Tengo mas de 20 de años de casado y dos hijos adolescentes. Siempre he trabajado mucho, he sido muy ordenado con mis gastos y siempre he tenido el habito de ahorrar. Cuando nos casamos, mi salario triplicaba al de mi esposa.
Al poco tiempo de casados a ella le salio una oportunidad laboral en una institución financiera ganando aun menos de lo que percibía en su empleo anterior, pero aun así, con mi apoyo, acepto la nueva oportunidad laboral, teniendo en cuenta que la única forma de ascender era trabajando muy fuerte y teniendo largas jornadas laborales, como es usual en esas instituciones.
Posteriormente, cuando llegaron los hijos, sus familiares nos los cuidaban, pero para tal fin teníamos que trasladarnos en horas tempranas de la mañana hasta la casa de ellos, mas o menos a veinte kilómetros de la nuestra. Luego la pasaba dejando en su lugar de trabajo y yo me trasladaba hasta mi oficina ubicada en otra provincia.
Cuando construimos la casa que habitamos, tuve que sacar un préstamo hipotecario e invertir TODOS mis ahorros en el proyecto.
Las cosas fueron caminado bien en el plano económico y familiar, ya que yo continue con la rutina que indique: en la mañana trasladar a mis hijos donde la familia de ella que nos los cuidaban, luego dejarla en el trabajo y yo continuar hasta mi oficina; al final de la jornada laboral pasaba a recoger a mis hijos, me trasladaba hasta mi casa con ellos, los cambiaba, les deba de comer y luego los acostaba a dormir y luego esperar a que mi esposa llegara, siempre a altas horas de la noche e inclusive en la madrugada. Esto se repitió durante muchos años.
Ella siguió ascendiendo profesionalmente, pero yo tuve que sacrificar algunas oportunidades laborales que se me presentaron, pues debía hacerme cargo del cuidado de mis hijos y no podía descuidarlos. Fue una obligación y un rol que asumí responsablemente y del cual no me arrepiento, aun en detrimento de mi desarrollo profesional.
Hace unos años a ella le ofrecieron una excelente oferta laboral, la que por ende acepto. Ahí comenzó el infierno en nuestro hogar, pues su jornadas laborales se hicieron aun mas extensas y casi no nos veíamos y solo compartíamos muy pocos espacios de tiempo, aparte de que por su nuevas responsabilidades laborales su humor y comportamiento cambio drasticamente en perjuicio de nuestro matrimonio, nuestro hogar y nuestros hijos.
En este nuevo puesto ella tiene un salario que triplica mi ingreso, por lo que a adoptado comportamientos inaceptables. Asimismo, se ha desentendido de su responsabilidad de vigilar, asesorar y controlar a mis hijos; pues de antemano asume que soy yo quien debe realizar dichas funciones -como siempre a sucedido-. Por esta razón es que mis hijos -ya adolescentes- me ven como un tirano, pues soy quien exige que se sigan ciertas reglas de comportamiento dentro y fuera del hogar : acostarse a una hora determinada, tener horarios de estudio, cumplir con las obligaciones estudiantiles, comportarse adecuadamente en la calle, etc. etc,etc. etc.
Como indique, ella tiene un salario que triplica el mio. Pues bien, adopto la posición de alcahuetear a nuestros hijos en todas sus peticiones y caprichos (aunque sean estupideces que violan todas la reglas de conducta estipuladas). Asimismo, a través de su influencia económica a ido logrando que mis hijos me vayan viendo como un tirano, que únicamente impone reglas y prohibiciones.
Hace un tiempo me pidió que no durmiéramos juntos (no se si tiene algún amante, porque no me consta; pero que podría manejar en sus ¨largas jornadas laborales¨ y reuniones ejecutivas), lo cual accedí para no crear mas conflictos con ella. Ademas, si tuviera un amante o alguien que se la este chuleando - deberia estarle pagando - pues en este momento no esta muy agraciada que digamos.
Ahora me pidió el divorcio, lo cual no accedí en primera instancia, para no causar un daño emocional a mis hijos. Entonces me pidió que me fuera de la casa, lo cual me sonó ridículo y tampoco accedí. Pero ante su insistencia, le plantee la opción de venderle la parte que me corresponde, y ella estuvo de acuerdo (aunque como indique, la casa fue construida con un préstamo que tramite y la inversión de todos mis ahorros). Sin embargo, para irme a otro lugar debo comenzar desde cero, pues ella alega que todas la pertenencias que hay dentro de la casa (excepto mi ropa y mi carro) fueron adquiridas por ella - lo cual tiene cierto grado de veracidad-, por lo que mi situación económica, social y emocional se verán fuertemente afectadas.
Creo que he sacrificado mucho durante todos estos años, para que mi hijos crecieran protegidos y bajo mi supervision y para que ella lograra su realización profesional; para recibir el trato que estoy teniendo en este momento; donde muchas veces soy despreciado ya no solo por ella, sino también por mis propios hijos.
Realmente estoy valorando la idea de concederle el divorcio y a la vez exigirle una pensión económica que me ayude a mantener mi posición económica actual, y que en buena parte retribuiría todos mis sacrificios para que ella lograra ocupar la posición que tiene actualmente; ya que si me voy de la casa debo comenzar a comprar todas las cosas necesarias para poder desenvolverme normalmente y subsistir decentemente. Aparte de que debo continuar cubriendo las obligaciones económicas de mis hijos, aunque sea en el aspecto educativo.
Me gustaría escuchar recomendaciones y comentarios al respecto, y espero que no me traten como un chulazo; pues como les indique, han sido muchos años de sacrificios. Inclusive, a las únicas reuniones, citas, etc. que ¨puede asistir, según ella¨ son a la celebración del día de la madre pues alega que no puede sacar permiso en el trabajo o no tiene tiempo suficiente para asistir a las mismas, por lo que podrán inferir que en muchos casos he tenido que asumir el papel de padre y de madre.
Se que estos casos se presentan con frecuencia, pero que no se denuncian públicamente para evitar comentarios capciosos y muchas veces desconsiderados y malintencionados; sobre todo si son planteados por un hombre.
Pero no importa, estoy preparado para recibir su feedback.
Gracias
Al poco tiempo de casados a ella le salio una oportunidad laboral en una institución financiera ganando aun menos de lo que percibía en su empleo anterior, pero aun así, con mi apoyo, acepto la nueva oportunidad laboral, teniendo en cuenta que la única forma de ascender era trabajando muy fuerte y teniendo largas jornadas laborales, como es usual en esas instituciones.
Posteriormente, cuando llegaron los hijos, sus familiares nos los cuidaban, pero para tal fin teníamos que trasladarnos en horas tempranas de la mañana hasta la casa de ellos, mas o menos a veinte kilómetros de la nuestra. Luego la pasaba dejando en su lugar de trabajo y yo me trasladaba hasta mi oficina ubicada en otra provincia.
Cuando construimos la casa que habitamos, tuve que sacar un préstamo hipotecario e invertir TODOS mis ahorros en el proyecto.
Las cosas fueron caminado bien en el plano económico y familiar, ya que yo continue con la rutina que indique: en la mañana trasladar a mis hijos donde la familia de ella que nos los cuidaban, luego dejarla en el trabajo y yo continuar hasta mi oficina; al final de la jornada laboral pasaba a recoger a mis hijos, me trasladaba hasta mi casa con ellos, los cambiaba, les deba de comer y luego los acostaba a dormir y luego esperar a que mi esposa llegara, siempre a altas horas de la noche e inclusive en la madrugada. Esto se repitió durante muchos años.
Ella siguió ascendiendo profesionalmente, pero yo tuve que sacrificar algunas oportunidades laborales que se me presentaron, pues debía hacerme cargo del cuidado de mis hijos y no podía descuidarlos. Fue una obligación y un rol que asumí responsablemente y del cual no me arrepiento, aun en detrimento de mi desarrollo profesional.
Hace unos años a ella le ofrecieron una excelente oferta laboral, la que por ende acepto. Ahí comenzó el infierno en nuestro hogar, pues su jornadas laborales se hicieron aun mas extensas y casi no nos veíamos y solo compartíamos muy pocos espacios de tiempo, aparte de que por su nuevas responsabilidades laborales su humor y comportamiento cambio drasticamente en perjuicio de nuestro matrimonio, nuestro hogar y nuestros hijos.
En este nuevo puesto ella tiene un salario que triplica mi ingreso, por lo que a adoptado comportamientos inaceptables. Asimismo, se ha desentendido de su responsabilidad de vigilar, asesorar y controlar a mis hijos; pues de antemano asume que soy yo quien debe realizar dichas funciones -como siempre a sucedido-. Por esta razón es que mis hijos -ya adolescentes- me ven como un tirano, pues soy quien exige que se sigan ciertas reglas de comportamiento dentro y fuera del hogar : acostarse a una hora determinada, tener horarios de estudio, cumplir con las obligaciones estudiantiles, comportarse adecuadamente en la calle, etc. etc,etc. etc.
Como indique, ella tiene un salario que triplica el mio. Pues bien, adopto la posición de alcahuetear a nuestros hijos en todas sus peticiones y caprichos (aunque sean estupideces que violan todas la reglas de conducta estipuladas). Asimismo, a través de su influencia económica a ido logrando que mis hijos me vayan viendo como un tirano, que únicamente impone reglas y prohibiciones.
Hace un tiempo me pidió que no durmiéramos juntos (no se si tiene algún amante, porque no me consta; pero que podría manejar en sus ¨largas jornadas laborales¨ y reuniones ejecutivas), lo cual accedí para no crear mas conflictos con ella. Ademas, si tuviera un amante o alguien que se la este chuleando - deberia estarle pagando - pues en este momento no esta muy agraciada que digamos.
Ahora me pidió el divorcio, lo cual no accedí en primera instancia, para no causar un daño emocional a mis hijos. Entonces me pidió que me fuera de la casa, lo cual me sonó ridículo y tampoco accedí. Pero ante su insistencia, le plantee la opción de venderle la parte que me corresponde, y ella estuvo de acuerdo (aunque como indique, la casa fue construida con un préstamo que tramite y la inversión de todos mis ahorros). Sin embargo, para irme a otro lugar debo comenzar desde cero, pues ella alega que todas la pertenencias que hay dentro de la casa (excepto mi ropa y mi carro) fueron adquiridas por ella - lo cual tiene cierto grado de veracidad-, por lo que mi situación económica, social y emocional se verán fuertemente afectadas.
Creo que he sacrificado mucho durante todos estos años, para que mi hijos crecieran protegidos y bajo mi supervision y para que ella lograra su realización profesional; para recibir el trato que estoy teniendo en este momento; donde muchas veces soy despreciado ya no solo por ella, sino también por mis propios hijos.
Realmente estoy valorando la idea de concederle el divorcio y a la vez exigirle una pensión económica que me ayude a mantener mi posición económica actual, y que en buena parte retribuiría todos mis sacrificios para que ella lograra ocupar la posición que tiene actualmente; ya que si me voy de la casa debo comenzar a comprar todas las cosas necesarias para poder desenvolverme normalmente y subsistir decentemente. Aparte de que debo continuar cubriendo las obligaciones económicas de mis hijos, aunque sea en el aspecto educativo.
Me gustaría escuchar recomendaciones y comentarios al respecto, y espero que no me traten como un chulazo; pues como les indique, han sido muchos años de sacrificios. Inclusive, a las únicas reuniones, citas, etc. que ¨puede asistir, según ella¨ son a la celebración del día de la madre pues alega que no puede sacar permiso en el trabajo o no tiene tiempo suficiente para asistir a las mismas, por lo que podrán inferir que en muchos casos he tenido que asumir el papel de padre y de madre.
Se que estos casos se presentan con frecuencia, pero que no se denuncian públicamente para evitar comentarios capciosos y muchas veces desconsiderados y malintencionados; sobre todo si son planteados por un hombre.
Pero no importa, estoy preparado para recibir su feedback.
Gracias