Nadie aquí dejó de asociar los dos hechos: el brazo político de ETA habló de "declaración de guerra". Y, sólo unas horas después, la banda terrorista logró su blanco más serio de los últimos diez meses, al herir gravemente al custodio de un concejal en Bilbao mediante el más brutal retorno al pasado: le voló el auto con una bomba pegada al chasis.
"Pudo haber sido mucho más grave", admitió anoche el secretario de Seguridad, Antonio Camacho, para quien no cabe duda de que, en realidad, "lo que la banda quiso fue matar".
Para sobrevivir al incendio provocado por el bombazo en el tanque de nafta, el guardaespaldas, que anoche seguía internado en condición grave, salió del auto con el cuerpo envuelto en llamas y se arrastró con los brazos sobre el pavimento. Nadie lo ayudó -dijeron testigos- por el miedo a otro estallido.
De 36 años y castellano de origen, el guardaespaldas privado Gabriel Ginés había llegado a Bilbao para proteger la vida de un concejal socialista del País Vasco. Y es, también, militante del derechista Partido Popular (PP), de clara posición crítica a cualquier intento de negociación con la organización terrorista.
La policía no sabía, anoche, si el blanco al que apuntaron los terroristas fue el concejal o si quisieron cargarse a quien velaba por su vida. Como una amenaza a los otros miles de custodios que hoy trabajan en el País Vasco. Y como un mensaje al PP. Nadie lo tenía en claro.
Sí hay coincidencia en que lo ocurrido fue la rabiosa reacción de la organización terrorista al espectacular descabezamiento de lo que se considera su brazo político. Hacía 48 horas, el juez Baltasar Garzón había ordenado el ingreso en prisión de 17 integrantes de la mesa directiva de Batasuna, el partido ilegal que expresa a ETA.
Apenas se produjo el operativo judicial, Pernando Barrena, el único de los dirigentes de Batasuna que aún está en libertad, dijo que la decisión de Garzón era más "una declaración de guerra" que otra cosa. Y, fiel a su folclore, enseguida culpó al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de "abrir un nuevo ciclo de violencia".
Ayer, Barrena prefirió no decir ni media palabra. Pero entre los españoles crece la sensación de que, otra vez, se acercan tiempos duros.
El primero en hablar fue el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que dispuso el "alerta" y mayores medidas de seguridad en todo el país. Rubalcaba admitió que ya se había puesto especial atención en Madrid, donde pasado mañana, 12 de octubre, se celebrará la fiesta nacional española, con un gran desfile que presidirá el rey Juan Carlos.
Las fotos del monarca vienen siendo sistemáticamente quemadas por opositores a la monarquía, independentistas y defensores de la república, en un clima de tensión, sobre todo, en ciudades catalanas.
El de ayer fue, por lo menos, el tercer atentado que concreta ETA desde que, en junio último, hizo público un escalofriante comunicado en el que declaró formalmente finalizada la tregua durante la cual el gobierno socialista acarició un frustrado acuerdo de paz.
Pero, de todos ellos, fue el más serio: no sólo por la reaparición de las bombas pegadas bajo los autos sino, también, porque sólo por milagro el custodio se salvó.
El gobierno socialista insistió ayer en que ETA fracasará en sus intentos terroristas y que su único camino es el cese de la violencia.
Reclamo
Bastante más duro, el PP reclamó al juez Baltasar Garzón que interviniera ahora contra Barrena, ya que, según lo que expresa en su expediente, "está claro que, desde la ruptura del alto el fuego, la agrupación no tiene intención de acabar con la violencia terrorista sino, por el contrario, coadyuvar a los fines de ETA".
El líder del PP, Mariano Rajoy, también llamó a los españoles a asistir en forma masiva al desfile de pasado mañana "en un momento en que se están cuestionando los símbolos del Estado, como la bandera y el rey".
La petición apunta no sólo a la minoritaria quema de fotos del rey sino, también, al hecho de que en numerosos ayuntamientos de pueblos vascos la bandera amarilla y roja de España no flamea habitualmente.
Pero, entre todas las declaraciones, la más llamativa fue la del jefe del gobierno regional vasco. "[ETA] no impedirá que sigamos adelante con nuestros planes", dijo el lehendakari Juan José Ibarretxe. Sus planes son, precisamente, la convocatoria a un controvertido referéndum independentista en la región en octubre de 2008.
Fuente: La Nación.
Palabras de un periodista internacional http://www.radiojai.com.ar/Files/EDUARDO MARTINEZ LUNES 08-10-07.wma
"Pudo haber sido mucho más grave", admitió anoche el secretario de Seguridad, Antonio Camacho, para quien no cabe duda de que, en realidad, "lo que la banda quiso fue matar".
Para sobrevivir al incendio provocado por el bombazo en el tanque de nafta, el guardaespaldas, que anoche seguía internado en condición grave, salió del auto con el cuerpo envuelto en llamas y se arrastró con los brazos sobre el pavimento. Nadie lo ayudó -dijeron testigos- por el miedo a otro estallido.
De 36 años y castellano de origen, el guardaespaldas privado Gabriel Ginés había llegado a Bilbao para proteger la vida de un concejal socialista del País Vasco. Y es, también, militante del derechista Partido Popular (PP), de clara posición crítica a cualquier intento de negociación con la organización terrorista.
La policía no sabía, anoche, si el blanco al que apuntaron los terroristas fue el concejal o si quisieron cargarse a quien velaba por su vida. Como una amenaza a los otros miles de custodios que hoy trabajan en el País Vasco. Y como un mensaje al PP. Nadie lo tenía en claro.
Sí hay coincidencia en que lo ocurrido fue la rabiosa reacción de la organización terrorista al espectacular descabezamiento de lo que se considera su brazo político. Hacía 48 horas, el juez Baltasar Garzón había ordenado el ingreso en prisión de 17 integrantes de la mesa directiva de Batasuna, el partido ilegal que expresa a ETA.
Apenas se produjo el operativo judicial, Pernando Barrena, el único de los dirigentes de Batasuna que aún está en libertad, dijo que la decisión de Garzón era más "una declaración de guerra" que otra cosa. Y, fiel a su folclore, enseguida culpó al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de "abrir un nuevo ciclo de violencia".
Ayer, Barrena prefirió no decir ni media palabra. Pero entre los españoles crece la sensación de que, otra vez, se acercan tiempos duros.
El primero en hablar fue el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que dispuso el "alerta" y mayores medidas de seguridad en todo el país. Rubalcaba admitió que ya se había puesto especial atención en Madrid, donde pasado mañana, 12 de octubre, se celebrará la fiesta nacional española, con un gran desfile que presidirá el rey Juan Carlos.
Las fotos del monarca vienen siendo sistemáticamente quemadas por opositores a la monarquía, independentistas y defensores de la república, en un clima de tensión, sobre todo, en ciudades catalanas.
El de ayer fue, por lo menos, el tercer atentado que concreta ETA desde que, en junio último, hizo público un escalofriante comunicado en el que declaró formalmente finalizada la tregua durante la cual el gobierno socialista acarició un frustrado acuerdo de paz.
Pero, de todos ellos, fue el más serio: no sólo por la reaparición de las bombas pegadas bajo los autos sino, también, porque sólo por milagro el custodio se salvó.
El gobierno socialista insistió ayer en que ETA fracasará en sus intentos terroristas y que su único camino es el cese de la violencia.
Reclamo
Bastante más duro, el PP reclamó al juez Baltasar Garzón que interviniera ahora contra Barrena, ya que, según lo que expresa en su expediente, "está claro que, desde la ruptura del alto el fuego, la agrupación no tiene intención de acabar con la violencia terrorista sino, por el contrario, coadyuvar a los fines de ETA".
El líder del PP, Mariano Rajoy, también llamó a los españoles a asistir en forma masiva al desfile de pasado mañana "en un momento en que se están cuestionando los símbolos del Estado, como la bandera y el rey".
La petición apunta no sólo a la minoritaria quema de fotos del rey sino, también, al hecho de que en numerosos ayuntamientos de pueblos vascos la bandera amarilla y roja de España no flamea habitualmente.
Pero, entre todas las declaraciones, la más llamativa fue la del jefe del gobierno regional vasco. "[ETA] no impedirá que sigamos adelante con nuestros planes", dijo el lehendakari Juan José Ibarretxe. Sus planes son, precisamente, la convocatoria a un controvertido referéndum independentista en la región en octubre de 2008.
Fuente: La Nación.
Palabras de un periodista internacional http://www.radiojai.com.ar/Files/EDUARDO MARTINEZ LUNES 08-10-07.wma
