Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
Una luz cegadora, un disparo de Nievi.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte:
Para que no me veas tanto, para que no me veas siempre,
en todos los segundos, en todas las visiones.