1. Si la naturaleza del ser humano es pecadora y podemos salvarnos si nos arrepentimos de nuestros pecados y aceptamos a Jesus como nuestro Dios y Salvador, esto nos dice que solo en la circunstancia de que al momento de nuestra muerte estemos confesados y comulgados ireamos al cielo (como dice el dicho "Dios nos agarre confesados").
Los sacramentos no son rituales mágicos sistemáticos para ir al cielo o al infierno, son apoyos, soportes para crecer en la fe y lograr la santidad. No es por estar confesados o comulgados que vamos al cielo o al infierno, sino por la misericordia de DIOS.
NADA DE LO QUE HAGAMOS O DEJEMOS DE HACER NOS LLEVARÁ AL CIELO, SOLO LA MISERICORDIA DIVINA.
Una vida cristiana es una vida de AMOR, si yo amo a Dios no es por interés para que me lleve al cielo, si yo amo a Dios, es porque sí, porque me nace y porque sólo El llena mi vida.
Porque quiero vivir agradando a Dios, busco, aún con mis errores y defectos una perfecta comunión con el Señor. La confesión y la eucaristía son medios para lograrlo.
2. Esa lógica tiene muchas fallas porque en primer lugar parece como un ciclo, pero no un ciclo de mejora. O sea, pecamos, nos arrepentimos, confesamos, comulgamos, volvemos a pecar, nos arrepentimos, confesamos ....y asi sucesivamente. Y la idea es que en nuestra muerte sea justo en el momento después de la comunión para asi no morir con pecados.
Confesarse no es como bañarse cuando estás sucio, NO. La reconciliación es un símbolo mediante el cual, lo que más cuenta es NUESTRO SINCERO ARREPENTIMIENTO, DOLOR DE LOS PECADOS Y LA DISPOSICIÓN DE ACUSARTE DE ELLOS, SIN MENTIRAS NI ENGAÑOS, UNIDOS AL PROPÓSITO DE NO PECAR NUNCA MÁS.
Claro que volvemos a caer, somos humanos, pero esas caídas nos duelen a los que amamos a Dios y vemos en la confesión, no una licencia para seguir pecando y ser perdonados (con Dios no se juega), sino un símbolo de que DIos es misericordioso y si de perdonarnos se trata, lo hará siempre, eso sí, si estamos de verdad concientes del mal que hacemos y arrepentidos.
3. La primera falla de esta lógica es la obvia arbitrariedad del asunto o sea, lo que tuvieron la "suerte" de morirse justo después de confesarse y comulgar son salvos, los que no pues se fregaron y al sartén. Algo completamente injusto.
:-o Te crees muy intelectual o filósofo, me hace gracia.
Nadie puede garantizar que va al cielo o al infierno, por más confesado y comulgado que esté, eso sólo lo puede saber y determinar Dios, El conoce nuestros corazones y nos juzgará por el amor.
4. Pero la falla más grande es la "no mejora continua" o sea en el fondo seguimos teniendo una naturaleza pecadora que aparentemente nos sigue hasta el momento de nuestra muerte pero que periodicamente vamos limpiando. Por lo tanto al morir seguiremos siendo seres de naturaleza pecadora solo que nos arrepentimos y confesamos.
Claro que somos pecadores, tenemos carne, las obras de la carne son muchas. Dios sabe y entiende esto. Dios lo que quiere es la transformación del corazón. Un corazón dispuesto para Cristo, es sanado y transformado, vemos la vida con otros ojos, claro que caemos una y otra vez, pero nos levantamos y Dios nos va sanando y apartando para El. Al morir, ya no somos de la carne y el día de la resurrección, nuestros cuerpos glorificados serán ajenos a toda pasión malsana.
5. De ser así entonces iríamos al "paraiso" con todo y nuestra naturaleza pecadora lo cual caeria en el absurdo de que iriamos a pecar al cielo. Claro, el problema es que nadie ha pensado realmente en como sería la existencia del ser humano estando en el cielo.
No es cierto, ya te expliqué que el pecado son las obras de la carne.
6. El primer razonamiento lógico a esta aparente contradicción es que en realidad si debería de haber una mejora continua o sea al momento de nuestra muerte ya deberíamos habernos perfeccionado lo suficiente como para no pecar nunca. Las unicas personas que yo conosco que logran tal cosa son los Santos y la verdad es que no conosco ninguno y me parece que son como el 0,00000001% de la población.
Todos estamos llamados a la santidad, todos podemos ser santos, pero te repito, vos contás con tus propias fuerzas y eso no debe ser así, nosotros por nosotros mismos nada podemos hacer, es Dios quien transforma los corazones y mediante la Eucaristía, la oración y el trabajo dedicado a Dios, nos vamos purificando para alcanzar la santidad.
Santos no solo son los canonizados, hay muchos santos anónimos que día a día trabajan por extender el Reino de Dios, con verdadera pasión por las almas.
7. O sea para los cristianos lamento informarles que el razonamiento que se llega es a tres conclusiones:
¿Lamentas informarnos qué? :-o
a) Todo es un absurdo, no existe el cielo, ni Dios, ni nada.
Dichoso el que cree sin haber visto.
b) Existe el cielo pero es solo para los santos asi que les toca freidora.
Todos estamos llamados a la santidad.
c) Van ir al cielo a pecar (para mi la mejor opción de todas, jeje).
Sin carne no hay obras de la carne, ¿o te imaginarás espectros teniendo sexo? Neee!
Nota: Bill, esto si me lo saque totalmente de mi cabeza por aquello que no quiera responder por esa razón.