No he probado ninguna porque no la necesito. Me basta con mi carácter impredecible para sentirme en las nubes y agarrar la onda. Ahora bien, si tuviera la oportunidad de probar alguna sería la ayahuasca y el peyote, y eso porque eran las drogas que usaban los brujos para entrar en trance y hablar con los espíritus.