Hay que aclarar de que estamos hablando de robots con IA (inteligencia artificial) y no simples robots construidos para cumplir una tarea en específico.
El articulo nos habla sobre los resultados de un experimento hecho por los investigadores de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne y la University ************SPAM/BANNEAR************ Lausanne, en Suiza.
Su creador, el profesor Dario Floreano del The Laboratory ************SPAM/BANNEAR************ Intelligent Systems (LIS) asegura que los resultados “demuestran que gracias a los mecanismos de la selección natural, sólo unos pocos cientos de generaciones son suficientes para permitir que los robots evolucionen lo suficiente como para ser capaces de circular sin chocar entre sí por el interior de un laberinto, elaboren sofisticadas estrategias de cazadores y presas, cooperen entre sí e incluso desarrollen algo parecido al altruismo". Los robots suizos no tienen un “cerebro electrónico” convencional. Floreano los ha equipado con una red neuronal que modifica su comportamiento a lo largo del tiempo, basándose en sus “experiencias” y en los resultados que obtienen al aplicar cada estrategia. De alguna forma, los humanos aprendemos a desempeñarnos de una forma bastante parecida. Los comportamientos mencionados “tuvieron lugar, en todos los casos, a través de la selección natural, gracias al uso de una red neuronal simple”, dice el profesor. Las neuronas de la capa de entrada de la red neuronal fueron activadas por sensores del robot, mientras que la capa de salida se encargó de controlar sus motores.
Al comenzar el experimento, cada robot del grupo tenía un “genoma” diferente. Este genoma cibernético no es otra cosa que una descripción de las diferentes conexiones que existen entre sus neuronas artificiales. Como puedes imaginar, esta situación dio lugar a una serie de comportamientos singulares y erráticos, siendo la mayoría de las veces incapaces de desplazarse en linea recta, evitar los obstáculos que se interponían en su camino o recorrer el interior del laberinto. Pero la “selección darwiniana robótica” fue modificando estos comportamientos mediante la elección de los genomas artificiales que poseían una mejor aptitud para resolver los problemas que Floreano les planteaba. Estos “genes exitosos” se utilizaban como base para producir la siguiente generación de robots. El equipo de Lausanne encontró que luego de unas 100 generaciones los robots fueron capaces de moverse a través de un laberinto sin chocar con los obstáculos.
Luego se diseñaron experimentos que exigían a los robot aprender el comportamiento típico de los depredadores. Para ello debían -por ensayo y error, tal como ocurre en la evolución biológica- desarrollar estrategias exitosas como el acecho o el uso de los “muros” de su mundo para lograr atrapar a las presas. Asombrosamente, los robots demostraron nuevamente ser capaces de evolucionar, incluso demostrando comportamientos típicamente altruistas. En algunos juegos de los que participaron, en que el objetivo a cumplir requería de la colaboración de dos o mas robots, varias veces algunos se “sacrificaron” (quedando fuera de juego, por ejemplo) para que el equipo que integraban lograse el éxito. "Estos ejemplos de la evolución experimental en robots resultan muy útiles para verificar el verdadero poder que poseen las estrategias de evolución por mutación, recombinación y selección natural", dice Floreano. "La capacidad de los robots para orientarse, escapar de los depredadores, e incluso cooperar es particularmente notable, dado que tenían los genotipos mapeados deliberadamente de forma sencilla, y que las redes neuronales utilizadas estaban compuestas por sólo una docena de neuronas".
Por lo pronto, este trabajo ha permitido descubrir que los robots no necesariamente tienen que ser estúpidos: pueden aprender y evolucionar por sí mismos.
Leer artículo completo: "Robot altruista" producido a través de la evolución
Ahora el problema que plantea este experimento es el peligro que puede tener el permitir que un robot evolucione con "libre albedrío" y que este pueda no seguir reglas éticas o morales como los humanos, siendo posible la eliminación de un ser humano por un robot al este tratar de cumplir algún objetivo y ver al humano como un posible obstáculo. Ojala no haya ningún final apocalíptico para la humanidad.
El articulo nos habla sobre los resultados de un experimento hecho por los investigadores de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne y la University ************SPAM/BANNEAR************ Lausanne, en Suiza.
Su creador, el profesor Dario Floreano del The Laboratory ************SPAM/BANNEAR************ Intelligent Systems (LIS) asegura que los resultados “demuestran que gracias a los mecanismos de la selección natural, sólo unos pocos cientos de generaciones son suficientes para permitir que los robots evolucionen lo suficiente como para ser capaces de circular sin chocar entre sí por el interior de un laberinto, elaboren sofisticadas estrategias de cazadores y presas, cooperen entre sí e incluso desarrollen algo parecido al altruismo". Los robots suizos no tienen un “cerebro electrónico” convencional. Floreano los ha equipado con una red neuronal que modifica su comportamiento a lo largo del tiempo, basándose en sus “experiencias” y en los resultados que obtienen al aplicar cada estrategia. De alguna forma, los humanos aprendemos a desempeñarnos de una forma bastante parecida. Los comportamientos mencionados “tuvieron lugar, en todos los casos, a través de la selección natural, gracias al uso de una red neuronal simple”, dice el profesor. Las neuronas de la capa de entrada de la red neuronal fueron activadas por sensores del robot, mientras que la capa de salida se encargó de controlar sus motores.
Al comenzar el experimento, cada robot del grupo tenía un “genoma” diferente. Este genoma cibernético no es otra cosa que una descripción de las diferentes conexiones que existen entre sus neuronas artificiales. Como puedes imaginar, esta situación dio lugar a una serie de comportamientos singulares y erráticos, siendo la mayoría de las veces incapaces de desplazarse en linea recta, evitar los obstáculos que se interponían en su camino o recorrer el interior del laberinto. Pero la “selección darwiniana robótica” fue modificando estos comportamientos mediante la elección de los genomas artificiales que poseían una mejor aptitud para resolver los problemas que Floreano les planteaba. Estos “genes exitosos” se utilizaban como base para producir la siguiente generación de robots. El equipo de Lausanne encontró que luego de unas 100 generaciones los robots fueron capaces de moverse a través de un laberinto sin chocar con los obstáculos.
Luego se diseñaron experimentos que exigían a los robot aprender el comportamiento típico de los depredadores. Para ello debían -por ensayo y error, tal como ocurre en la evolución biológica- desarrollar estrategias exitosas como el acecho o el uso de los “muros” de su mundo para lograr atrapar a las presas. Asombrosamente, los robots demostraron nuevamente ser capaces de evolucionar, incluso demostrando comportamientos típicamente altruistas. En algunos juegos de los que participaron, en que el objetivo a cumplir requería de la colaboración de dos o mas robots, varias veces algunos se “sacrificaron” (quedando fuera de juego, por ejemplo) para que el equipo que integraban lograse el éxito. "Estos ejemplos de la evolución experimental en robots resultan muy útiles para verificar el verdadero poder que poseen las estrategias de evolución por mutación, recombinación y selección natural", dice Floreano. "La capacidad de los robots para orientarse, escapar de los depredadores, e incluso cooperar es particularmente notable, dado que tenían los genotipos mapeados deliberadamente de forma sencilla, y que las redes neuronales utilizadas estaban compuestas por sólo una docena de neuronas".
Por lo pronto, este trabajo ha permitido descubrir que los robots no necesariamente tienen que ser estúpidos: pueden aprender y evolucionar por sí mismos.
Leer artículo completo: "Robot altruista" producido a través de la evolución
Ahora el problema que plantea este experimento es el peligro que puede tener el permitir que un robot evolucione con "libre albedrío" y que este pueda no seguir reglas éticas o morales como los humanos, siendo posible la eliminación de un ser humano por un robot al este tratar de cumplir algún objetivo y ver al humano como un posible obstáculo. Ojala no haya ningún final apocalíptico para la humanidad.