Una explicación que anda por ahí, señala que San Jerónimo, traductor al latín de la Biblia, cometió un "ligero" error al traducir la palabra griega "kamelos" como camello. De hecho, la palabra "kamelos" no significa camello, sino que se refiere a una soga gruesa con la que se amarran los barcos a los puertos. Sin embargo, aunque fuera un error, se mantiene la idea de la imposibilidad. Otros autores no mencionan ese error en la traducción.
Hubo un hombre en los tiempos de Jesús que era rico. Su nombre: José de Arimatea. Él incluso compró los terrenos para sepultar a Jesucristo. Amó a Cristo y su riqueza nunca fue obstáculo para ello.
El pasaje completo dice así:
"Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Mas sus discípulos, oyendo estas cosas, se espantaron en gran manera, diciendo: ¿Quién pues podrá ser salvo? Y mirándo los Jesús, les dijo: Para con los hombres imposible es esto; mas para con Dios todo es posible." (Mateo 19:24-26)
En otras palabras, es difícil para el hombre pues implica dejar de confiar en sus posesiones, en las cosas materiales y reconocer que lo que tiene es porque Dios le ha dado todo para que lo administre y pueda ser de bendición a los demás, pero para Dios nada es imposible, así que también los ricos pueden entrar al reino de Dios. La dificultad radica en el hombre, no en Dios.