Yo el fin de semana viví a corta distancia una situación parecida.
En un bar acá en el puerto, estaban dos chavalas: una tipo rellenita, muy bien se veía, y muuuuy bien vestida. La otra una bajita muy rica la condenada.
Yo le quise entrar a la bajita, le tiraba unas miradas pero nada, ambas estaban a la par de la mesa de donde yo me encontraba. Al rato logré hacerle conversación, pero, supongo, que como vio que no la invité nada se devolvió a su mesa.
En ese momento llegaron maes, de los que andan jugando de ricos, y empezaron a invitarlas. Para no cansarlos con el cuento, al final de la velada (y yo con 8 birras entre espalda y pecho), los maes se fueron de 23mil cañas!!!! Y yo... de lo que me salvé, porque las maes dijeron gracias y jalaron!!!
