No estamos hablando de que la empresa privada se haga cargo. Si las empresas estatales fueran eficientes, no habría necesidad de contar con servicios privados.
Pero, a como han estado ya por décadas tan mal acostumbradas, es difícil. Los sindicatos perdieron el rumbo, y ahora su rumbo es enriquecer a sus integrantes, en vez de proteger al trabajador. En vez de luchar y defender garantías relevantes, es ahora ver qué tantos beneficios pellizcan. Todas las luchas anteriores por los derechos de los trabajadores han sido corrompidas, ahora no es luchar por derechos, sino explotar el sistema para ver qué más sacan bajo el pretexto de luchar por los derechos del trabajador.
Ya se han visto lo que vienen padeciendo por años las empresas estatales, puestos inventados, duplicidad de funciones, "inamovilidad" de empleados ya sean eficientes o no, y beneficios y salarios inflados. Trabajar para una institución o empresa pública, es sinónimo de tener ya resuelta la vida y hacerse de plata o vivir a costillas del estado.
Vea usted, para qué son los impuestos que quieren meter últimamente (incluso hasta ya a las cesantías de los trabajadores), y para qué se van a utilizar. Los altos jerarcas y políticos en las empresas e instituciones del estado, se nota que prefieren meter más impuestos, endeudarse con préstamos internacionales o en general ver quebrada la institución o bordeando números rojos, que soltar todos los privilegios económicos exagerados que tienen.