Miguel Valle dijo:Las Raíces del NO
Miguel Valle
Los abanderados de la campaña del NO al TLC, un heterogéneo conjunto de políticos desfasados, dirigentes sindicales con pretensiones mesiánicas, profesores universitarios encapsulados en su claustro, sin contacto con la realidad nacional y algunas gentes de sotana y sacristía, todos unidos por un común denominador de resentimiento contra los sectores productivos de este país, que son los que en definitiva mantienen a este país, decidieron oponerse al TLC , que no es otra cosa que un acuerdo multinacional beneficioso para los países signatarios, pues elimina las barreras arancelarias, en casi la totalidad de los productos originarios de algunos de ellos y que se exponen a cualquiera de los otros participes del convenio.
Los motivos de la oposición son muy distintos a los que han dado a conocer en su campaña, pero una vez tomaron la decisión inicial de oponerse al Tratado, se dieron a la tarea de buscar las “razones” o más bien los “pretextos” que presentarían ante el país para justificar su oposición.
Consecuentemente, espulgaron prolijamente el Tratado o para ver donde encontraban algo que pudieran tacharse de inconstitucional o que concitara, de alguna otra manera, la prevención, la indignación o el temor en el desprevenido ciudadano que mediante su voto, tendrá que decidir sobre la suerte del Tratado, el próximo 07de Octubre.
Ya el país conoce el variopinto conjunto de argumentos esgrimidos por los opositores al Tratado y es de esperar que no se les ocurra ninguno otro, de aquí a la fecha señalada para el referéndum.
Pero que hay detrás de toda esta algarabía con la que se combate este Tratado, que hace tiempo debía haber sido aprobado, como en el resto de los países asignatarios? Evidentemente para muchos de los dirigentes del NO, el Tratado mismo y sus repercusiones económicas y sociales, han pasado a segundo plano y su interés de demostrar su fuerza política, su antiamericanismo y su repudio a la economía de mercado, de cara a las próximas elecciones nacionales y dejar bien establecido, desde ahora, que ninguna iniciativa en este país puede esperarse que prospere sin su aprobación.
Los académicos, que desde luego participan de la misma orientación, quizás no detenten ambiciones políticas personales, pero obviamente pretenden establecer una “dictadura intelectual”, interviniendo en todos los asuntos de interés social nacional, aunque no sea de su competencia, para consolidar de esta manera, su posición como una fuerza rectora de la opinión pública en este país.
La Iglesia, que no conoce mucho de estas cosas, pero que lamentablemente pierde cada día más feligreses, ha adoptado la falsa premisa de que el Tratado beneficia únicamente a los empresarios y perjudica a “los pobres”, y en consecuencia, ha considerado oportuno, para recuperar su popularidad de antaño, marchar del brazo de agitadores de izquierda, reconocidamente ateos y facilitarles hasta sus instalaciones físicas, en tanto que el pueblo verdaderamente católico, asiste estupefacto ante tan inconcebible concomitancias.
En una de las paredes exteriores de la Iglesia Católica del pueblo en que vivo, un entusiasta seguidor del NO, escribió la siguiente sentencia, que es muy reveladora: “Si Ud es pobre, dígale NO al TLC”. Si yo fuera tan mal educado como para ensuciar las paredes y además contara con la licencia del señor cura, me habría gustado completar la sentencia así: “Si Ud es pobre, dígale NO al TLC…para que siga siendo pobre!.
Es verdaderamente triste que fuerzas irresponsables, por motivos inconfesados e inconfesables, hayan querido manipular la opinión pública, convirtiendo un asunto estrictamente económico y fiscal, en un pretexto para atizar una lucha de clases sin sentido alguno.
A los que pretenden dividir la sociedad en “pobres” y “ricos” hay que recordarles que cualquier división fundada en el registro de “lo que se tiene”, es siempre imprecisa y transitoria, pues los “pobres” de hoy pueden ser los “ricos” de mañana y viceversa, además de que esos conceptos dependen de la posición del observador, ya que un gamonal, en su pueblo, puede ser considerado por todos, como “ricos”, en tanto que para un jeque árabe, ese mismo señor es un miserable.
Pareciera un mejor criterio para clasificar la sociedad si es que debe ser clasificada-el dividirla, por una parte, en personas conscientes, responsables y trabajadoras, cumplidoras de sus deberes sociales y familiares y por la otra, en irresponsables, vagos, irrespetuosos de los derechos de su prójimo y que pretenden vivir a costas de los demás.
En todo caso, los líderes e instigadores del NO, queriendo salirse con la suya, se han metido en un callejón sin salida: si el TLC es aprobado en el referéndum, habrá sido derrotados y quedará demostrado que no tienen el poder que pretenden sobre la opinión pública y si por el contrario, el TLC resulta rechazado, tendrán ciertamente un triunfo momentáneo, pero las consecuencias económicas y sociales de quedarnos aislados del resto del mundo, visibles a corto plazo, hará que las personas que embarcaron se vuelvan contra ellas y les cobren el engaño de que fueron objeto, por lo que en definitiva, en vez de la popularidad y admiración que buscan, cosecharán la ira y el desdén de quienes ahora son sus seguidores.
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