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ANÓNIMO
La muerte de Cristo en la cruz tuvo un motivo divino y un motivo humano.
Motivo divino de la muerte de Cristo:
Cristo fue el cordero de Dios que se sacrificó para pagar el precio que demanda el castigo por el pecado de la humanidad.
En el antiguo testamento los israelitas sacrificaban corderos para calmar la ira de Dios por sus pecados. Cristo fue el gran cordero que se sacrificó en lugar nuestro, así los que creemos en él (y le obedecemos), obtenemos el perdón de los pecados en virtud de que él con su sacrificio ya pagó el precio por los pecados.
Motivo humano de la muerte de Cristo:
Lo que llevó a Jesús a la muerte en la cruz fue lo que predicó que iba en contra de las creencias de los líderes religiosos de su tiempo, y como Jesús no se retractó, fue entonces condenado.
A nosotros nos salva el vivir como él enseñó. Si guardamos sus mandamientos seremos salvos y obtendremos la vida eterna. Para ser salvos no alcanza con solo creer sino que debemos ser fieles a sus enseñanzas:
Lucas 6:46
“46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”
Mateo 7:21
“21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
Santiago 2:26
“26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
Lucas 10:25-28:
"25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás."
Aquí Jesús responde: Haz esto y vivirás. O sea que hay que hacer la obra de la fidelidad a las enseñanzas de Jesús (amar a Dios y amar al prójimo) para ser salvo.
Mateo 25:31-36
“31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.”
Mateo 25:41-43
“41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.”
Aquí queda claro que los que se salvan son los que fueron fieles a los mandatos de Cristo.
Cuando Pablo dice que la salvación no es por obras, se refiere a las obras de la Ley como ritos y sacrificios (ley ceremonial) u otras observancias que ya no están vigentes.
También Cristo nos pide la obra de la fe, como varias veces dice en el Evangelio a diversas personas: tu fe te ha salvado.
Juan 6:29
“29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.”
Maximiliano Castagnino.
Motivo divino de la muerte de Cristo:
Cristo fue el cordero de Dios que se sacrificó para pagar el precio que demanda el castigo por el pecado de la humanidad.
En el antiguo testamento los israelitas sacrificaban corderos para calmar la ira de Dios por sus pecados. Cristo fue el gran cordero que se sacrificó en lugar nuestro, así los que creemos en él (y le obedecemos), obtenemos el perdón de los pecados en virtud de que él con su sacrificio ya pagó el precio por los pecados.
Motivo humano de la muerte de Cristo:
Lo que llevó a Jesús a la muerte en la cruz fue lo que predicó que iba en contra de las creencias de los líderes religiosos de su tiempo, y como Jesús no se retractó, fue entonces condenado.
A nosotros nos salva el vivir como él enseñó. Si guardamos sus mandamientos seremos salvos y obtendremos la vida eterna. Para ser salvos no alcanza con solo creer sino que debemos ser fieles a sus enseñanzas:
Lucas 6:46
“46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”
Mateo 7:21
“21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
Santiago 2:26
“26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
Lucas 10:25-28:
"25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás."
Aquí Jesús responde: Haz esto y vivirás. O sea que hay que hacer la obra de la fidelidad a las enseñanzas de Jesús (amar a Dios y amar al prójimo) para ser salvo.
Mateo 25:31-36
“31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.”
Mateo 25:41-43
“41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.”
Aquí queda claro que los que se salvan son los que fueron fieles a los mandatos de Cristo.
Cuando Pablo dice que la salvación no es por obras, se refiere a las obras de la Ley como ritos y sacrificios (ley ceremonial) u otras observancias que ya no están vigentes.
También Cristo nos pide la obra de la fe, como varias veces dice en el Evangelio a diversas personas: tu fe te ha salvado.
Juan 6:29
“29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.”
Maximiliano Castagnino.
