La última vez que me confesé tenía 27 años. El tipo con la autoridad moral me dijo que si seguía con esas prácticas diabólicas terminaría en el infierno. Tenía razón, pero he madurado y los días de vandalismo, quema de iglesias, asesinatos y violaciones(*) quedaron atrás. Advertencia: el siguiente popurrí de confesiones nunca antes publicadas, está cargado de material considerado altamente cursi. Contenido apto únicamente para mayores de 15 años.
Confieso que:
–que no me gustó la maldita corbata que me obsequiaste para el cumpleaños.
–que fuiste el peor polvo de mi vida, xxxx, pero fui feliz contigo.
–que engañé al mendigo de la esquina: no le puse dinero, le quité. Necesitaba un blanco.
–que me robé una película del Walmart… otra vez.
–que odio dejarme crecer la maldita barba por darte gusto.
–que sabía de tus estrías y las amaba.
–que una vez participé en Quéjese.
–que perdí la única carta de amor que me han escrito.
–que tu ex nunca te escribió esas cartas. Solo quería verte tranquila.
–que no he aprendido nada con Zarza.
–que, xxxxxx, me acosté con otra un día antes que contigo porque era casi seguro que no cogeríamos, tú y yo. Pero sí.
–que estoy agradecido por tu paciencia, tu apoyo, tu humildad y tu sabiduría. Eres mi campeona.
–que necesito estar solo para funcionar correctamente, y, por ello...
–que voy a terminar contigo.
–que, xxx, tu perro se salió por mi culpa. Por mi culpa murió Galileo.
–que nuestra película favorita es, en realidad, tu película favorita.
–que escribí un discurso por si algún día ganaba algún premio. Cualquiera, en lo que fuera.
–que, xxxx, odio a tu novio: 5 meses y te ama; yo, 5 años y te toleraba lo suficiente.
–que he vivido los últimos 10 años entre miserias, algunas mujeres, empleos mal pagados, amores mal amados, porno, deudas, dos mundiales, un accidente, un juicio, oportunidades pérdidas, incontables borracheras y muchos recuerdos que ya no duelen y ya no me alegran.
–que no me arrepiento de nada de lo anterior.
(*)Es broma.
Confieso que:
–que no me gustó la maldita corbata que me obsequiaste para el cumpleaños.
–que fuiste el peor polvo de mi vida, xxxx, pero fui feliz contigo.
–que engañé al mendigo de la esquina: no le puse dinero, le quité. Necesitaba un blanco.
–que me robé una película del Walmart… otra vez.
–que odio dejarme crecer la maldita barba por darte gusto.
–que sabía de tus estrías y las amaba.
–que una vez participé en Quéjese.
–que perdí la única carta de amor que me han escrito.
–que tu ex nunca te escribió esas cartas. Solo quería verte tranquila.
–que no he aprendido nada con Zarza.
–que, xxxxxx, me acosté con otra un día antes que contigo porque era casi seguro que no cogeríamos, tú y yo. Pero sí.
–que estoy agradecido por tu paciencia, tu apoyo, tu humildad y tu sabiduría. Eres mi campeona.
–que necesito estar solo para funcionar correctamente, y, por ello...
–que voy a terminar contigo.
–que, xxx, tu perro se salió por mi culpa. Por mi culpa murió Galileo.
–que nuestra película favorita es, en realidad, tu película favorita.
–que escribí un discurso por si algún día ganaba algún premio. Cualquiera, en lo que fuera.
–que, xxxx, odio a tu novio: 5 meses y te ama; yo, 5 años y te toleraba lo suficiente.
–que he vivido los últimos 10 años entre miserias, algunas mujeres, empleos mal pagados, amores mal amados, porno, deudas, dos mundiales, un accidente, un juicio, oportunidades pérdidas, incontables borracheras y muchos recuerdos que ya no duelen y ya no me alegran.
–que no me arrepiento de nada de lo anterior.
(*)Es broma.