Casi se me cumple
Hace días me venía calentando con la idea de que hoy que llegué a Panamá sólo (soy casado), pudiera activar el radar de detección gay y ligarme algún panameño e invitarlo al hotel.
Pero resultó una decepción la fantasía. Anduve buen rato en el mall más concurrido de acá y hasta en el metro de allá para acá como tonto y mi radar no detectó nada.
Ni en los pasillos, ni en los baños ni vendedores en tiendas. O no hay panameños gays o heteroflexibles o curiosos o son un montón de enclosetados.
El radar es simple. Nada más fijas mirada a los ojos del otro. Si te mantienen mirada por varios segundos o mejor aún después de toparnos vuelves a ver a atrás y el otro también, pues bingo, espécimen detectado.
Si esto hubiera sido en Costa Rica, el radar sonara a cada rato. Basta con caminar un poco por algún mall o en los baños y a alguien detectas cruzando miradas aunque al final no se logre hacer nada, pero queda ese morbo que se siente cuando se te quedan viendo.
Será un asunto cultural. Seguro los ticos somos más liberales sexualmente que los panameños.
Yo no soy de ambiente de bar, soy más bien reservado, como para ir a buscar un scort o ligar en lugares de ambiente. Mi fantasía era aprovechar mi viaje sólo por acá y echarme al agua con algún tipo de crusing y traérmelo para el hotel pero nada de nada.
Aún me quedan un par de días más. Quizás, espero, tenga más suerte en la próxima.
Nada de nada. Los panas son apagados. El radar no funciona acá. Tras varios días vi muy pero muy pocos con pinta gay. Y esos pocos nada que cruzan miradas.
Sin embargo, yo sí me dediqué a ver maes. Muchos guapos y muchos feos jajaja. Pero sí noté que los panas en general están mejor dotados de nachas que los ticos, buenos traseros hay.
Ya de vuelta en mi ultima noche, ya por vencido, venía en el metro y zaz! Un mae varonil se me quedó viendo. El tipo guapillo, buen culo, buena pierna marcada en pantalón ajustado.
Y de una mi corazón empezó a latir más fuerte. En varias ocasiones nos quedamos viendo al descaro. Y yo, a lo mejor se me hace! Pensé entonces en bajarme donde él se bajara.
Así lo hice. Iba tras él siguiéndolo y se dio cuenta volviéndome a ver de reojo varias veces. Subimos hasta la salida y como a los 25 metros se detuvo y se me quedó viendo. Y yo, wow se me va a hacer! Tomé valor y me detuve a la par y lo saludé. Al grano, de una le dije te invito a mi hotel. Me dijo que sí! Pero que no podía de una vez sino que en un par de horas. Intercambiamos números y prometió llegar.
Yo no lo creía. Y pensé, seguro ni me va a responder mensajes... nos despedimos y quedamos en comunicarnos al rato. Y eureka, me mandó msg. La pegué me dije.
Msg van y vienen y hasta intercambiamos fotos hot y los 2 prendidísimos, que qué rico aquí y allá y esas habladas calientapichas.
Y vino la pregunta del millón: vas a venir? Y ya no respondió más. Y yo, se cayó la fantasía. Al rato le mandé otro msg y ya no le llegó, me había bloqueado!
Ni modo, parecía demasiado bonito y rico para ser cierto. Pero me quedo con el morbo y la adrenalina sentida en el cruce de miradas en el metro, el hecho de haberlo seguido a la salida y haberle hablado cara a cara. Los whatsapp de después fueron solo calientapichas.
Casi se me cumple mi fantasía pero no. Habrá otra oportunidad algún día.