como prevenir las enfermedades producidas por hongos
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Para empezar habría que decir que a finales de septiembre, cuando ya empezamos a adentrarnos en el otoño, es una época propicia para que aparezcan los hongos patógenos que afectan al desarrollo vital de las platas. Las precipitaciones, que aumentan la humedad ambiente, y el descenso de temperaturas son favorables para que se produzca esta aparición de hongos dañinos para las plantas.
Cuando las condiciones climatológicas son las más adecuadas para estos agentes patógenos, se propagan rápidamente de una parte afectada de la planta a otra, y de una planta enferma a la siguiente.
Par evitar que los hongos se propaguen entre distintas zonas del jardín, lo primero que hay que hacer es podar la zona afectada. Una vez que se ha producido la poda de la rama o planta infestada hay que tener muy presente en realizar una correcta higiene de ropa, calzado y herramientas utilizadas, pues las esporas de los hongos se quedan latentes en estos lugares esperando su oportunidad y atacar a otra planta en la próxima utilización.
También es frecuente que a comienzos del otoño se produzcan podas necesarias para el mantenimiento del jardín. Podas rutinarias de setos, que aunque parezca que las plantas no estén afectadas por ninguna enfermedad criptogámica, pueden contener esporas de hongos que nuevamente pueden acabar en ropa, calzado y herramientas utilizadas.
Por eso en estos casos también es necesario realizar el lavado de estos elementos de trabajo que eviten la propagación de la enfermedad y, por consiguiente, el uso de productos químicos fungicidas. Lo ideal es realizar esta limpieza con agua limpia y un jabón fosfatado que elimine completamente las esporas de los hongos.
Otras medidas preventivas adecuadas para evitar la propagación de enfermedades son:
-elegir variedades adecuadas al medio, como ya he comentado anteriormente en este blog sobre el uso de utilizar plantas autóctonas y adaptadas al medio en el que viven
-desinfectar semillas, bulbos, tubérculos y esquejes que podamos utilizar para ampliar la cantidad de especies vegetales que conforman el jardín, tanto para plantar o sembrar de forma inmediata como para su conservación
-si en el jardín ha habido enfermedades, quemar las hojas y ramas afectadas por la enfermedad manteniendo la debida precaución al realizar este tipo de acciones
-usar compost y abono bien fermentado para no dar lugar a que contengan esporas latentes en su composición que propicien la aparición de las enfermedades criptogámicas
-evitar producir daños a las plantas durante las labores de mantenimiento que provoquen heridas en arbustos y árboles
-tener en perfecto estado de mantenimiento el jardín, con luz, espacio y nutrientes para que tengamos plantas sanas y fuertes.
Enfermedades criptogámicas a tener en cuenta en el jardín
Los hongos hasta no hace mucho tiempo estaban incluidos en el reino vegetal. Su salida de este reino se debe a que los hongos son carentes de clorofila y para su desarrollo no realizan la fotosíntesis, por lo que no pueden crear sustancias hidrocarbonadas, así que las toman de otros organismos vivos o bien de materia orgánica en descomposición. Por todas estas circunstancias los hongos forman ahora su propio reino, el reino mycota.
Los hongos están formados morfológicamente por una agrupación de filamentos microscópicos llamados hifas, que a su vez forman el micelio que es el aparato vegetativo de este organismo. La reproducción puede ser sexual o asexual, utilizando los hongos esporas para ambos tipos de reproducción.
La enfermedad comienza con la llegada de una espora a la planta, la cual germina y desarrolla su micelio, el cual se adentra en el interior de la planta. La penetración de las esporas puede ser a través de una vía natural como pueden ser los estomas o a través de una herida producida por poda, granizo, etc.
Los daños producidos por hongos se suelen manifestar en las especies vegetales en forma de manchas, postulas y necrosis de diverso color sobre la superficie de tallos, hojas y raíces.
Oidio: Se conoce también como ceniza o cenicilla. Se manifiesta en forma de moho blanco, como harina o polvo de tiza, llega a cubrir toda la planta, tanto por el haz como por el envés. Los daños que producen son deformaciones en hojas y brotes. Las flores no se abren.
Roya: Hay tres tipos de royas que afectan a las plantas: roya blanca, roya amarilla y roya negra. Reciben este nombre en función a unas pústulas de color blanca, amarilla o negra que corresponden con cada uno de los tres tipos de royas que existen. En plantas ornamentales la roya más común es la roya amarilla que a mí personalmente me parece más un color dorado o pardo marrón. Supongo que es cuestión de la percepción de cada uno. El daño de que produce es que altera la vitalidad de la planta.