fypsinpelos
ANÓNIMO
Cuando tenía 12 años, estaba a punto de entrar al colegio, con ganas de encontrar nuevos amigos, vivir nuevas experiencias, disfrutar y aprender de lo que la vida me iba a mostrar. Con esto tenía que “madurar un poquito”, porque ya en el cole no era normal jugar la anda o escondido como lo hacía en la escuela. Definitivamente me estaba enfrentando a un nuevo mundo.
Estaba apenas empezando a vivir, tenía muchos planes, metas que alcanzar, quería obtener mi carrera en el futuro, quería disfrutar el momento y vivir la vida. No tenía obligaciones, más que sacar buenas notas, cumplir con el colegio y ser un buen hijo y hermano.
No se puede dejar de lado la chiquilla que me gustaba, la veía ir y venir, y todos los compañeros y compañeras me molestaban; tan solo una palabra bonita y una miradilla perdida de ella (con la felicidad reflejada en el rostro), ya era una posibilidad.
Finalmente, recuerdo que en esos años pocas personas tenían celulares; además, había que pagar solo 150 colones por una hora en un café internet, y también, casi siempre veíamos “en persona” a nuestros amigos, amigas y familiares.
No hablo de hace muchos años (unos diez quizás), pero en definitivo, ahora la situación es otra, el estilo de vida de estos adolescentes es muy diferente y se ven seriamente amenazados por los gigantes de la nueva era: “Las redes sociales”.
Si bien es cierto, las redes sociales hoy en día son demasiado útiles, el riesgo al que nos enfrentamos es muy grade. Facebook está llena de personas en busca de hacer el mal, ya sean violadores, secuestradores, pedófilos, y solo por mencionar algunos; quienes se hacen pasar por una persona ficticia (generalmente alguien atractivo o atractiva), para lograr una “amistad cibernética” con aquellas personas que ellos se propongan.
Debido a la gran demanda y uso que tienen las redes sociales, no podemos decir que no estamos advertidos e informados acerca de los peligros a los cuales nos enfrentamos todos (en cualquier medio ya sea internet, periódicos, TV), pero por otro lado, muchos de nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes, siguen corriendo ese riesgo sin importar las consecuencias, hasta que ya luego es demasiado tarde.
Necesitamos más responsabilidad de toda la sociedad; padres más vigilantes sin caer en la sobreprotección; niños, niñas, adolescentes y jóvenes más cuidadosos e inteligentes con lo que subimos, posteamos y con quienes hablamos; pero sobretodo, una buena comunicación y relación entre padres e hijos, y no esperar hasta que pase lo inesperado.
Que tal si en lugar de esa adolescencia bonita, vivo una donde vivo acosado o acosada por una persona, llena de humillaciones, golpes, insultos, malos tratos, que una foto mia ande circulando por todas las redes y sin poder detenerlo. Esto podria ser muy injusto, esto NO es lo que queria para mi, la irresponsabilidad e ignorancia me ha llevado a esto, siento el odio que se desborda de las personas que me rodean, siento y vivo con la soledad - mi unica y fiel acompañante - , no tengo cariño, no recibo amor de nadie. Ser perseguido por una persona que no conozco y que no me deja en paz a donde quiera que vaya, y que quizas le mejor solución que tengo, es la muerte.
“Mi nombre es Amanda Todd”. Con esta frase, una adolescente Canadiense de 15 años, concluye un video donde relata (un mes antes de su muerte) por medio de papeles, lo angustiante que ha sido su vida desde los 12 años
Amanda, en los últimos tres años, fue víctima de ciberacoso sexual; por un hombre que durante ese tiempo la estuvo acosando, envió y mostró a muchas personas (vía correo y Facebook) la foto que le tomó a ella mostrando sus senos; claro, después de engaños y chantajes. Además, fué víctima de agresión física y emocional por sus compañeros de diferentes colegios.
Finalmente, el rechazo, dolor, sufrimiento, depresión; estos fueron solo algunos de las emociones que dominó a Amanda, y que después de un intento fallido por suicidarse, por fin logró conseguir la muerte, algo lo que haría alejarse de toda esta situación para siempre.
Cuando estaba viva, el mayor miedo de Amanda Todd era que estaba completamente sola. Ahora que está muerta, es una de las personas que más amor está recibiendo de todo el mundo.
La muerte de Amanda debería servir para que sepamos el daño que le hacemos a alguien cuando ayudamos a ensuciar aún más su nombre difundiendo correos, fotos o videos, o atacando mediante las redes sociales.
La solución no está en pedir las contraseñas de correos y redes sociales de los hijos e hijas, porque eso rompe la confianza. La clave está en una educación que les enfatice quienes son, sus valores, sus potenciales, educar sobre los peligros que pueden enfrentar, pero siempre recordando que la decisión final la tomaran ellos; pero hay que enseñar los principios y aconsejar en todo con amor, y no con imposición.
Para los que deseen ver el video completo de Amanda Todd, pueden accesar al siguiente link:
http://www.youtube.com/watch?v=NaVoR51D1sU
Estaba apenas empezando a vivir, tenía muchos planes, metas que alcanzar, quería obtener mi carrera en el futuro, quería disfrutar el momento y vivir la vida. No tenía obligaciones, más que sacar buenas notas, cumplir con el colegio y ser un buen hijo y hermano.
No se puede dejar de lado la chiquilla que me gustaba, la veía ir y venir, y todos los compañeros y compañeras me molestaban; tan solo una palabra bonita y una miradilla perdida de ella (con la felicidad reflejada en el rostro), ya era una posibilidad.
Finalmente, recuerdo que en esos años pocas personas tenían celulares; además, había que pagar solo 150 colones por una hora en un café internet, y también, casi siempre veíamos “en persona” a nuestros amigos, amigas y familiares.
No hablo de hace muchos años (unos diez quizás), pero en definitivo, ahora la situación es otra, el estilo de vida de estos adolescentes es muy diferente y se ven seriamente amenazados por los gigantes de la nueva era: “Las redes sociales”.
Si bien es cierto, las redes sociales hoy en día son demasiado útiles, el riesgo al que nos enfrentamos es muy grade. Facebook está llena de personas en busca de hacer el mal, ya sean violadores, secuestradores, pedófilos, y solo por mencionar algunos; quienes se hacen pasar por una persona ficticia (generalmente alguien atractivo o atractiva), para lograr una “amistad cibernética” con aquellas personas que ellos se propongan.
Debido a la gran demanda y uso que tienen las redes sociales, no podemos decir que no estamos advertidos e informados acerca de los peligros a los cuales nos enfrentamos todos (en cualquier medio ya sea internet, periódicos, TV), pero por otro lado, muchos de nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes, siguen corriendo ese riesgo sin importar las consecuencias, hasta que ya luego es demasiado tarde.
Necesitamos más responsabilidad de toda la sociedad; padres más vigilantes sin caer en la sobreprotección; niños, niñas, adolescentes y jóvenes más cuidadosos e inteligentes con lo que subimos, posteamos y con quienes hablamos; pero sobretodo, una buena comunicación y relación entre padres e hijos, y no esperar hasta que pase lo inesperado.
Que tal si en lugar de esa adolescencia bonita, vivo una donde vivo acosado o acosada por una persona, llena de humillaciones, golpes, insultos, malos tratos, que una foto mia ande circulando por todas las redes y sin poder detenerlo. Esto podria ser muy injusto, esto NO es lo que queria para mi, la irresponsabilidad e ignorancia me ha llevado a esto, siento el odio que se desborda de las personas que me rodean, siento y vivo con la soledad - mi unica y fiel acompañante - , no tengo cariño, no recibo amor de nadie. Ser perseguido por una persona que no conozco y que no me deja en paz a donde quiera que vaya, y que quizas le mejor solución que tengo, es la muerte.
“Mi nombre es Amanda Todd”. Con esta frase, una adolescente Canadiense de 15 años, concluye un video donde relata (un mes antes de su muerte) por medio de papeles, lo angustiante que ha sido su vida desde los 12 años
Amanda, en los últimos tres años, fue víctima de ciberacoso sexual; por un hombre que durante ese tiempo la estuvo acosando, envió y mostró a muchas personas (vía correo y Facebook) la foto que le tomó a ella mostrando sus senos; claro, después de engaños y chantajes. Además, fué víctima de agresión física y emocional por sus compañeros de diferentes colegios.
Finalmente, el rechazo, dolor, sufrimiento, depresión; estos fueron solo algunos de las emociones que dominó a Amanda, y que después de un intento fallido por suicidarse, por fin logró conseguir la muerte, algo lo que haría alejarse de toda esta situación para siempre.
Cuando estaba viva, el mayor miedo de Amanda Todd era que estaba completamente sola. Ahora que está muerta, es una de las personas que más amor está recibiendo de todo el mundo.
La muerte de Amanda debería servir para que sepamos el daño que le hacemos a alguien cuando ayudamos a ensuciar aún más su nombre difundiendo correos, fotos o videos, o atacando mediante las redes sociales.
La solución no está en pedir las contraseñas de correos y redes sociales de los hijos e hijas, porque eso rompe la confianza. La clave está en una educación que les enfatice quienes son, sus valores, sus potenciales, educar sobre los peligros que pueden enfrentar, pero siempre recordando que la decisión final la tomaran ellos; pero hay que enseñar los principios y aconsejar en todo con amor, y no con imposición.
Para los que deseen ver el video completo de Amanda Todd, pueden accesar al siguiente link:
http://www.youtube.com/watch?v=NaVoR51D1sU