Vale que tuvo que especificar que era el NT, no el viejo.
Es actual, ¿en qué sentido? Denos un ejemplo.
Ejemplos hay cientos en el Nt, es un gran libro..
La humildad es el lubricante para superar la fricción creada por la forma en que queremos vernos a sí mismos y cómo somos en realidad. Nos permite aceptar la realidad de que tenemos debilidades y es la base para una actitud abierta a aprender. El apóstol Pablo observó: “Porque el que se cree ser algo, y no es nada, a sí mismo se engaña” (Gálatas 6:3). Un humilde estado de ánimo, y la voluntad de aprender hacen posible el cambio. Estos también ayudan a aceptarnos a sí mismos—así como a los demás—de que no somos perfectos, y esto en si mismo puede ayudarnos a evitar algunas dificultades en la vida.
El libro de Santiago en el Nuevo Testamento describe una analogía en ese sentido: “Pero pongan en práctica la palabra, y no se limiten sólo a oírla, pues se estarán engañando ustedes mismos. El que oye la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira a sí mismo en un espejo: se ve a sí mismo, pero en cuanto se va, se olvida de cómo es. En cambio, el que fija la mirada en la ley perfecta, que es la ley de la libertad, y no se aparta de ella ni se contenta sólo con oírla y olvidarla, sino que la práctica, será dichoso en todo lo que haga”. (James 1:22–25).
Warren Bennis ha dicho que nuestro objetivo es desarrollar un conocimiento "más profundo de sí mismo que luego se vuelva hacia el exterior en lugar de hacia adentro y resulte en una mejor comprensión de los demás. . . . "La comprensión de nosotros mismos y nuestras propias motivaciones nos puede ayudar a apreciar mejor los desafíos que enfrentan los demás. La empatía resultante debería hacer más fácil seguir un precepto bíblico fundamental: tratar a los demás como queremos ser tratados, amar a los demás como queramos ser tratados (Lucas 6:31; Mateo 22:39; Gálatas 5:14).
El profeta hebreo Jeremías había dicho, “El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce?” (Jeremías 17:9, Reina Valera Contemporánea), y habló con esta endecha: “Yo sé bien, Señor, que nadie es dueño de su vida, ni nadie puede por sí mismo ordenar sus pasos”. (Jeremías 10:23). En otras palabras, ni siquiera podemos confiar en nuestras propias mentes, porque la mente humana es incapaz de ver las cosas de una manera completamente honesta. Escondemos cosas de nosotros mismos.
La inteligencia emocional de Jesucristo es un hecho. La imagen que dio a sus más cercanos y a quienes lo conocieron lo presenta como un ser auto consciente, equilibrado, controlado, asertivo, que expresaba sus sentimientos positivos y negativos, que defendía sus derechos sin herir ni agredir al otro, con una elevada capacidad empática con la cual veía el mundo. Tenía un sentido claro y definido de la vida, era brillante al resolver problemas. En Jesús vemos realizado el proyecto humano de la realidad divina, porque fue Dios quien decidió asumir la humanidad y ser profundamente humano.
La persona de Jesús es de naturaleza divina y asume la naturaleza humana. Por ser hombre posee todo lo humano y lo realiza de una manera plena. La fuente más importante para conocer a Jesús fueron sus seguidores y apóstoles, hombres y mujeres por igual, que estuvieron alrededor suyo, y quienes antes y después de la Resurrección asimilaron su experiencia y la plasmaron en una tradición que luego fue escrita en los evangelios, cuya importancia no es su exactitud histórica, sino su repercusión en la humanidad a través de la figura de Cristo, procesada por la comunidad a la luz de la fe. La humanidad de Jesús, que impactó a sus seguidores y por medio de la cual se descubrió su intimidad divina, determinó las características de lo que hoy llamamos su inteligencia emocional. Jesucristo fue un hombre consciente de sus emociones y las expresó: ira, miedo, tristeza, dolor, sorpresa, alegría. Estas son las emociones primarias de las cuales fue un especialista en su manejo.
Las bienaventuranzas pueden ser relacionadas con la clave de los siete elementos de la inteligencia emocional:
1. Confianza: Creer que tú puedes ser capaz de tener éxito en todo lo que emprendas y que otros te ayudarán.
2. Curiosidad: sentido de encontrar cosas que te guíen a la satisfacción.
3. Intencionalidad: deseo y capacidad de impactar y actuar con perseverancia.
4. Auto control: facultad de modular y controlar tus propias acciones en orden de caminos apropiados.
5. Compatibilidad: facultad de relacionarse con otros basados en un sentido de ser entendidos y entender a otros.
6. Comunicación: capacidad de saber lo que sabes, expresar lo que necesitas saber, y cómo compartes esas observaciones con otros.
7. Colaboración: facultad de acrecentar tu energía y efectividad combinando esfuerzos y habilidades con otros (requiere toda clase de las habilidades antes mencionadas.)
A través del sermón del monte, Mateo 6 y 7, la premisa básica de la enseñanza de Jesús es compartida al mundo. Él usa su presentación respetuosa para apelar a la inteligencia emocional de la audiencia.
Bienaventurados los pobres de espíritu: porque ellos heredaran los cielos.
Bienaventurados los que sufren, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
El sermón del monte ayuda al trabajo del cristiano hacia el manejo de los siete elementos claves de la inteligencia emocional. Cuando seamos cristianos maduros nuestras vidas no se regularán por reacciones de caprichos.
La vida cristiana es y puede ser caracterizada por dominio propio (auto control.) El manejo de nuestras emociones naturalmente caen dentro del área de la disciplina. Mucha de la vida cristiana está regulada a través de la disciplina cristiana. De hecho la disciplina o dominio propio es uno de los frutos del Espíritu. "Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley." (Gálatas 5: 22 y 23)
Por último nuestra meta como cristianos es ser motivados a vivir una vida que agrada a Dios. Él razona con nosotros acerca de cómo hacerlo por medio de las bienaventuranzas. El sermón del monte es un discurso de Dios a nosotros los cristianos. Jesús se dirige a las varias emociones con que trata la gente y da a los cristianos una guía de vivir la vida cristiana en una manera que a él le agrade. La mayoría de los cristianos se obsesiona creyendo que la manera de complacer a Dios es sumergirse a sí mismos en el trabajo del ministerio. Ultimadamente Dios quiere y desea nuestro compañerismo con él. "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados." Mateo 5:6
El mejor entendimiento de la función del cerebro ha proporcionado una nueva percepción de la inteligencia. Las emociones trabajan con el intelecto, las dos no son mutuamente exclusivas. Jesús apela a nuestras emociones a través del intelecto. Una mayor preocupación por otros complementará nuestra inteligencia emocional e intelectual.
Diversas Fuentes