al igual q me awebas jorge habla de la perfección y la complejidad del ser humano.... en la cual no hay discusión de parte de cualquier persona con razonamiento lógico, un simple hecho q salta a la vista desde cualquier punto q lo veamos el cuerpo es una estructura tan compleja como el origen del universo, sin embargo, es mas fácil decir q fue un Dios y ya..... no preocuparse ni cuestionarse.. por suspuesto q es mas fácil asumir y dar las cosas por sentado. La necesidad de un ser superior muchas veces radica en precisamente en otorgarle toooodo lo q pasa en la vida, sin tener la capacidad para cuestionarse e investigar acerca de su origen, vuelvo a mi tema hace tiempo posteado, todo es porque Dios quiere.... así cualquier es super inteligente. El punto no es negar un Dios, sino cuestionarse el porque de las cosas y no solo quedarse con lo q dice un escrito
Nótese que nunca me he referido a Dios para hablar del putativo creador de los seres vivos. Simplemente me he referido al Creador (o incluso Creadores) para hablar de los que diseñaron o crearon a los seres vivos.
Y es absurdo decir que "se está imponiendo las creencias a otro". Aquí lo que se ha hecho es presentar las razones por las cuales y, al igual que millones de prsonas e incluso científicos, han creído hoy día así como desde hace milenios, que la naturaleza tiene un creador. Y otras personas han dado sus razones para pensar lo contrario.
AL final, cada persona tiene derecho a su opinión; pero no tiene derecho a su propia realidad. La argumentación sirve para contrastar ideas y llear a alguna conclusión.
Es como si alguien opinara que tirarse de un edificio de 10 pisos al pavimento no tiene consecuencias graves para su salud. Su opinión sería discordante, y tiene derecho a tenerla. Pero sería un estúpido si la pusiera en práctica. O en el ejemplo más común, el tipo testarudo que se mete al mar cuando se ha alertado que es peligroso meterse al agua.
En este sentido, aquí se ha venido discutiendo si existe un creador de los seres vivos o no. Esa es la cuestión.
Si se está dispuesto a creer que no existe un creador, entonces hay que asumir que la formación de los seres vivos fue producto de una serie de accientes y casos fortuitos, donde compuestos químicos fueron foramndo moléculas más complejas, las cuales luego formaron células u organimos unicelulares.
Estas células adquirieron de alguna forma una compleja serie de comandos y órdenes acerca de como sintetizar proteínas, reproducirse a sí mísmas y darse cada unas de ellas una función particular: unas serían parte del riñón, otras del tejido muscular; otras del corazón. La célula es un maravilloso y complejo organismo: realiza miles de funciones. Unas son conocidas. Otras no se conocen aún, y los científicos siguen tratando de deducirlas.
Todo eso, dice el ateo, es mero producto del azar. De una serie de actos fortuitos. El problema es que la probabilidad de ocurrencia es tan infinitamente baja, que resulta más descabellado y absurdo creer en la no existencia de un creador.
Lo absurdo de postular tal afirmación ha llevado a científicos como Francis Crick -- el descubridor junto a James Watson y Maurice Wilkins de la estructura helicoidal del ADN -- a postular la panspermia como el orígen de la vida en la Tierra. Es decir, que la vida se originó en otro punto del universo, y de alguna manera llegó a nuestro planeta. Pero eso presentan uevas complicaciones: cómo se originó en el planeta o planetas originarios. Y cómo fue capaz de viajar las descomunales distancias que lo separan de la Tierra.
El no creyente en un creador debería aceptar que la probqabilidad de ocurrencia fortuita del oríen de la vida es tan baja, que es básicamente cero. La física cuántica por ejemplo, postula que es posible que una persona atraviese un objeto "sólido" como lo es una pared. Dado que ambos cuerpos están formados por átomos, y los átomos son en realidad un núcleo pequeñísimo de materia con electrones girando en órbitas; el átomo en sí es en su mayor parte un espacio vacío.
Por lo tanto, si se pudieran alinear cada uno de los átomos de la pared y del cuerpo de manera que cada uno no chocara o evadiera el campo de gravitación de los átomos del otro cuerpo, sería posible atravesar la pared. La cuestión es que tal operación es infinitamente compelja si se hace de forma consciente (inteligente). Y aún peor para el ateo: la probabilidad que esto ocurra de forma espontánea es tan infinitamente baja, que es de hecho factible descartarla en la realidad-
De la misma forma, se puede postular que el orígen de la vida fue producto de una serie de hechos fortuitos sin la intervención de un creador. Pero la probabilidad de que todos esos sucesos ocurrieran en forma conjunta es del orden de 1 en trillones de trillones. Cifras siderales. Por lo que en términos prácticos, es absurdo creer que es así-