Solo 30 días. Ese era el tiempo que la modelo caleña Brenda Ríos Franco planeaba quedarse junto a su familia en Cali, después de permanecer tres años en el exterior.
Pero apenas alcanzó a disfrutar cuatro días de ese reencuentro, pues el pasado martes dos sicarios la asesinaron en el sur de Cali, delante de su madre y sus dos hijas, de apenas 6 y 4 años de edad.
Tres impactos de bala en el rostro acabaron con la vida de la modelo caleña, de 29 años, quien se movilizaba en un automóvil Ford Fiesta color blanco de matrícula KHD 370.
Eran las 9:45 p.m. y se detuvo en el semáforo de la Carrera 85C con Calle 16, en el barrio El Ingenio.
En cuestión de minutos se escuchó un estruendo y la madre de Brenda pensó que se trataba de pólvora, pero cuando giró para ver el rostro de su hija, la vio inmóvil y con su rostro ensangrentado.
La madre de Brenda corrió para pedir ayuda. Desesperada, la mujer suplicaba porque llevaran a su hija al centro médico más cercano, mientras las dos niñas, que salieron ilesas del atentado, preguntaban una y otra vez si su mamá estaba muerta.
A pesar de haber sido trasladada a la Clínica Valle del Lili, las heridas fueron mortales y la mujer falleció minutos después.
El crimen ocurrió en una de las vías más transitadas de ese barrio del sur de Cali, y a tan solo unos metros de un CAI de la Policía.
Aún así, los sicarios tuvieron toda la posibilidad de cometer el crimen y huir en una motocicleta sin dejar rastro.
El asesinato de la modelo tomó por sorpresa a su familia en Cali, que aseguró que Brenda había llegado el pasado sábado en horas de la madrugada desde Costa Rica, donde vivía con sus hijas.
Había permanecido en ese país durante los últimos tres años. Brenda pensaba regresar a Costa Rica el 10 de agosto.
Sandra Ríos, hermana de la víctima, dijo a El País que tenía una actitud tranquila al llegar a Cali y que nada les hizo sospechar que corriera algún tipo de peligro.
“Ella se estaba hospedando en el oeste en Cali, vino porque tenía que renovar los pasaportes de ella y de las niñas.
En los próximos días iba a pedir la visa americana para viajar de vacaciones y pasar tiempo con nosotros en Estados Unidos, porque allá está gran parte de la familia”, agregó.
Durante los cuatro días que estuvo en Cali se movilizó en el carro blanco Ford Fiesta en el que fue asesinada. Ese vehículo, dijeron sus familiares, se lo prestó un amigo caleño que también vivía en Costa Rica.
“Se movía en ese carro y compartía el mayor tiempo con la familia. El pasado lunes fue la última vez que la vi, llegó a casa con comida para todos, nos reíamos y pasamos un rato familiar agradable. Al vivir tan lejos por tanto tiempo tratamos de compartir cosas juntas”, añadió Sandra.
la tenían medida, lastima por las hijas.
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