circunstancias para sacar a la luz pública sus frustraciones.