En el gym
Hace poco descubrí que soy Bisexual, bueno más que descubrir, debo decir que me acepté Bisexual. Ya en esa frecuencia, me he dado algunos gustos, digamos que me dejo querer. Hace 4 días estaba terminando mi rutina en el Gym. Eran casi las 2 de la tarde, una hora en que al menos el gym que frecuento está bastante despoblado y se puede trabajar tranquilamente. En la sala de pesas había un muchacho bien atractivo, cuerpo bien construido, brazos fuertes y grandes y sobre todo, tenía aspecto viril. Luego de un rato, mientras lo observaba con discreción, nos encontramos con la mirada y sonreímos, no pasó a más, yo seguí en lo mío y terminé, entonces me fui para los vestidores. A los pocos minutos de estar allí terminando de sacar las cosas del locker, entra él como sin propósito alguno, se me queda viendo y se da vuelta hacia los lavatorios, se inclina y toma agua, me levanta aquel culito delicioso y me saca de concentración, no encuentro qué hacer y entonces me voy hacia los orinales a echarme una miadita. De pronto siento que llega, me pasa por detrás y se pone a orinar a mi lado. Lo vuelvo a mirar y me está mirando sonriendo, es muy guapo, de unos 25 años. Le sonrío y sigo orinando, lo siento mirándome y entonces levanto la cabeza y vuelvo a mirarlo, estaba como ido viéndome, sin pensarlo dos veces me hago hacia atrás en el orinal sosteniéndome el pito y quedo al descubierto, él baja la cabeza y me la mira, entonces hace lo mismo y le veo aquella picha bien durita, él la suelta y con su mano izquierda me la agarra, siento un escalofrío, hago lo mismo y se la agarro, jueputa era como si en ese momento hubiera sentido una descarga eléctrica, fue una sensación de calentura enorme y me puse en un temblor, aunque no parezca por como escribo, soy tímido, y estaba entre asustado y complacido pero muy excitado. El me pasó la mano callosa por el pene, baja, me agarra los huevos con suavidad. Entonces me le acerco rápido y le doy un piquito, se queda quedito. Pienso rápido y le digo que venga, me sigue y nos metemos en uno de los baños, cierro la puerta y me acomodo a un costado, nos besamos rico y entonces él baja, se mete mi pito en la boca y me ha pegado tremenda mamada, yo me quedo pegado a la pared con los ojos cerrados viviendo aquella vara, hasta que me vengo delicioso. Entonces se pone de pie, me da un beso en el cuello, abre la puerta y se jala. Yo me quedo un rato más ahí de pie, recobrando el aliento, todo me tiembla. Salgo, no hay nadie, recojo mis cosas y me marcho. No podía creerlo, fue mi primera mamada en un baño y del gimnasio, donde tanta gente me conoce, pues tengo más de tres años de visitarlo. No he vuelto a verlo, pero cuando ocurra le voy a hablar y a invitarlo a mi departamento.