Compas, voy por la segunda botella de agua a ver si me recupero.
Vengo saliendo de verme con Paulina. ¡QUÉ BRUTA! Las fotos no le hacen justicia porque en persona es más rica aún. Tiene una piel suavecita y una actitud 100% malévola. Me recibió en una faldita que al toque cayó al suelo revelando un trasero genial. ¿Los pechos? Celestiales. Y, fetiche personal, los tatuajes terminan de componer la que bien sería una Suicide Girl con un poquito de Mia Khalifa.
Lo que más me mató fue la actitud de ella, rayando en lo porno. Súper desenvuelta y entregada. Aparte, el masaje que me hizo encendió la situación en dos toques. Se queja muy rico en la mamada y se asegura de que uno le sienta todo el cuerpo. A la hora de la cabalgada tuve que buscar cuales santos bajar. En fin... Que se repita.
Lléguenle sin miedo y con cariño. ¡Gracias, Pau!