Comentario de Pablo Aguabela, periodista acreditado que vivió el proceso de Brasil al lado de la Sele desde la clasificación, hasta que volvieron...estuvo en el camerino, entrenamientos, etc....
Pablo Aguabella
Prometí no gastar un minuto de mi inteligencia hablando de él, por eso voy a hablar de los que se lo merecen y que hoy fueron ensuciados injustamente.
Conocí en Brasil y un poco antes a un grupo de trabajo admirable, un grupo que se comprometió a trascender y cambiar la historia. Un grupo de jugadores, especialistas, trabajadores y colaboradores que dejaron sus egos de lado, sus intereses personales para lograr un objetivo.
Un grupo de profesionales que pusieron de su parte para cumplir con su tarea, que a pesar de querer tirarlo todo, de bajarse del objetivo, de incluso llegar a la agresión, cumplieron su pacto de ser fieles a su país y a su equipo. No en vano ese grupo se abrazó a celebrar junto, no en vano lloraron en los triunfos, no por casualidad se abrazaron en un solo corazón cuando la tarea se cumplía y "alguien" siempre celebraba solo.
No es cierto que nos enseñaron disciplina. No es cierto que los tuvieron que vigilar para que se cumpliera su trabajo. No es cierto que la razón viene de una sola cabeza. No es cierto y me niego a aceptar de que nos digan que somos mejores gracias al capitan. No es cierto que había que vigilar el desorden, la indisciplina. No es cierto que necesitamos la mano fuerte para ser lo que fuimos.
Brasil 2014 es el mejor ejemplo de que todos lo marineros son importantes. que en serio cada pieza de un equipo cuenta y que aunque hayan desacomodos la fuerza de una idea sobrepasa cualquier distracción.
Cada integrante del Mundial hizo su trabajo y lo hizo bien.
Incluso cuando la decisiones no eran las correctas, cuando los tratos eran descorteces, irrespetuosos, des-acreditadores y mal intencionados. Cada miembro de esa hermosa delegación puso el "nosotros" antes que el "yo".
En esa cultura colectiva entramos todos, menos Uno.
A esos que hoy fueron tratados de enemigos íntimos los vi defender la causa a pesar de lo indefendible, los vi negociar con los que querían irse, los vi luchar y hacer entender que el objetivo era más importante que el trago amargo. Los vi incluso pelar por él que hoy los cataloga de desleales, para que el triunfo y la gloria prevalecieran para el país que amamos.
No es posible que todos estémos equivocados. No es posible que se trate de manchar la carrera y el esfuerzo de la gente que realmente respaldó he hizo grande el Mundial.
Yo vi un grupo que se unía en charlas de motivación donde él ni siquiera formaba parte. Yo vi y soy testigo de que cada mañana, todos los miembros de ese grupo y no solo él, trabajaron de frente, leales, dedicados y comprometidos por esa gran causa.
Yo vi un grupo que si le reconoció su trabajo, que no quiso manchar su honor a pesar de poder hacerlo. Yo vi un grupo que le hizo caso y cumplió sus deseos aunque las ganas flaquearan. Yo los vi darle pa´lante a pesar dé.
Hoy ese grupo fue ensuciado por palabras malagradecidas, por deslealtad a sus propios códigos.
Hoy el que rompió pactos, códigos, lealtades y consignas fue otro.
Hoy el que ensució el capítulo más memorable de su historia y la nuestra fue otro. Hoy, cual vivaz ególatra pensó que aprovechando la gloria efímera podía emanciparse como único héroe. Las verdades llevan tiempo, pero verdades serán.
Gracias muchachos por dejarme verlos hacer historia, gracias por hacerme entender cómo se construye un sueño, gracias por eseñarme hidalguía y clase para dejar atrás el ego, y sobreponer el amor a Costa Rica. Sé que aunque hoy parezca amargo nada ni nadie les quitará lo vivido.
Alguien que estuvo dentro, podría explicar muchas cosas que se están dando hoy, después de esta novela...