Deísmo - Wikipedia, la enciclopedia libre
El
deísmo es una postura
filosófica que acepta la existencia y la naturaleza de
Dios a través de la
razón y la experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de los elementos comunes de las
religiones teístas como la
revelación directa, la
fe o la
tradición. La mención de Dios en este artículo se refiere más a un Creador u Organizador que al Dios Abrahámico. En palabras más sencillas: un deísta es aquel que se inclina a creer en la existencia de Dios, pero no practica ninguna religión. Así, uno de los principales postulados de esta doctrina está basado en la creencia de que Dios existe y creó el universo físico, pero no interfiere con él (postulado que incluye a la
evolución teísta). Este postulado se relaciona y origina con una filosofía y movimiento
religioso que deriva la existencia y naturaleza de Dios por la razón. Por ello no toma posición sobre lo que hace Dios fuera del universo, en contraste con el
fideísmo que se encuentra en muchas enseñanzas del
cristianismo,[SUP]
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islamismo y
judaísmo, que sostiene que la religión depende tanto de la revelación de las sagradas escrituras o del testimonio de otra gente.
Los deístas típicamente también tienden a rechazar los eventos
sobrenaturales (milagros, profecías, etc.) y a afirmar que Dios no interfiere en la vida de los humanos y las leyes del
universo, o lo hace a través de ellas. Por ello, a menudo utilizan la analogía de Dios como un relojero o la idea de un Dios cosmico o cosmológico. Lo que para las religiones organizadas son revelaciones divinas y libros sagrados, la mayoría de deístas entiende como interpretaciones inventadas por otros seres humanos, más que como fuentes autorizadas, pero igualmente aceptan la inspiración recibida, en la búsqueda personal de su propia espiritualidad. Así pues, la corriente filosófica deísta al promover el librepensamiento, no pretende establecer ningún precepto ni dogma a seguir, por lo que estos fenómenos también serian aceptados. Los deístas creen que el mayor don divino a la humanidad no es la religión, sino
la habilidad de razonar.
El deísmo cobró notoriedad en los siglos XVII y XVIII durante la
Ilustración, especialmente en el
Reino Unido,
Francia y los
Estados Unidos, principalmente entre aquellas personas educadas como cristianas que vieron que no podían creer ni en la
Trinidad divina, la
divinidad de Jesús, los milagros ni en la infalibilidad de la Biblia; pero que sí creían en un
solo dios. Inicialmente, no formaron ninguna congregación, pero con el tiempo el deísmo también ha llevado al desarrollo de otros grupos religiosos, tales como el
Unitarismo que se convirtió más tarde en el
Unitarismo universalista. Continúa hasta la actualidad en la forma de deísmo clásico y deísmo moderno.
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