lukam dijo:
ues me gustaría saber de que está hablando, la verdad estoy ansioso por ver esas pruebas confiables. Adelante por favor Ursol.
Sobre el Carbono 14. No he iniciado el estudio precisamente porque ya se cuestionan fuentes de previo. Es complicado fundamentar un criterio si de primera entrada le limitan a uno el uso de fuentes. Al igual que ustedes, yo no he inventado nada sino que todo lo he aprendido. Imagínense que yo les propusiera la misma condición: Pruébenme la eficacia del Carbono 14, eso sí, sin utilizar las fuentes poco serias y confiables de los grupos ateos o científicos seculares? Creo que los dejaría sin base para iniciar la discusión.
Respecto a las evidencias de la Biblia, me tardé un poco en contestar porque me tomé tiempo "offline" para ir explicando al menos cuatro evidencias externas. La primera de ellas es bastante extensa, por lo que la voy a tratar completamente por separado. Si las otras tres lo permiten, podría colocarlas en un conjunto o bien separado.. eso lo valoraré cuando las desarrolle.
No tiene mucho sentido en este momento tratar las evidencias internas (o sea, lo que la Biblia dice de sí misma) pues al cuestionarse su veracidad pues se cuestiona evidentemente lo que diga. Siendo así, me concentraré en las
evidencias externas… aquellas cosas que hacen distinta a la Biblia del resto de los libros editados alrededor del mundo.
Evidencia 1: Continuidad de la Biblia
La Biblia no fue escrita como algunos han señalado equivocadamente, por la Iglesia Católica. Tampoco su edición fue acordada en un concilio secreto ni nada por el estilo. El primer punto que debe aclararse es que antes de que Jesucristo naciera de la virgen María, ya los israelitas tenían un grupo de libros que utilizaban para las enseñanzas en sus sinagogas. Estos libros fueron escritos por los profetas de la antigüedad y eran preservados a costa incluso de sus propias vidas. Las copias eran confiadas a personas especializadas en ellos llamados escribas. Estas personas cuidaban cada rasgo, cada letra con un celo tremendo, a tal punto que si había un solo error en un pergamino, éste era desechado y vuelto a copiar. Lo anterior es para señalar únicamente que, aunque no existen los rollos originales, las copias más antiguas son altamente fidedignas. Algo similar ocurre con los escritos del Nuevo Testamento. Hoy no existe ningún documento original, emanado directamente del Apóstol Pablo, Pedro o Juan. Sin embargo la labor del escriba no acabó con el cristianismo. Se debe recordad que los primeros cien años fueron de transición, en donde la religión judía y el cristianismo se estaban amalgamando. Así, la labor del escriba, tan cuidadosa como siempre, se dedicó a preservar las enseñanzas de los apóstoles para las siguientes generaciones.
Hoy en día, los estudiosos de la Biblia y los escépticos pueden cotejar tanto en hebreo, en arameo o en griego, si las transcripciones son o no son fiables. Igualmente quienes traducen las Escrituras tienen la posibilidad de acceder a los documentos más antiguos y por lo tanto más confiables. En otras palabras, no es lo mismo una traducción de los escritos más antiguos en arameo, hebreo o griego, que traducir desde la Vulgata Latina o desde la Septuaginta.
Lo anterior únicamente para establecer que los libros no fueron escritos por un grupo de sabios que se reunieran en determinado momento, se pusieran de acuerdo y luego sacaran a la luz la primer versión de la Biblia.
La Biblia, como un todo, cuenta con aproximadamente 40 autores humanos que escribieron 66 libros (la Iglesia Católica insiste en incluir otros, pero que los estudios han demostrado estar en la categoría de no inspirados, por haber sido escritos mucho tiempo después y por lo tanto no pueden considerarse “Palabra de Dios”)
Estos 66 libros se escribieron en un período de aproximadamente 1600 años. Los cuarenta autores provenían de muy distintas profesiones , condiciones sociales y zonas geográficas: Se han identificado reyes, campesinos, filósofos, hombres de Estado, pescadores, médicos, eruditos, poetas y agricultores. Las culturas en las que vivieron también fueron diferentes y sus caracteres también bastante distintos. Sin embargo, la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis mantiene una línea contínua, como si efectivamente la hubiese escrito una sola persona. Ustedes pueden constatar esa continuidad en la secuencia histórica que comienza con la creación del mundo presente hasta la de los nuevos cielos y la nueva tierra.
El Antiguo Testamento, revela los aspectos básicos respecto a Dios: su naturaleza, así como empieza con la definición de pecado, la salvación que Dios provee. Estas doctrinas son progresivas (o sea, de lo básico a lo más general) sin que los autores humanos así se lo propusieran (como dije antes, los separaron cientos de años, kilómetros, culturas y caracteres).
El caso de Cristo es algo que puede verse de forma progresiva en la Biblia. Es sólo un ejemplo, pero para el caso me parece que justifica muy bien el tiempo que se invierta:
En Génesis (primer libro de la Biblia) ya se menciona proféticamente el nacimiento de Jesucristo, aunque su realidad se daría poco más de 1000 años después (considerando que el Génesis fue escrito aproximadamente en el año 1200 a.C.)
¿Cómo podemos explicar la continuidad de la Biblia? Pues esto es lo que la hace distinta a cualquier libro escrito por el hombre: A pesar de ser escrita por aproximadamente 40 autores distintos, distribuidos en un período no menor a los 1600 años, todos ellos con educaciones distintas, profesiones diferentes y con caracteres distintos, la Biblia mantiene una línea contínua, como si fuera escrita por un solo autor, que planeara no sólo el principio del libro, sino el intermedio y su culminación. Ese autor existe. Se llama Espíritu Santo.
Una pregunta directa para iniciar la discusión: ¿Qué otro libro en el mundo cumple con estas características?
Creo que es suficiente por ahora para iniciar la discusión.