Dudosamente, se inclinó y tomo el sobre bajo la puerta, el párroco que tenía ya bastante tiempo en ese lugar no se sorprendió tanto de encontrar aquella carta, porque la verdad no era la primera vez que aparecía una de la misma forma, al fin y al cabo no era esa la casa de dios? Pues las almas aun acudían allí estando atormentadas aunque si bien es cierto eran menos que antes eso tampoco era ya una gran preocupación para el párroco. El buen hombre había ya superado el ardor religioso del seminario de su ya lejana juventud, paso por la dura etapa de desengañarse con respecto a los seres humanos, para finalmente aceptar con algo de cinismo que la humanidad era digna de ser salvada por lo sencilla razón de que en su mayoría no tuvo, no tiene y no tendría jamás ningún remedio.
Abrió el sobre un tanto arrugado y no muy bien cerrado como si hubiese sido manipulado por unas manos torpes o más realista aun, unas manos que pertenecían a un cuerpo gobernado por la desesperación, la angustia o alguna de aquellas emociones que hacían a la gente ir en pos del consuelo religioso. La carta una sencilla hoja arrancada de un cuaderno como lo atestiguaba el logo en una esquina de la misma estaba vacía en su mayoría con excepción de unas pocas frases: “Padre por favor recíbame hoy a las 4, necesito ayuda” , así de simple era su contenido y el hombre de dios se dijo que al menos por pura coincidencia o por simple planificación podría dedicar tiempo a escuchar a quien quiera que fuera a buscarle y quizá pensó podría terminar el asunto rápido y así aun tendría tiempo dormir un poco antes de preparar la misa de las 6, costumbre que ya no podía evitar y que dios le perdonara si era eso lo que le motivara a prestar atención a quien viniera a buscarle en un esfuerzo encaminado a despachar rápido el asunto. Supuso que quien haya llevado aquella carta quería ser atendido en la sacristía bajo cuya puerta dejo el sobre, así pues al ser cerca de las 3 : 56 pm se sentó a esperar a su futuro visitante, el cual por cierto demostró no ser muy puntual, porque estando ya el párroco convenciéndose en abandonar la estancia y de forma irrevocable tomar posesión de su cama escucho de las bisagras del portón exterior al abrirse y luego cesar por completo al ser abierta por completo, seguido de los sonidos de pasos hacia la puerta.
El párroco se apoyó en el respaldar de la silla y vio como ingresaba un hombre joven, no tendría este más de 25 años, mas su aspecto era el de alguien que ha soportado la fuerza de arrebatadoras emociones contradictorias, traía el pelo desordenado, las ropas igualmente desordenadas como si hubiese dormido con ellas y las botas de cuero que calzaba sucias y polvosas, el hombre lo miro y el viejo religioso vio una mirada febril casi extraviada, lo saludo y tomo asiento animando a su visitante a que hiciera eso mismo, más el desconocido después de mirar a su alrededor se acercó a la pared y apoyándose en esta se dejó deslizar hasta quedar sentado en el suelo mirando al padre y apoyando la cabeza en la fría pared. Antes de que el párroco se lo dijera el joven desconocido explico que prefería aquella posición pues el frío de aquella pared le resultaba reconfortante; después de presentarse le dijo al anciano religioso que se encontraba allí con el fin de que escuchara su historia, pues creía que él entre muchas otras personas podría entenderla mejor.
- Hallándome en la carretera mientras venia de un bar, vi algo . . . algo que sencillamente no podría olvidar jamás, al menos mientras viva, bueno padre no tiene que poner esa cara de regaño, se bien que no debería manejar habiendo tomado pero siempre lo he hecho de esa manera, y no es eso de lo que vine a hablar, si , la verdad si me pongo a recordar y lo cierto es que últimamente he tenido muchísimas cosas en mi cabeza, de mi infancia hasta lo que haya pasado hace poco, es como si de repente me acordara muy claro de muchas cosas de mi vida, cosas buenas y malas en grandes cantidades, no sé porque y desde que eso me pasa no he podido dormir muy bien. Hay algo. . . no sé cómo explicarlo es solo que esta en todo momento en mi mente y por alguna razón sé que es muy importante, pero junto con eso vienen un montón de cosas y creo que se debe a lo que vi hace tres noches, si usted supiera lo que se siente padre, pero es algo indescriptible, está más cercano de lo divino que de lo terrenal por eso lo busque. . .
Aquí el padre se preocupó un tanto de que se las estuviera viendo con algún tipo de fanático religioso y no precisamente de los que acudían a todas las misas y encendían velas en el altar, sino más bien con alguno de aquellos jóvenes que decían ver demonios o creían necesitar exorcismos. Pero antes de decidirse a interrumpir aquella entrevista algo le hizo pensar que quizá no era ese el caso y se obligó a no detener aquel relato.
- Usted debe saber lo que es esta clase de inquietud, pero yo la vi. . . estaba ahí y aun la tengo en la mente como si la viera a cada instante, ella es algo que no olvidaría, había cruzado varias veces esa parte de la calle, y si, la verdad es que a esas horas con lo que me tome y la costumbre del camino iba rápido, pero bueno para mí eso ya era muy normal. La última curva antes de mi casa es una vuelta cerrada hacia la derecha, siempre esta oscura porque el bombillo del poste que si no se quema a pedradas lo quiebran vaya usted a saber quién, pero bueno le decía al dar la vuelta en la pura curva hay dos árboles juntos, las ramas dan a la calle, y ahí en medio de los dos estaba ella, perdone padre si le parece que vengo a contarle cosas que le puedan parecer lujuriosas pero la verdad es que no es algo físico, estoy seguro de eso.
- He visto muchas mujeres en mi vida, como cualquier hombre he tenido algunas parejas, y a algunas realmente en su momento las quise, pero ahora si me pongo a ver hacia atrás no hay comparación con lo que sentí cuando la vi a ella, y lo que aun siento, si usted la hubiera visto me daría la razón, padre la verdad es que ha vuelto a pasar varias veces por ahí pero no estaba. . . me angustia en verdad que no vea otra vez. Era una mujer como nunca he visto otra, llevaba un vestido claro, tenía el cabello oscuro y brillante, y me doy cuenta que al describirla no me alcanzan las palabras, no puedo, es curioso pero al instante de verla no me sentí así, fue cuando llegue a mi casa, cuando la recordé y entonces todo ha sido así hasta ahora, ahora lo puedo recordar como antes, con toda claridad y sé que en ese momento tuve una sensación rara, como frío en el corazón y al mismo tiempo era algo que se sentía bien.
- No sé cómo describirlo de otra forma, era frío y punzante pero al mismo tiempo era una sensación que disfrutaba, me gustaba, es algo que no he sentido en mi vida, no sé, pero tengo la seguridad que viene de ella, esa mujer es un sueño, y mientras viva no poder tener paz si no la encuentro, y espero que así sea cuando la encuentre me voy con ella adonde sea, no importa lo que deba hacer, lo que tenga que sacrificar, pero no me apartaría de ella jamás. Sabe una cosa padre? A pesar de todo tengo la certeza de que la voy a ver otra vez y solo esa idea me ha dado algo de paz, la veré y seré alguien diferente, eso es lo que creo, no hay ni habrá una mujer como esa nunca, y también siento que es para mí, eso me alegra, solo tengo que tener paciencia y la veré, no me importa esperar demasiado pero tengo la idea que entre más la busque allí donde la vi por primera vez menos tendré que esperar, y eso es lo que seguiré haciendo!
Después de aquel largo monologo el joven se levantó con algo más de decisión y se encamino a la puerta donde se detuvo y miro al tranquilo anciano: - perdone padre en un inicio vine a pedirle su opinión de toda esta situación y lo que hice fue hablar solo, espero no haberle robado demasiado tiempo, pero aun así solo con escucharme ya me ayudo, y se lo agradezco.
La puerta se cerró y poco después se volvió a escuchar el potente sonido del motor al arrancar y luego fue disminuyendo hasta volver a dejar en silencio la fría sacristía. El viejo párroco se quedó mirando la puerta antes de reparar en las sombras que ya se extendían por todas partes, al mirar el reloj se percató que aquella entrevista se había llevado más tiempo del que creyó y se levantó pues solo faltaban 14 minutos para las 6 , no le dio demasiadas vueltas a la historia que acababa de escuchar porque se dio cuenta que era inútil decir algo, tratar de disuadir al joven de sus propósitos o siquiera distraerlo de ellos, su camino, se dijo es inexorable y por lo que veo no puede retroceder pero me parece que hará todo lo posible por acelerarlo, así pues no tengo derecho a interferir y si me equivoco, pues que dios me perdone.