PUBLICIDAD
Wilas

Esperando

Por qué te busco en la silla
donde sé que ya no te llegarás a sentar?
Por qué te espero en la esquina
por donde no te atreves más a cruzar?
En tu ausencia releo tus recuerdos
y a la distancia observo tus palabras.

En silencio, en la espera,
en un puerto en el cual
el barco partió para no regresar
esperando aún que tu sonrisa sea
la que logre mover el piso
de mi acelerada alma
esperando que tus ojos inquisidores
roben a las mentiras
las verdades que cautelosamente guardan

Aún no entiendo por qué te busco
en la oscuridad de la madrugada
cual si fueses la luz del faro
que brilla, que palpita
mientras todos callan

Aún no entiendo por qué te busco
si eres solo el fantasma
de una brisa marina, breve
que alborota los cabellos del alma
Aún no entiendo por qué te busco
mientras la vida continúa su danza

Aún no entiendo por qué te busco
si detrás de tu adiós
no queda absolutamente nada
HippieQ
Marzo 03, 2008
 
hola Ragnarok! pues resulta que acá hay libertad mientras exista el respeto. he posteado algún que otro poema de mi autoría por estos lares, aunque siempre abro un post nuevo para cada poesía que quiero compartir con la gente del foro.

pero se vale lo que sea, postear letras propias o de otros autores (en cuyo caso recomiendo, por fa, indicar el nombre del autor, por respeto)

la idea es, creo, compartir!
 
Luna-tik dijo:
Por qué te busco en la silla
donde sé que ya no te llegarás a sentar?
Por qué te espero en la esquina
por donde no te atreves más a cruzar?
En tu ausencia releo tus recuerdos
y a la distancia observo tus palabras.

En silencio, en la espera,
en un puerto en el cual
el barco partió para no regresar
esperando aún que tu sonrisa sea
la que logre mover el piso
de mi acelerada alma
esperando que tus ojos inquisidores
roben a las mentiras
las verdades que cautelosamente guardan

Aún no entiendo por qué te busco
en la oscuridad de la madrugada
cual si fueses la luz del faro
que brilla, que palpita
mientras todos callan

Aún no entiendo por qué te busco
si eres solo el fantasma
de una brisa marina, breve
que alborota los cabellos del alma
Aún no entiendo por qué te busco
mientras la vida continúa su danza

Aún no entiendo por qué te busco
si detrás de tu adiós
no queda absolutamente nada
HippieQ
Marzo 03, 2008
Esta muy bueno luna!
 
Se buscan Escritores

Hola.. Estoy buscando pequeños amigos de la literatura y del arte en general que deseen publicar sus trabajos y que la sociedad por muchas cisrcunstancias no les ha dado la oportunidad de sacar a flote sus escritos. (es para una entrevista pequeña que les va a ayudar bastante)

Si alguien sabe de alguno por fa avisan.

[email protected]

Pura Vida.
 
Este es uno de mis poemas favoritos , me llena mucho leerlo y escucharlo, contrapone y compara la naturaleza humana,con la naturaleza animal, habla de la maldad, la falsedad del bien absoluto.

(Autor Ruben Dario)

"Los motivos del lobo"
El varón que tiene corazón de lis,
alma de querube, lengua celestial,
el mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal,
bestia temerosa, de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos de mal:
el lobo de Gubbia, el terrible lobo.
Rabioso ha asolado los alrededores,
cruel ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoró pastores,
y son incontables sus muertes y daños.

Fuertes cazadores armados de hierros
fueron destrozados. Los duros colmillos
dieron cuenta de los más bravos perros,
como de cabritos y de corderillos.

Francisco salió: al lobo buscó en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera
enorme, que al verle se lanzó feroz
contra él. Francisco con su dulce voz,
alzando la mano,
al lobo furioso dijo: -"¡Paz, hermano
lobo!" El animal
contempló al varón de tosco sayal;
dejó su aire arisco,
cerró las abiertas fauces agresivas
y dijo: -"¡Está bien, hermano Francisco!"
-"¡Como! -exclamó el santo-. ¿Es ley que tu vivas
de horror y de muerte?
¿La sangre que vierte
tu hocico diabólico, el duelo y espanto
que esparces, el llanto
de los campesinos, el grito, el dolor
de tanta criatura de Nuestro Señor?
¿No han de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te han infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?"
Y el gran lobo, humilde: -"¡Es duro el invierno,
y es horrible el hambre! En el bosque helado
no hallé qué comer, y busqué el ganado,
y en veces comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador
sobre su caballo, llevando el azor
al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
de las roncas trompas al sordo clamor
a los animales de Nuestro Señor.
Y no era por hambre, que iban a cazar".
Francisco responde: -"En el hombre existe mala levadura.
Cuando nace viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.
Tú vas a tener
desde hoy qué comer.
Dejarás en paz
rebaños y gente en este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!"
-"Está bien, hermano Francisco de Asís".
-"Ante el Señor, que todo ata y desata,
en fe de promesa tiéndeme la pata".
El lobo tendió la pata al hermano
de Asís, que a su vez le alargó la mano.
Fueron a la aldea. La guente veía
y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero,
y, bajo la testa, quieto lo seguía
como un can de casa, o como un cordero.

Francisco llamó a la gente a la plaza
y allí predicó.
Y dijo: -"He aqui una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo
me juró no ser ya nuestro enemigo,
y no repetir su ataque sangriento.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento
a la pobre bestia de Dios". -"¡Así sea!"-,
contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal
de contentamiento,
movió la testa y cola el buen animal,
y entró con Francisco de Asís al convento.

Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo
en el santo asilo.
Sus bastas orejas los salmos oían
y los claros ojos se le humedecían.
Aprendió mil gracias y hacía mil juegos
cuando a la cocina iba con los legos.
Y cuando Francisco su oración hacía,
el lobo las pobres sandalias lamía.

Salía a la calle,
iba por el monte, descendía al valle,
entraba en las casas y le daban algo
de comer. Mirábanle como a un manso galgo.

Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo
dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo,
desapareció, torno a la montaña,
y recomenzaron su aullido y su saña.
Otra vez sintióse el temor, la alarma,
entre los vecinos y entre los pastores;
colmaba el espanto los alrededores,
de nada servían el valor y el arma,
pues la bestia fiera
no dio treguas a su furor jamás,
como si tuviera
fuegos de Moloch y de Satanás.

Cuando volvió al pueblo el divino santo,
todos lo buscaron con quejas y llanto,
y con mis querellas dieron testimonio
de lo que sufrían y perdían tanto
por aquel infame lobo del demonio.

Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montaña
a buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.
-"En nombre del Padre del sacro universo,
conjúrote" -dijo- "¡oh, lobo perverso!,
a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta. Te escucho".
Como en sora lucha, habló el animal,
la boca espumosa y el ojo fatal:
-"Hermano Francisco, no te acerques mucho

Yo estaba tranquilo allá en el convento,
al pueblo salía,
y si algo me daban estaba contento
y manso comía.
Mas, empecé a ver que en todas las casas
estaban la envidia, la saña, la ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos se hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como peroo y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
Me vieron humilde, lamía las manos
y los pies. Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos,
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fue como una agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.
Y recomencé a luchar aquí,
a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tienen que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
déjame existir en mi libertad,
vete a tu convento, hermano Francisco,
sigue tu camino y tu santidad".

El santo de Asís no le dijo nada.
Le miró con un profunda mirada,
y partió con lágrimas y con desconsuelos,
y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
que era: "Padre nuestro, que estás en los cielos...


Aki un relator de poemas que me encanta su forma de recitar este:

http://www.youtube.com/watch?v=QL6B0oYZZhI
 
Rubén Darío; nunca lo leí aunque escuche mucho de él. Buen poema, Ragnarok… quien no se identifica con el lobo?
Sin embargo yo creo en la gente… estoy irremediablemente del lado de los optimistas. Soy de los que ven el vaso medio lleno y no medio vacío… y no es que sea siego al mal que existe, es que también puedo ver mucho bien. Demasiada perfección y nobleza en el ser humano para poner la vista en los pocos defectos.

Saludos, Bro :cool:
 
a mi también me encanta Rubén Dario sobre todo el poema a Margarita (que me encantaba cuando era niña, ya que me identificaba con la princesita) Y también lo fatal.
 
(Gustavo Adolfo Bécquer)

Rima LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!


RIMA XXV

Cuando en la noche te envuelven
las alas de tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho,
diera, alma mía,
cuanto posea:
¡la luz, el aire
y el pensamiento!

Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
diera, alma mía,
cuanto deseo:
¡la fama, el oro,
la gloria, el genio!

Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento
y tus mejillas se encienden
y entornas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo.


RIMA XXIV
Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan y, al besarse,
forman una sola llama.

Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.

Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.

Dos jirones de vapor
que del lago se levantan
y, al juntarse allá en el cielo,
forman una nube blanca.

Dos ideas que al par brotan;
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden;
eso son nuestras dos almas
 
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA

Posts recientes

Evite multas y sanciones: Presentamos sus declaraciones del IVA D104, de ALQUILERES D125, así como su renta D101 desde $20 al mes.
Active su PLAN PREPAGO por $9.99 y timbre hasta 50 documentos electrónicos. Sin mensualidades, ni anualidades con el sistema líder en el país.
Fondos de Pantalla
Arriba Pie