Quiero compartirles algo que va siendo de mis últimos aportes sobre el tema, no por que no tenga más que decir, sino porque a ratos creemos que podremos convencer al otro y la verdad es que cada uno tiene su propia posición al tema, en el caso de Nimrod, Peyistez, mi persona, así como otros tenemos una posición Pro Israelí la cual en lo personal intento que no sea sesgada sino que también posea algo de auto crítica, yo personalmente no creo que Israel sea una santa paloma de hecho que si lo fuera desde su primera guerra en el 48 no existirían ni judíos ni Estado de Israel, pero también la autodefensa en múltiples oportunidades ha caído a puntos de odio extremo de judíos hacia árabes, como lo es el caso del diputado Lieberman el cual no representa todo el Estado de Israel, así como errores políticos, como decisiones unilaterales que se han tomado y han resultado peores las situaciones, en todo caso, más que discutir ya después de tantos años a quién le toca qué, creo que debe haber un cambio de idea y pensar qué hacemos por encontrar soluciones al conflicto, finalmente la mejor decisión es la de la existencia de dos Estados que puedan vivir uno al lado del otro talvez no "pellizco" de nalga, pero sí en paz, yo no creo que el exterminio de un lado o del otro sea la solución, porque ante cualquier cosa y como ciudadano de una democracia y de un país de paz (a pesar de) creo en la paz y espero la paz... Sea por vías religiosas, políticas o la que sea, pero encontrar la paz...
Ya finalmente les comparto este artículo que encontré en la ABC de España que si bien no coincido al 100% hay muchas cosas que considero que son verdaderas.
Fue bueno debatir con ustedes... Saludos.
No a la violencia
RECONOCÍA que debía de ser muy corto de entendederas porque del conflicto actual de Gaza no entendía nada de nada. No entendía por qué los israelitas, que suponía que eran gente inteligente (de lo contrario no habrían sobrevivido miles de años), lanzaban una ofensiva bélica descomunal contra los palestinos con lo que se ponían a la mayoría de la opinión pública mundial en su contra. Pasaban de ser víctimas a verdugos y era difícil encontrar a alguien en Occidente que no fuera judío y que defendiera su posición.
Por otra parte, no entendía por qué los militantes de Hamas lanzaban misiles a Israel desde escuelas y hogares particulares. Con ello provocaban la reacción de la bestia (el ejército israelí), que destruía esas casas y esos colegios, lo que provocaba a su vez la muerte de civiles y niños que nada tenían que ver con este conflicto. ¿Qué es lo que pretendían con el lanzamiento de esos cohetes a Israel? ¿Matar judíos o buscar la reacción armada de éstos? Quizás así pasaban de ser terroristas islámicos que buscaban sembrar el terror entre la sociedad israelita a víctimas civiles que exhibían los cadáveres de los niños muertos para que las cadenas de televisión los sirvieran fríos en todos los hogares del mundo a través de los diversos noticiarios. Este razonamiento maquiavélico cuadraba con que el consejero político de la Embajada Palestina en España hubiera declarado en una entrevista en Canal 9 que «Europa no puede tener como aliado a un país que masacra niños». ¿Había una mente tan retorcida como para alumbrar un plan así? Prefirió pensar que no o, al menos, dejar la pregunta sin respuesta.
Tampoco entendía esa ola de protestas en toda Europa ante las Embajadas de Israel. ¿Por qué se posicionaban al lado de uno de los supuestos bandos, Palestina, y en contra del otro, Israel? ¿Por qué no pedían sencillamente la paz en Oriente Medio? ¿Por qué no se habían manifestado hace meses cuando Hamas lanzó los primeros misiles contra las ciudades judías fronterizas con Gaza? Quizás lo políticamente correcto era manifestarse contra Israel y a favor de Palestina. Tan sólo había que contemplar la cantidad de jóvenes que vestían ese pañuelo conocido con el nombre de kefia como símbolo de progresía. Lo que no entendía era por qué no había una ola de reacciones similares cada vez que se lapidaba en Irán a una mujer o a un hombre (dos de ellos habían sido lapidados esta misma semana) amparados por la ley. No es que se tratara de una turba incontrolada que apedreaba a una mujer adúltera, sino la consecuencia de un acto legal que se desprendía de un juicio previo amparado por la legislación vigente en este país.
Si se trataba de apoyar a los musulmanes, ¿por qué, tal y como afirmaba Bernard-Henry Lévy, no se manifestaron cuando mataron recientemente a 300.000 musulmanes en Darfur, cuando Rusia arremetió contra los musulmanes chechenos en Grozni o cuando se exterminó a 200.000 bosnios por el hecho de ser musulmanes? ¿Doble rasero o mera coincidencia?
Quizás su error fuera hacerse demasiadas preguntas. En la sociedad actual, lo fácil era acogerse a un «pack» ideológico en el que te daban todas las respuestas. Había uno que decía «palestino igual a bueno y judío igual a malo». El problema radicaba en que él prefería pensar por su cuenta y, por ello, se hacía esas preguntas para las que, en muchas ocasiones, no encontraba respuestas. Pero si algo tenía claro era que las cosas nunca eran tan simples como parecían o como algunos querían que parecieran.
Fuente: http://www.abc.es/20090116/valencia-val ... 90116.html
Ya finalmente les comparto este artículo que encontré en la ABC de España que si bien no coincido al 100% hay muchas cosas que considero que son verdaderas.
Fue bueno debatir con ustedes... Saludos.
No a la violencia
RECONOCÍA que debía de ser muy corto de entendederas porque del conflicto actual de Gaza no entendía nada de nada. No entendía por qué los israelitas, que suponía que eran gente inteligente (de lo contrario no habrían sobrevivido miles de años), lanzaban una ofensiva bélica descomunal contra los palestinos con lo que se ponían a la mayoría de la opinión pública mundial en su contra. Pasaban de ser víctimas a verdugos y era difícil encontrar a alguien en Occidente que no fuera judío y que defendiera su posición.
Por otra parte, no entendía por qué los militantes de Hamas lanzaban misiles a Israel desde escuelas y hogares particulares. Con ello provocaban la reacción de la bestia (el ejército israelí), que destruía esas casas y esos colegios, lo que provocaba a su vez la muerte de civiles y niños que nada tenían que ver con este conflicto. ¿Qué es lo que pretendían con el lanzamiento de esos cohetes a Israel? ¿Matar judíos o buscar la reacción armada de éstos? Quizás así pasaban de ser terroristas islámicos que buscaban sembrar el terror entre la sociedad israelita a víctimas civiles que exhibían los cadáveres de los niños muertos para que las cadenas de televisión los sirvieran fríos en todos los hogares del mundo a través de los diversos noticiarios. Este razonamiento maquiavélico cuadraba con que el consejero político de la Embajada Palestina en España hubiera declarado en una entrevista en Canal 9 que «Europa no puede tener como aliado a un país que masacra niños». ¿Había una mente tan retorcida como para alumbrar un plan así? Prefirió pensar que no o, al menos, dejar la pregunta sin respuesta.
Tampoco entendía esa ola de protestas en toda Europa ante las Embajadas de Israel. ¿Por qué se posicionaban al lado de uno de los supuestos bandos, Palestina, y en contra del otro, Israel? ¿Por qué no pedían sencillamente la paz en Oriente Medio? ¿Por qué no se habían manifestado hace meses cuando Hamas lanzó los primeros misiles contra las ciudades judías fronterizas con Gaza? Quizás lo políticamente correcto era manifestarse contra Israel y a favor de Palestina. Tan sólo había que contemplar la cantidad de jóvenes que vestían ese pañuelo conocido con el nombre de kefia como símbolo de progresía. Lo que no entendía era por qué no había una ola de reacciones similares cada vez que se lapidaba en Irán a una mujer o a un hombre (dos de ellos habían sido lapidados esta misma semana) amparados por la ley. No es que se tratara de una turba incontrolada que apedreaba a una mujer adúltera, sino la consecuencia de un acto legal que se desprendía de un juicio previo amparado por la legislación vigente en este país.
Si se trataba de apoyar a los musulmanes, ¿por qué, tal y como afirmaba Bernard-Henry Lévy, no se manifestaron cuando mataron recientemente a 300.000 musulmanes en Darfur, cuando Rusia arremetió contra los musulmanes chechenos en Grozni o cuando se exterminó a 200.000 bosnios por el hecho de ser musulmanes? ¿Doble rasero o mera coincidencia?
Quizás su error fuera hacerse demasiadas preguntas. En la sociedad actual, lo fácil era acogerse a un «pack» ideológico en el que te daban todas las respuestas. Había uno que decía «palestino igual a bueno y judío igual a malo». El problema radicaba en que él prefería pensar por su cuenta y, por ello, se hacía esas preguntas para las que, en muchas ocasiones, no encontraba respuestas. Pero si algo tenía claro era que las cosas nunca eran tan simples como parecían o como algunos querían que parecieran.
Fuente: http://www.abc.es/20090116/valencia-val ... 90116.html