Pues tengo mis dudas.
En las generaciones de ahora, las guilas en fiestas, reuniones, conciertos, etc., andan casi chingas y los carajillos ni las vuelven a ver o las tienen a la par y les da lo mismo.
Y y los que cogen, son como conejos, que solo van directo al hueco, sin el morbo de uno.
En cambio uno cuando se da cuenta al tenerlas cerca, se le paró el bate, de enfermezos que somos, al ver guilas enseñando sus encantos.