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Wilas

Solo Poemas...

El fuego y la poesía

En el agua quemante el sol refleja la mano de cenit

Amo el amor
El martes y no el miércoles
Amo el amor de los estados desunidos
El amor de unos doscientos cincuenta años
Bajo la influencia nociva del judaísmo sobre la vida monástica
De las aves de azúcar de heno de hielo de alumbre o de bolsillo
Amo el amor de faz sangrienta con dos inmensas puertas al vacío
El amor como apareció en doscientas cincuenta entregas durante
cinco años
El amor de economía quebrantada
Como el país más expresionista
Sobre millares de seres desnudos tratados como bestias
Para adoptar esas sencillas armas del amor
Donde el crimen pernocta y bebe agua clara
De la sangre más caliente del día.
 
SAFO


Autor: María Rosa Gálvez.

Noche desoladora, fiel imagen
de mis continuos bárbaros tormentos,
no cese tu rigor, no tus furores;
el hórrido silbido de los vientos,
el rayo desprendido de la esfera,
el ronco son del pavoroso trueno
halaga un corazón desesperado.
¡Ah! perezca en tu horror el universo,
perezca la morada que mantiene
al hombre entre los hombres más perverso;
anégale en tus aguas, mar undoso,
y entre tus ondas su cadaver yerto
suba al Olimpo y del Olimpo baje
a sepultarse en el profundo averno;
mas tú te calmas; ¿eres insensible
a mi fatal plegaria, a mis lamentos?
¿Eres como Faon? ¡ay! ni su nombre
piadoso vuelve a repetir el eco.
¡Espantosa quietud! Todo enmudece,
y al tormentoso horror sigue el silencio.
Las negras furias que mi amor persiguen
me privan hasta el bárbaro consuelo
de ver el orbe vacilar al choque
de los embravecidos elementos.
Vecina el alba, volverá a la tierra
el marchito verdor; placido el cielo
ofrece al fin serenidad y vida.
Hoy, por la última vez, el firmamento
verán mis ojos de llorar cansados.
Sol, apresura tu brillante vuelo;
verás a Safo en su postrera angustia
perecer, u olvidar su ingrato dueño.
 
La Fuga

Madre mía, en el sueño
ando por paisajes cardenosos:
un monte negro que se contornea
siempre, para alcanzar el otro monte;
y en el que sigue estás tú vagamente,
pero siempre hay otro monte redondo
que circundar, para pagar el paso
al monte de tu gozo y de mi gozo.

Mas, a trechos tú mismo vas haciendo
el camino de burlas y de expolio.
Vamos las dos sintiéndonos, sabiéndonos,
mas no podemos vernos en los ojos, y no
podemos trocarnos palabra,
cual la Eurídice y el Orfeo solos,
las dos cumpliendo un voto o un castigo,
ambas con pies y con acentos rotos.

Pero a veces no vas al lado mío:
te llevo en mí, en un peso angustioso
y amoroso a la vez, como pobre hijo
galeoto a su padre galeoto,
y hay que enhebrar los cerros repetidos,
sin decir el secreto doloroso:
que yo te llevo hurtada a dioses crueles
y que vamos a un Dios que es de nosotros.

Y otras veces ni estás cerro adelante,
ni vas conmigo, ni vas en mi soplo:
te has disuelto con niebla en las montañas,
te has cedido al paisaje cardenoso.
Y me das unas voces de sarcasmo
desde tres puntos, y en dolor me rompo,
porque mi cuerpo es uno, el que me diste,
y tú eres un agua de cien ojos,
y eres un paisaje de mil brazos,
nunca más lo que son los amorosos:
un pecho vivo sobre un pecho vivo,
nudo de bronce ablandado en sollozo.

Y nunca estamos, nunca nos quedamos,
como dicen que quedan los gloriosos,
delante de su Dios, en dos anillos
de luz, o en dos medallones absortos,
ensartados en un rayo de gloria
o acostados en un cauce de oro.

O te busco, y no sabes que te busco,
o vas conmigo, y no te veo el rostro;
o en mí tú vas, en terrible convenio,
sin responderme con tu cuerpo sordo,
siempre por el rosario de los cerros,
que cobran sangre por entregar gozo,
y hacen danzar en torno a cada uno,
¡hasta el momento de la sien ardiendo,
del cascabel de la antigua demencia
y de la trampa en el vórtice rojo!
 
Gacela de la Huida


Me he perdido muchas veces por el mar
con el oído lleno de flores recién cortadas.
Con la lengua llena de amor y de agonía
muchas veces me he perdido por el mar,
como me pierdo en el corazón de algunos niños.

No hay nadie que al dar un beso
no sienta la sonrisa de la gente sin rostro,
ni nadie que al tocar un recién nacido
olvide las inmóviles calaveras de caballo.

Porque las rosas buscan en la frente
un duro paisaje de hueso
y las manos del hombre no tienen más sentido
que imitar a las raíces bajo tierra.

Como me pierdo en el corazón de algunos niños,
me he perdido muchas veces por el mar.
Ignorante del agua, voy buscando
una muerte de luz que me consuma.
 
dragusgold dijo:
Gacela de la Huida


Me he perdido muchas veces por el mar
con el oído lleno de flores recién cortadas.
Con la lengua llena de amor y de agonía
muchas veces me he perdido por el mar,
como me pierdo en el corazón de algunos niños.

No hay nadie que al dar un beso
no sienta la sonrisa de la gente sin rostro,
ni nadie que al tocar un recién nacido
olvide las inmóviles calaveras de caballo.

Porque las rosas buscan en la frente
un duro paisaje de hueso
y las manos del hombre no tienen más sentido
que imitar a las raíces bajo tierra.

Como me pierdo en el corazón de algunos niños,
me he perdido muchas veces por el mar.
Ignorante del agua, voy buscando
una muerte de luz que me consuma.


Hey que lindo poema... :cool:
 
Eunice


Autor: Efrain Huerta.

Día y noche, pero
Más noche que día,
Eunice dialoga y riñe
Con los altos mastines.
De arriba abajo,
De abajo arriba.

A una hora cierta
Triunfa green eyes Eunice.
Los hocicos se cierran.
Eunice duerme.
La noche se eterniza.

Salimos de su casa
Con un alba rabiosa
Mordiéndonos las nalgas.
 
La luz oída



Qué dentro hay un sol. Cómo grana en el ataúd
invisible del cuerpo. Cómo arraigadamente
brilla, con qué penumbra de asombrado meteoro,
con qué óptima quietud. Bosques en vilo esperan,
junto al acantilado, que se vacíe el fuego
que impregna la noche. Es la tea, cerrada,
que regresa; es el rayo inverso que revela
con su voz seminal las posibilidades
del hielo. La ceniza se desangra. El cereal,
acercándose, busca gargantas donde hurtarse
a las ardientes lluvias, cimientos para el puente
que sólo han de pisar los vivos, los inermes,
los que han sanado. Toros que respiran como arcos
tensados: aún no. Acérrimos caballos
que optan por el seísmo: no. Agua que se vertebra,
como un súbito cuello, o clavos que la hieren:
todavía no. Tierra sin sexo que ofrece
su vuelo, su lentísima energía, a los árboles
impacientes; penínsulas faltas de sol y omóplatos,
donde vertiginosos peces, inacabados
todavía, ignoran el fluir de los sudarios.
Es demasiado pronto para el tiempo. Los líquenes
crecen en las saetas disparadas. Los fetos
brotan como cardumen y esbozan fidelísimos
músculos, pero encuentran, antes de concluirse,
su cadáver exacto. Los galápagos son
jóvenes como el frío. La carne es un minúsculo
tren. El cielo se va. Los ojos, detenidos,
son jazmines sin ímpetu. Sólo un viento de huesos
que protestan agita los cuerpos indecisos
para que vean cuántas ruinas en el latido,
con qué germinación los sombras cristalinas
vuelven a su semilla. El silencio contiene
silencio de mar, pétalos de explosiones, eclipse
de volcanes, fusiles que relinchan, cerveza
inaudible; designa los sonidos, los piensa
con paciencia de miel, con terquedad de proa,
como si fueran, ay, el aire de un insólito
cadáver o las ígneas mieses en cuyas simas
se enamoran las águilas
 
Bueno, voy con otro


Hoy lenta avanza a su muerte la tarde,
Al igual que a la sombra oculta, muere a veces la esperanza,
Hoy entre un abstracto desfile de nubes fugaces,
He visto desnuda en el cielo mi alma.

Hoy entre los pálidos colores que al cielo disfrazan
Mientras sus últimas bocanadas de vida respira,
Lucen sin orden las estrellas, su mágica danza
Como el rosa de tu aura ante el negro de mis días,
Como el carmesí de tus mejillas
Ilumina como el sol mi opaca alegría,
Cuales astros en el infinito, espero también
Puedan brillar algún día, en las mías tus pupilas.

Hoy el viento agita indefensas las hojas
Y una a una, las arrastra a morir con el día entre las sombras,
Hoy más que nunca, este traicionero viento indiferente
Me hace pensar que sin ti, talvez no exista mañana.
Que solo tú eres capaz de rescatarme cada tarde,
Que solo tú tienes la cura, para esta herida inhumana,
Esta herida que solo sabe sangrar mi dilema y tu distancia.

Hoy robándole al campo el color de sus flores,
Parece el ocaso más bien, de mañana el alba improvisada,
Y hoy seguro sentiré de nuevo el viento en mi cara
Y caerán tambaleantes las hojas a su encuentro con el aire
Y recorrerán las nubes su camino invisible con la brisa.
Pero hoy igual que ayer resistiré, solo para mañana
Ser de nuevo feliz al ver en tus labios pura, tu sonrisa
 
Sentado en Esta Peña






Sentado en esta peña,
donde mis tiernas lágrimas se imprimen,
a imitación pequeña
de las que el alma y corazón me oprimen,
presumo enternecella
con soledades de mi Celia bella.

¡Ay Dios!, si el Tormes fuera
a dar a Manzanares sus despojos,
y llevarle pudiera
las lágrimas amargas de mis ojos,
¡qué alegre las llorara
de ver que alguna hasta sus pies llegara!

Mas en pensar que lleva
el claro curso a parte diferente,
no quiero que me deba
que con el de mis lágrimas se aumente;
que en tantas desventuras
mejor es ablandar las peñas duras.

Famosos muros de Alba,
adonde hiere el sol cuando en la suya
le hacen dulce salva
las aves de la verde selva tuya,
¿por qué me tenéis preso,
sin alma el cuerpo y sin razón el seso?

Sierras de Béjar frías,
adonde el Tormes nace, y cuyo viento
con esperanzas mías
entretiene su fácil movimiento,
no me mostréis las frentes
con la nieve que el sol convierte en fuentes;

que aún es temprano agora
para pensar que aquí estaré el invierno;
que ya el ganado llora,
quejoso de mi dicha y su gobierno,
pensando que esta orilla
ha de pacer, no el hielo de Castilla.

Pues si los animales
lloran por el extremo que desean,
los tuyos celestiales,
Celia, mi bien, mis tristes ojos vean,
primero que el noviembre
coja estas flores y su escarcha siembre.

La nieve de tus pechos
es el invierno que sufrir deseo;
queden allí deshechos
los que me matan cuando no te veo;
allá quiero llegarme
a ver si puedo entre su nieve hallarme.

Vívase el rico Albano
estas montañas de asperezas llenas,
llevando por la mano
al dueño de sus glorias y sus penas;
que con mi prenda cara
la Libia más estéril habitara.

Corte a la parra hojosa
el pendiente racimo del sarmiento,
preséntelo a su esposa
o esparza el vuelo del halcón al viento,
y a la perdiz pintada
detenga el curso, de temor helada.

Tire a la echada liebre
que el cazador le enseña, y si le acierta,
su gente lo celebre;
cuelgue despojos a su antigua puerta,
adonde mil ociosos
de ajenas vidas viven cuidadosos;

del esperado hijo,
con los pastores de su gran comarca
celebre el regocijo;
y yo con pobre paño y rota abarca
pise mi patrio suelo,
donde espera mi bien benigno el cielo.

Amada patria mía,
no me neguéis vuestros alegres brazos,
que presto espero el día
que goce de mi Celia los abrazos,
de Celia, más hermosa
que [el] jazmín blanco y la encarnada rosa.

A vos, mi patria cara,
el cuerpo que me distes llevar quiero;
y aquella fénix rara,
por cuyo amor tan justamente muero,
el alma desta vida
al vivo fuego de su altar rendida.
 
No habia visto este tema...pero bueno aqui la vara es posteando algunos, mas tarde pondré otros..



Nada como esto
Caí en su beso
No me pude resistir
Cai en su encanto
Perdido en sus brazos
Guardo una fotografía
Dame una rápida mirada
Déjame pasar
Déjame estar dentro de ella
Aquí empieza
Aquí está el pecado
Algo sobre que mentir

Piensas que eres inteligente, yo pienso que eres arte
Estamos de acuerdo en esto, no funciona
Sintiéndose como basura, Sintiendo que no te importa
Buscamos un cuarto y en la melancólica oscuridad
Y a la luz de una decrépita lámpara
Enciende un cigarrillo
La ropa en la cama
-Ámame- me dijo, y me perdí en ella

¿Y qué sigue?, después del sexo
¿Qué hacemos ahora? Buscando el tiempo
Dibujando la línea y nunca cruzándola
Dale las horas, dale el poder
No la puedo borrar
Dale la verdad, dale las pruebas
Le di todo a ella

Tengo sentimientos que escondo muy bien
Siento algo que se quiebra en mi estómago
Dejo que los pedazos caigan donde sea
Estar contigo es un infierno

Su cabello se mueve al viento
Un la tira de su vestido se desliza en su brazo
Mientras aun su cabello ondula al viento
Mientras se va de mi hogar



Y en otra nota diferente


Cayendo Adentro Otra vez
Esta pesadilla es siempre la misma
Me encuentro titubeando al borde de mi descubrimiento
Moviéndose en la oscuridad
Filtrándose para cubrirme
Arrastrándome hacia adentro
Enredándome y deshaciendo mi cuerpo a la vez
Viejas memorias
No las necesito pero quiero saber
Cuales son las tragedias
Las historias detrás de las murallas

Viniendo de un lado a otro
Una risa de niño me es familiar
Disonante y fuera de este tiempo
Y sus ojos están muertos
Mirándome en una piscina de agua
Vistiendo la máscara de un fantasma
Embadurnándome la piel
Con pedazos de tierra e insectos
Noche sin fin
Siempre preservando la calma
Un movimiento atrás
Animales sangrantes en un campo de fuego
No hay absolución
La muerte seria solo un cuento de hadas
Ellos solo son visiones
Están atemorizados de mí
Clara intuición
El humo sube cerca
El polvo cubre mi capa
Se armoniza y escribe mi nombre
Estoy pálido, Cubierto de sudor
No tengo palabras
Único proveedor de muerte
Mi fe está distorsionada
La cosecha humana arde
Las páginas negras dan vuelta
Mi retorcida percepción se vuelve realidad
Capturada en sueños conectados
Mirando hacia atrás
Decadencia espiritual
Todavía buscando
Congelado en el tiempo
Llora esta partida
Todos miran
Llamándome otra vez
Fin a los crudos problemas
Estoy partiendo
Fin de la búsqueda
La llegada de la mañana

Llamándome
Fin de los crudos problemas
Estoy partiendo
Fin de la búsqueda
La llegada de la mañana
Retornando
 
Me mando con uno mio :-D :-D

Te extraño ángel amor
Extraño tu voz, tono que me lleva la locura
Razón de mis sonrisas y enojos en tu silencio
Extraño nuestras mentes juntas
Volando por los senderos de la imaginación
Donde hay campo para la lujuria, el sentir y el amor.
Extraño cuando todo esto no solo eran fantasías
Cuando el fuego quemaba nuestros cuerpos
Una llama perenne y la salvación no existía
Fuego de amor, fuego de lujuria, fuego de nosotros
Extraño los días y las noches juntos,
Nuestras palabras cruzándose
El tiempo escurriéndose como arena entre los dedos
Nosotros sin limite pero el tiempo si
Es el momento perfecto para detener el tiempo
Que soy yo sin ti mas q una mitad sin complementar?
Llena de sentimientos y todo este sentir es para ti
Te extraño oh ángel de amor
Como no extrañar la dicha de tenerte?
Como no sentir el vació de lo que llenabas?
Te extraño déjame decir q tan solo te extrañe…
 
mimin92 dijo:
Me mando con uno mio :-D :-D

Te extraño ángel amor
Extraño tu voz, tono que me lleva la locura
Razón de mis sonrisas y enojos en tu silencio
Extraño nuestras mentes juntas
Volando por los senderos de la imaginación
Donde hay campo para la lujuria, el sentir y el amor.
Extraño cuando todo esto no solo eran fantasías
Cuando el fuego quemaba nuestros cuerpos
Una llama perenne y la salvación no existía
Fuego de amor, fuego de lujuria, fuego de nosotros
Extraño los días y las noches juntos,
Nuestras palabras cruzándose
El tiempo escurriéndose como arena entre los dedos
Nosotros sin limite pero el tiempo si
Es el momento perfecto para detener el tiempo
Que soy yo sin ti mas q una mitad sin complementar?
Llena de sentimientos y todo este sentir es para ti
Te extraño oh ángel de amor
Como no extrañar la dicha de tenerte?
Como no sentir el vació de lo que llenabas?
Te extraño déjame decir q tan solo te extrañe…


Muy bueno MIMIN92...
Exelente... COMPETENCIA???

:-o :-o :-o











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An den mond
Goethe

Füllest wieder Busch und Tal
Still mit Nebelglanz,
Lösest endlich auch einmal
Meine Seele ganz;

Breitest über mein Gefild
Lindernd deinen Blick,
Wie des Freundes Auge mild
Über mein Geschick.

Jeden Nachklang fühlt mein Herz
Froh und trüber Zeit,
Wandle zwischen Freud' und Schmerz
In der Einsamkeit.

Fließe, fließe, lieber Fluß!
Nimmer wird' ich froh!
So verrauschte Scherz und Kuß,
Und die Treue so.

Ich besaß es doch einmal,
was so köstlich ist!
Daß man doch zu seiner Qual
Nimmer es vergißt!

Rausche, Fluß, das Tal entlang,
Ohne Rast und Ruh;
Rausche, flüstre meinem Sang
Melodien zu!

Wenn du in der Winternacht
Wütend überschwillst,
Oder um die Frühlingspracht
Junger Knospen quillst.

Selig, wer sich vor der Welt
Ohne Haß verschließt,
Einen Freund am Busen hält
Und mit dem genießt!

Was von Menschen nicht gewußt,
Oder nicht bedacht,
Durch das Labyrinth der Brust
Wandelt in der Nacht.

Lindo verdad?
 
I

ESTANCIA EN EL PRIMER INFINITO


Ardiente, nueva luz abre mis ojos.
Renace adulta la infantil mirada.
Crecen los ecos de tu poblada ausencia,
presente y encendida en la distancia.

A la espalda del cielo se desnudan las sombras.
Brota su lirio el día.
Huérfana sonrisa camina sobre el alba.

Hay una casa gris,
una carreta,
una última calle de ceniza.

Escucho cómo el sueño desliza su silencio.
Ya siento las corrientes de sed hasta mis huesos.

Como impiadoso amor me reconstruyes
en tu mano del sal deshabitada.
La negra vos del infinito rueda.
Una curva de piedra detenida.


II

PRESENCIA DE LA MAÑANA


Roza el torso del viento epidermis de arena;
ondula, danza, gira,
modela en carne viva océanos de naufragio,
abanica cristales,
juega suspenso vórtice en el aire.

Adolescente sol
levanta ?a luz y sombra? mirada panorámica,
ciudad esbelta transparente de azules,
anchas flores dormidas,
ciegas estatuas olvidadas.

Pausa lenta:
la mañana, vencida, se derrama.


III

MEDIODÍA DESNUDO


¡Indefenso gigante!
Multiplica el espejo tu lamento.
¡Ángel horizontal y desvalido!

Alas, palomas son martirizadas,
las dunas desgarrando su vestido;
agítanse los senos incendiados
en oleaje convulso y enemigo.

Bajo la fiesta cruel de finos dardos
cortan las rocas ángulos veloces.
Llora el iris su cuerpo encarcelado
?aguda geometría? en todos los colores.

Sopla viento de lumbre;
metálicas espinas le han herido.
Tiene los labios secos,
al horizonte van sus pies de vidrio.

Antiguo sol esparce congénito simiente;
en tus dedos de luz también cabe la muerte.

Oscila el mediodía suspendido
como fruto maduro de infinito.
En su reinado inmóvil la mirada ha crecido
y el sabor de la angustia y la ceniza
y la sed... y la sed... y el espejismo.


IV

DINÁMICA DEL AGUA AUSENTE


Una pausa más lenta
desnuda la voz de la tormenta.

Alza el paisaje la quemada frente
y un grito-muchedumbre de cal viva
estremece la atmósfera yacente.

Renacidos perfiles de caricia soñada:
¡Agua! sonrisa líquida, frescura ausente.
¡Agua! palabra linfa.
¡Aguanube, agualluvia, aguajardín!
Agua de soledad, agua negada.

Roja lengua dice una llamarada.

En el fondo, la sed roba al sollozo
su calidad más íntima de lágrima.

En el médano atormenta veranos anhelantes,
las insepultas manos de los cactos
elévanse puñales.

Remota estela de rumor marino:
te han perdido los pasos de la arena,
regresan a tu encuentro las distancias.

¡Corona espuma fina tu perfume de nada!


V

TORMENTA DEL POLVO


Esqueleto del mar, puerto de ausencias.
Cauce desierto de la mar mirada;
al amor infinito de tu música,
al eco del coral, abierta estancia.

Fría pupila, disecado vientre,
raíz perdida, forma desolada.

Eres el rostro vivo de la muerte:
sobre tu cuerpo, traicionado viaje,
bajo tu piel mil bocas solitarias.

Polvo errante y sombrío.
Abismo en celo.
Vena seca de olvido y de nostalgia.

Muerde tu corazón lúgubre queja...

(En tibio lecho el agua de los mares
mece amorosa el sueño de las barcas).


VI

PARÁBOLA DE LA FATIGA


Calcinados rumores van cayendo
al hondo de la tarde.
Horizontales láminas disuelven
celestes arenales.

Deslizan su bandera perseguida
nubes de fino talle.
Fiera de luces mágicas alcanza
cabelleras al aire.

Adelgazan la luz su transparencia.

Ave de odio desprende mudo vuelo
al cobalto ondulante.
Pausa torva de cómplice silencio.
¡Un dramático sol asesinado
rueda en arena-sombra su diamante!

En el cielo, cansancio azul dormido
deja correr su sangre de oro líquido.
Es la tarde parábola de aceite:
violetas en el filtro de morado,
armazón consumido de fuegos de artificio
girando indiferente.


VII

ESTANCIA DEL OLVIDO


Pasa la mano del silencio
por el cóncavo rostro del sueño.

Ataviada de viejas resonancias
va la sombra del viento.

La pestaña del astro cae inmóvil
al párpado del tiempo.

¡Abre, sol negro, tu brillante noche!
Formas oscuras llenan tu comienzo.

Sobre la superficie de serpientes,
el rencor de la fiebre, la inerte quemadura:
ríos de rosa fresca, tacto de terciopelo,
arroyos de tiniebla!

El silencio en los labios del silencio.

Asciende adormecida la sonrisa
en los brazos nocturnos del secreto.


VIII

ARQUITECTURA DE LA LUNA


Profundidad violada.
Línea helada de luz.
Firme trazo sideral.
Geometría y andamio:
construcción espectral.

Ola concéntrica de cielos,
circulares espejos abriendo el horizonte;
emergiendo pirámides de plata,
despertando los pasos de ?Indios Pueblo?,
absortas sepulturas,
venados pétreos.

Imantado, suspenso, lanceado de blancura,
de luna coronado;
evadido de los siete colores
del prisma de sal,
gira el desierto cegado
en magnético mar espiral.


IX

RETORNO AL DESIERTO HUMANO


Habitante desnudo de la soledad
Cuerpo compacto de la angustia.
De pie sobre su planta prisionero,
?creatura de la sed? ronda su imagen:
contorno humano ¡vertical desierto!

Danzando hasta el retorno del principio
?cuerpo en vaivén y brazos enlazados?
aflora la biznaga del hechizo.

Noche de rojo firmamento.

Las recónditas bestias de la sangre
caminan en el hombre del instinto
hacia el llanto ululante.

Las manos primitivas de la magia
avanzan hacia el eco.
Señal, cábala, signo,
un círculo de asombro:
¡surge el verbo!

Allí donde los árboles ausentes,
donde el margen columpia la distancia,
en la raíz sombría del origen...

¡Norte de México!
¡Soplo de abismo!
¡Flauta mis huesos!

Desde la frente del milagro
hasta el vientre cerrado del misterio.








23076327.gif
 
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA
PARA Q ENTENDAMOS MEJOR


A LA LUNA

¡Oh tú, la hermana de la luz primera,
símbolo del amor en la tristeza!
Ciñe tu rostro encantador la bruma,
orlada de argentados resplandores;
Tu sigiloso paso de los antros
durante el día cerrados cual sepulcros,
a los tristes fantasmas despabila,
y a mí también y a las nocturnas aves.


Tu mirada domina escrutadora
y señorea el dilatado espacio.
¡Oh, elévame hasta ti, ponme a tu vera!
No niegues a mi ensueño esta ventura;
y en plácido reposo el caballero
pueda ver a hurtadillas de su amada,
las noches tras los vidrios enrejados.


Del contemplar la dicha incomparable,
de la distancia los tormentos calma,
yo tus rayos de luz concentro, ¡oh luna!,
y mi mirada aguzo, escrutadora;
poco a poco voy viendo los contornos
del bello cuerpo libre de tapujos,
y hacia él me inclino, tierno y anhelante,
cual tú hacia el de Endimión en otro tiempo

Johann Wolfgang von Goethe
 
Música oculta

Como el bosque tiene
tanta flor oculta,
parece olorosa
la luz de la luna.

Como el cielo tiene
tanta estrella oculta,
parece mirarnos
la noche de luna.

Como el alma tiene
su música oculta,
¡parece que el alma
llora con la luna!...



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Un Beso.

Un beso. ¿Qué será un beso entonces?
Sino nuestro amor hecho carne,
cual explosión nocturna de dulces colores,
colores del alma, sentimientos que arden.

Y es que no se por qué son tan dulces tus besos
si unos labios sin sentimientos a nada saben.
¿Podrá la tibia miel del deseo
ser la causa de que los míos embriaguen...?
 

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