Los problemas que tengo al viajar en el transporte público, gente comiendo tal vez algo con un fuerte olor que apesta todo, también que vayan escuchando su asco de música sin audífonos o la brillante idea de algunas empresas de comprar buses con asientos que se reclinan y que incomodan ya que más de un imbécil parece que desearía ir acostado sin importar a quien molestan.