El Ministerio de Salud de Costa Rica ha emitido clarificaciones cruciales sobre el decreto 43985-S que acompaña a la Ley 9786, destinada a combatir la contaminación por plástico y promover la protección ambiental. Esta nueva reglamentación, marca un cambio significativo en la gestión de residuos plásticos en el país.
Una de las medidas más notables es la restricción impuesta sobre las pajillas plásticas. A partir del 20 de agosto de 2024, las pajillas que no estén adheridas a los envases serán retiradas del mercado, aunque se harán excepciones en casos de medicación o emergencias sanitarias, demostrando un enfoque equilibrado entre necesidades de salud pública y responsabilidad ecológica.
El decreto también reafirma la prohibición de bolsas plásticas de uso único en supermercados y otros establecimientos comerciales, una medida que pretende fomentar el uso de alternativas reutilizables como telas o plásticos reusables. Sin embargo, se hace una distinción clara para las bolsas utilizadas en carnicerías y para verduras, las cuales, debido a necesidades sanitarias y funcionales, seguirán siendo de plástico hasta nuevo aviso.
Otro aspecto crucial del decreto es la normativa sobre botellas plásticas. A partir de agosto, los importadores y productores deberán cumplir con al menos uno de los siguientes requisitos: implementar un programa de recuperación y reciclaje, participar en programas de gestión integral de residuos o establecer alianzas con municipios para mejorar la gestión de estos productos.
Estas acciones son parte de un esfuerzo mayor por parte del Ministerio de Salud, que trabaja conjuntamente con un equipo técnico intersectorial y varios comités para desarrollar y publicar reglamentos técnicos adicionales durante el año. Esta colaboración incluye también conversaciones con laboratorios nacionales y otros miembros del Sistema Nacional de la Calidad, con el objetivo de adherirse a normas de regulación internacionales y evitar crear obstáculos técnicos al comercio.
La implementación de estas medidas no solo busca reducir el impacto ambiental negativo del plástico, sino también equilibrar las regulaciones con las capacidades y necesidades nacionales.
El desafío sigue siendo grande, pero con la colaboración entre sectores y la educación continua sobre la importancia del reciclaje y la reutilización, Costa Rica sigue firme en su camino hacia un futuro más sostenible.
Mientras tanto, el país se prepara para la entrada en vigencia de estos cambios, esperando que esta nueva legislación sea un modelo a seguir para otras naciones en la lucha contra la contaminación plástica.
Una de las medidas más notables es la restricción impuesta sobre las pajillas plásticas. A partir del 20 de agosto de 2024, las pajillas que no estén adheridas a los envases serán retiradas del mercado, aunque se harán excepciones en casos de medicación o emergencias sanitarias, demostrando un enfoque equilibrado entre necesidades de salud pública y responsabilidad ecológica.
El decreto también reafirma la prohibición de bolsas plásticas de uso único en supermercados y otros establecimientos comerciales, una medida que pretende fomentar el uso de alternativas reutilizables como telas o plásticos reusables. Sin embargo, se hace una distinción clara para las bolsas utilizadas en carnicerías y para verduras, las cuales, debido a necesidades sanitarias y funcionales, seguirán siendo de plástico hasta nuevo aviso.
Otro aspecto crucial del decreto es la normativa sobre botellas plásticas. A partir de agosto, los importadores y productores deberán cumplir con al menos uno de los siguientes requisitos: implementar un programa de recuperación y reciclaje, participar en programas de gestión integral de residuos o establecer alianzas con municipios para mejorar la gestión de estos productos.
Estas acciones son parte de un esfuerzo mayor por parte del Ministerio de Salud, que trabaja conjuntamente con un equipo técnico intersectorial y varios comités para desarrollar y publicar reglamentos técnicos adicionales durante el año. Esta colaboración incluye también conversaciones con laboratorios nacionales y otros miembros del Sistema Nacional de la Calidad, con el objetivo de adherirse a normas de regulación internacionales y evitar crear obstáculos técnicos al comercio.
La implementación de estas medidas no solo busca reducir el impacto ambiental negativo del plástico, sino también equilibrar las regulaciones con las capacidades y necesidades nacionales.
El desafío sigue siendo grande, pero con la colaboración entre sectores y la educación continua sobre la importancia del reciclaje y la reutilización, Costa Rica sigue firme en su camino hacia un futuro más sostenible.
Mientras tanto, el país se prepara para la entrada en vigencia de estos cambios, esperando que esta nueva legislación sea un modelo a seguir para otras naciones en la lucha contra la contaminación plástica.