Procedo a advertir al público con respecto a una situación anómala que estoy experimentando.
Como profesional en construcción, cuando ejecuto trabajos, busco las ofertas más adecuadas para mis clientes. En el caso de mis clientes actuales, de los que me reservo por el momento sus nombres, dentro de los servicios de remodelación que le hice a sus locales en el centro de Heredia, tuve que contratar el servicio de confección e instalación de cortinas arrollables metálicas, para proteger los nuevos ventanales y puertas correspondientes, según el diseño que realicé para ellos.
Dentro de las ofertas que consideré, está la del señor Randall Serrano D., cédula 1-0761-0581, quien se anuncia en Internet como dueño de RS Portones y cuenta con perfil a su nombre en Facebook y tenía un anuncio en páginas amarillas de internet. Considerada la oferta del señor Serrano, le adjudique el contrato de 4 cortinas arrollables, dándole el adelanto para una primera cortina, la cual colocó correctamente, y luego el adelanto de dos más, de las cuales instaló la segunda, incluida una extra que solicitó, cancelándose también los saldos por las cortinas ya instaladas y se le pagó el adelanto de la cuarta cortina, por lo tanto, quedaron pendientes dos cortinas por instalar. El total contratado es por 1,190,000.00 colones, de los cuales se pagaron, hasta el 1/02/2011 (facturas No. 156655, 407273,156656, 156659, 156661, 156662 y 156663), 1,010,000.00 colones, o un 85% del contrato.
El caso es que se le llamó para coordinar la colocación de las restantes cortinas desde la fecha del último pago (1 de Febrero de 2011), y luego de la primera llamada en que sí hablamos, no volvió a comunicarse más hasta que, luego de que no respondía a sus teléfonos, se le dejaron muchos mensajes de texto y recados con su hermano, el señor Serrano llamó en un par de ocaciones dando variadas excusas: realizaba un trabajo fuera del Valle Central, el color de la cortina había sido fabricado mal, había desajustado el dinero y tenía que terminar otro trabajo para retirarlas, y lo último fue que devolvería el dinero (esto por mensaje de texto, pues desde entonces no contesta el teléfono), dado que tuve que encargar, por mi cuenta, nuevas cortinas para que mis clientes no perdieran su dinero, y dado que su propiedad sufrió serio riesgo de daños y robos por muchos días.
De buena fe le encargué estos trabajos al señor Serrano, no le pedí descuentos, se le hicieron los pagos en efectivo oportunamente y él cumplió apenas con el 50% del trabajo encargado. Le di suficiente tiempo y oportunidades para cumplir su obligación y, a la fecha en que se lee esta denuncia en este espacio, no ha devuelto el dinero adeudado (300 mil colones), a la cuenta bancaria que le dí, dado que desde el 1 de Febrero no se ha dignado dar la cara para solventar el daño de su incumplimiento. Por todo esto, recomiendo tener mucho cuidado antes de contratar a este señor.
He pensado mucho antes de exponer estos hechos, totalmente fidedignos, que cuentan entre sus testigos a mis clientes, los inquilinos de sus locales y mi personal, por lo delicado de tema y en consideración a las personas involucradas, dado que no quiero cometer ninguna injusticia y apegarme a la realidad ocurrida. Dado que el principio de todo trabajo es ser responsables con lo comprometido, no debería haber necesidad de estas cosas, pero ante la actitud del señor Serrano, informo lo ocurrido para prevenir que otras personas sufran este tipo de abuso y perdida de sus recursos, ante gente que se apropia de los mismos y los mantiene en sus bolsillos, poniendo en entredicho su honradez.
Desgraciadamente, estas actitudes crean recelo y desconfianza hacia todas las personas que trabajamos en el área de la construcción, llegándose a llamar incluso ladrones a mucha gente en el ramo por su comportamiento, pagando justos por pecadores.
Creo que, además de prevenir a otros, esta denuncia puede ayudar a que se vaya subsanando este mal. Creo que las redes sociales son precisamente un motor de presión social para cambiar lo que está equivocado en las comunidades, y desde los grandes movimientos, como las revoluciones recientes en países oprimidos, hasta situaciones menos trascendentes, pero igualmente importantes para los afectados en sus bienes, que generalmente son el sustento de sus hogares, como en mi caso, en todas estas situaciones, una actitud vigilante y de acción de estas comunidades pueden hacer una gran diferencia para el futuro.
En caso de mayores detalles, favor contactarme a mi correo o teléfonos. Gracias por su atención.
Como profesional en construcción, cuando ejecuto trabajos, busco las ofertas más adecuadas para mis clientes. En el caso de mis clientes actuales, de los que me reservo por el momento sus nombres, dentro de los servicios de remodelación que le hice a sus locales en el centro de Heredia, tuve que contratar el servicio de confección e instalación de cortinas arrollables metálicas, para proteger los nuevos ventanales y puertas correspondientes, según el diseño que realicé para ellos.
Dentro de las ofertas que consideré, está la del señor Randall Serrano D., cédula 1-0761-0581, quien se anuncia en Internet como dueño de RS Portones y cuenta con perfil a su nombre en Facebook y tenía un anuncio en páginas amarillas de internet. Considerada la oferta del señor Serrano, le adjudique el contrato de 4 cortinas arrollables, dándole el adelanto para una primera cortina, la cual colocó correctamente, y luego el adelanto de dos más, de las cuales instaló la segunda, incluida una extra que solicitó, cancelándose también los saldos por las cortinas ya instaladas y se le pagó el adelanto de la cuarta cortina, por lo tanto, quedaron pendientes dos cortinas por instalar. El total contratado es por 1,190,000.00 colones, de los cuales se pagaron, hasta el 1/02/2011 (facturas No. 156655, 407273,156656, 156659, 156661, 156662 y 156663), 1,010,000.00 colones, o un 85% del contrato.
El caso es que se le llamó para coordinar la colocación de las restantes cortinas desde la fecha del último pago (1 de Febrero de 2011), y luego de la primera llamada en que sí hablamos, no volvió a comunicarse más hasta que, luego de que no respondía a sus teléfonos, se le dejaron muchos mensajes de texto y recados con su hermano, el señor Serrano llamó en un par de ocaciones dando variadas excusas: realizaba un trabajo fuera del Valle Central, el color de la cortina había sido fabricado mal, había desajustado el dinero y tenía que terminar otro trabajo para retirarlas, y lo último fue que devolvería el dinero (esto por mensaje de texto, pues desde entonces no contesta el teléfono), dado que tuve que encargar, por mi cuenta, nuevas cortinas para que mis clientes no perdieran su dinero, y dado que su propiedad sufrió serio riesgo de daños y robos por muchos días.
De buena fe le encargué estos trabajos al señor Serrano, no le pedí descuentos, se le hicieron los pagos en efectivo oportunamente y él cumplió apenas con el 50% del trabajo encargado. Le di suficiente tiempo y oportunidades para cumplir su obligación y, a la fecha en que se lee esta denuncia en este espacio, no ha devuelto el dinero adeudado (300 mil colones), a la cuenta bancaria que le dí, dado que desde el 1 de Febrero no se ha dignado dar la cara para solventar el daño de su incumplimiento. Por todo esto, recomiendo tener mucho cuidado antes de contratar a este señor.
He pensado mucho antes de exponer estos hechos, totalmente fidedignos, que cuentan entre sus testigos a mis clientes, los inquilinos de sus locales y mi personal, por lo delicado de tema y en consideración a las personas involucradas, dado que no quiero cometer ninguna injusticia y apegarme a la realidad ocurrida. Dado que el principio de todo trabajo es ser responsables con lo comprometido, no debería haber necesidad de estas cosas, pero ante la actitud del señor Serrano, informo lo ocurrido para prevenir que otras personas sufran este tipo de abuso y perdida de sus recursos, ante gente que se apropia de los mismos y los mantiene en sus bolsillos, poniendo en entredicho su honradez.
Desgraciadamente, estas actitudes crean recelo y desconfianza hacia todas las personas que trabajamos en el área de la construcción, llegándose a llamar incluso ladrones a mucha gente en el ramo por su comportamiento, pagando justos por pecadores.
Creo que, además de prevenir a otros, esta denuncia puede ayudar a que se vaya subsanando este mal. Creo que las redes sociales son precisamente un motor de presión social para cambiar lo que está equivocado en las comunidades, y desde los grandes movimientos, como las revoluciones recientes en países oprimidos, hasta situaciones menos trascendentes, pero igualmente importantes para los afectados en sus bienes, que generalmente son el sustento de sus hogares, como en mi caso, en todas estas situaciones, una actitud vigilante y de acción de estas comunidades pueden hacer una gran diferencia para el futuro.
En caso de mayores detalles, favor contactarme a mi correo o teléfonos. Gracias por su atención.