Di maes que difícilmente vamos a opinar de Figuerres y Carazo, obviamente aquí la mayoría del foro conocimos con costo el Gobierno de Arias, seguramente tienen razón en decir que esos fueron los peores gobiernos pero me parece que el único patrón que se repite en toda esta historia de malos gobiernos es que al parecer los más malos fueron de Liberación Nacional.
Bueno, hay libros de Historia. Y Bibliotecas, donde, oh cosa curiosa, se puede leer acerca de la historia del país. Es curiosa esta ignorancia unida de narcisismo, de no ir más allá de la experiencia reciente vivida por uno. Signo sin duda del pobre barniz que pasa por educación en el país.
Es también señal de una mente poco desarrollada, la idea de poner a los Presidentes como si furan seres supremos, casi omnipotentes, que serían capaces de resolver todos los problemas que aquejan al país sólo si tuvieran la voluntad de hacerlo. La verdad es que no es así. El Presidente es la cabbeza de un gran aparato burocrático con sus feudos y su reticencia al cambio, como toda burocracia. El Presidente no puede quitr y poner empleados al gusto: eso se dejó porque era práctica que promovía la corrupción de otorgr puestos políticos. Muchos presidentes que hoy son endiosados, hacían esto como práctica común.
Por eso es absurdo y contraproducente hacer pataleo y decir que Airas o Chinchilla, o Pacheco son los peores presidentes. Yo creo que el país en materia política va mejorando: somos un país políticamente más maduro y pacificado qhe hace 30 años. Con todo lo que se reclama a los últimos presidentes, no ha habido un Robert Vesco en los últimos años por ejemplo.
A mí me parece que el problema de los últimos presidentes ha sido más producto de la encuestaditis que nos acongoja, al estar viviendo de lo que digan eso sondeos. Eos hace que se promuevan a personajes que parecen más simpáticos y buena gente. Pero ser simpático y bena gente no es necesariamente una cualificación esencial para ser Presidente. Y ahí tenemos el caso de Abel Pacheco y Laura Chinchilla por ejemplo. Personas honorables y con la mejor de las intenciones, pero que han decepcionado.
Y seguirán así, al menos que los políticos se pongan las pilas y empiecen a actuar como políticos y no simplemente seguir los dictados de las encuestas.
Se critica mucho los viejos tiempos cuando los candidatos eran elegidos en el Club Unión, o entre "cuatro paredes" por los dirigentes de un partido. Pero en realidad estos casos no fueron tan malos. Por el contrario, con la época de la "democracia de masas" y las convenciones abiertas, nos ha dado el deprimente espectáculo actual. Ni que decir de los diputados.
Rodrigo Arias es un político más hábil y efectivo que hay en el país. Puede que sea arrogante y que caiga mal. Pero es efectivo. Y dejando de lado los cuentos, no es corrupto. Es una lástima que haya tenido que dejar la contienda. Ahí se elgirá al "más bunea gente" y en dos años volveremos a estar decepcionados con lo que nosotros mismos elegimos.