Leyendo un poco en La Nación, veo este artículo de uno de los columnistas de página 15, creo que si por él fuese y si estuviese al mando del ejercito israeli, ya desde hace mucho hubiese declarado el ARMAGEDON.
Ahí se los dejo para que opinen si tienen el gusto:
Página Quince
Jaime Gutiérrez
Médico
La lucha del pueblo hebreo
Hamás y Hezbolá son los responsables directos de las desgracias del pueblo palestino
El mundo árabe nunca ha aceptado la legitimidad de la creación del estado de Israel y continúa oponiéndose, no a sus políticas que sería algo negociable, sino a su misma existencia. Los acuerdos de Oslo tramaron un proceso que consistía de ciclos con incrementos progresivos de concesiones cada vez mayores y más significativos de parte de Israel y de los palestinos, hasta lograr una paz perdurable. Pero el proceso llamado “incrementalismo” más bien empeoró la situación.
El patrón ha sido: después del conflicto, un cese del fuego y por último la negociación y la tregua. Cuando Hamás lanzó los cohetes Qassam a Israel, terminó la más reciente tregua con Israel que duró apenas 16 meses. El proceso ha quedado desprestigiado porque ha dejado claro, también, que como consecuencia de sus repetidos fracasos, este funesto vaivén es peor que una guerra.
Regresión. Lo que Oslo ha logrado en el Medio Oriente es una regresión; algo peor que la guerra: una cultura de violencia; una trituradora de vidas humanas. En lugar de un incremento de pasos hacia la paz, la realidad es que el proceso recetado por “la comunidad internacional” ha sido una regresión hacia una cultura de muerte.
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Disminuir Aumentar
En la guerra hay vencedores y vencidos y se establece la paz por un tiempo. La paz nunca es perdurable, pero generalmente lleva a un período más prolongado entre guerra y guerra. Después de dos guerras mundiales, Europa ya lleva 63 años de paz. Una paz de 63 años en Oriente Medio cambiaría el mundo.
El fundamentalismo islámico religioso y político ha lanzado una guerra mundial contra la cultura judeo-cristiana. Al-Qaeda prometió “llevar el terrorismo islámico a los países de Occidente donde se producirán actos de exterminio colectivo”. Israel se enfrenta, por lo tanto, a una combinación de serias amenazas. Pero la de mayor envergadura es Irán, que está avanzando a pasos agigantados hacia el desarrollo de armas nucleares.
Objetivos de la guerra. Israel anuncia que su incursión a Gaza tiene como meta reducir la capacidad de Hamás de lanzar cohetes hacia Israel. Si es así, va hacia otro capítulo más de lo mismo de siempre. Pero ojalá no sea esta la verdadera meta. Según el historiador Rose, la verdadera tragedia e ironía de Vietnam fue que en cada paso del camino, los líderes norteamericanos no tomaron una posición extrema, sino un camino centrista. El sistema funcionó porque estaba diseñado para lograr un empate, pero el resultado fue un fracaso porque se perdió la guerra.
Opina el historiador Schlesinger: “La Segunda Guerra Mundial llevó a los historiadores de mi generación a la renuente conclusión de que existen algunos problemas que solo la guerra puede resolver”. Los ciclos de violencia en Oriente Medio no han traído la paz y más bien ambos lados parecen estarse tambaleando gradualmente hacia una guerra de gran envergadura.
El presidente de Irán, Ahmadineyad, quien ha llamado a “borrar” a Israel del mapa va a desaparecer primero. Lo mismo que Haniya de Hamás y Nasralá de Hezbolá, que han engañado a sus pueblos con la falsa promesa de que pueden echar al pueblo hebreo al mar. Ellos son los responsables directos de las desgracias del sufrido pueblo palestino que ha pagado un elevado precio por la demagogia de sus líderes.
Roosevelt lo puso así: “Cuando uno ve una culebra cascabel balancearse para asestar un golpe, uno la aplasta antes de que lo logre”. Y en eso está Israel. Como debe ser. Pero, para traer una paz más perdurable a la región y al mundo, Israel tiene que incrementar el conflicto bélico con un ataque a las instalaciones nucleares de Irán.
La defensa es un deber biológico y es la víctima la que define la respuesta a una agresión no provocada, como la que sufrió Israel cuando Hamás lanzó sus cohetes hacia Sedot. La meta de Israel en esta incursión a Gaza, por lo tanto, no debe ser la de asustar a los terroristas, es liquidarlos. Pero, sin un conflicto más amplio, Israel no va a debilitar sustancialmente a estos palestinos militantes por mucho tiempo.
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/enero/ ... 36544.html
Ahí se los dejo para que opinen si tienen el gusto:
Página Quince
Jaime Gutiérrez
Médico
La lucha del pueblo hebreo
Hamás y Hezbolá son los responsables directos de las desgracias del pueblo palestino
El mundo árabe nunca ha aceptado la legitimidad de la creación del estado de Israel y continúa oponiéndose, no a sus políticas que sería algo negociable, sino a su misma existencia. Los acuerdos de Oslo tramaron un proceso que consistía de ciclos con incrementos progresivos de concesiones cada vez mayores y más significativos de parte de Israel y de los palestinos, hasta lograr una paz perdurable. Pero el proceso llamado “incrementalismo” más bien empeoró la situación.
El patrón ha sido: después del conflicto, un cese del fuego y por último la negociación y la tregua. Cuando Hamás lanzó los cohetes Qassam a Israel, terminó la más reciente tregua con Israel que duró apenas 16 meses. El proceso ha quedado desprestigiado porque ha dejado claro, también, que como consecuencia de sus repetidos fracasos, este funesto vaivén es peor que una guerra.
Regresión. Lo que Oslo ha logrado en el Medio Oriente es una regresión; algo peor que la guerra: una cultura de violencia; una trituradora de vidas humanas. En lugar de un incremento de pasos hacia la paz, la realidad es que el proceso recetado por “la comunidad internacional” ha sido una regresión hacia una cultura de muerte.
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En la guerra hay vencedores y vencidos y se establece la paz por un tiempo. La paz nunca es perdurable, pero generalmente lleva a un período más prolongado entre guerra y guerra. Después de dos guerras mundiales, Europa ya lleva 63 años de paz. Una paz de 63 años en Oriente Medio cambiaría el mundo.
El fundamentalismo islámico religioso y político ha lanzado una guerra mundial contra la cultura judeo-cristiana. Al-Qaeda prometió “llevar el terrorismo islámico a los países de Occidente donde se producirán actos de exterminio colectivo”. Israel se enfrenta, por lo tanto, a una combinación de serias amenazas. Pero la de mayor envergadura es Irán, que está avanzando a pasos agigantados hacia el desarrollo de armas nucleares.
Objetivos de la guerra. Israel anuncia que su incursión a Gaza tiene como meta reducir la capacidad de Hamás de lanzar cohetes hacia Israel. Si es así, va hacia otro capítulo más de lo mismo de siempre. Pero ojalá no sea esta la verdadera meta. Según el historiador Rose, la verdadera tragedia e ironía de Vietnam fue que en cada paso del camino, los líderes norteamericanos no tomaron una posición extrema, sino un camino centrista. El sistema funcionó porque estaba diseñado para lograr un empate, pero el resultado fue un fracaso porque se perdió la guerra.
Opina el historiador Schlesinger: “La Segunda Guerra Mundial llevó a los historiadores de mi generación a la renuente conclusión de que existen algunos problemas que solo la guerra puede resolver”. Los ciclos de violencia en Oriente Medio no han traído la paz y más bien ambos lados parecen estarse tambaleando gradualmente hacia una guerra de gran envergadura.
El presidente de Irán, Ahmadineyad, quien ha llamado a “borrar” a Israel del mapa va a desaparecer primero. Lo mismo que Haniya de Hamás y Nasralá de Hezbolá, que han engañado a sus pueblos con la falsa promesa de que pueden echar al pueblo hebreo al mar. Ellos son los responsables directos de las desgracias del sufrido pueblo palestino que ha pagado un elevado precio por la demagogia de sus líderes.
Roosevelt lo puso así: “Cuando uno ve una culebra cascabel balancearse para asestar un golpe, uno la aplasta antes de que lo logre”. Y en eso está Israel. Como debe ser. Pero, para traer una paz más perdurable a la región y al mundo, Israel tiene que incrementar el conflicto bélico con un ataque a las instalaciones nucleares de Irán.
La defensa es un deber biológico y es la víctima la que define la respuesta a una agresión no provocada, como la que sufrió Israel cuando Hamás lanzó sus cohetes hacia Sedot. La meta de Israel en esta incursión a Gaza, por lo tanto, no debe ser la de asustar a los terroristas, es liquidarlos. Pero, sin un conflicto más amplio, Israel no va a debilitar sustancialmente a estos palestinos militantes por mucho tiempo.
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/enero/ ... 36544.html