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Wilas

Relación entre la deuda externa y el cristianismo

Ettore

El Camino del Exceso
Un texto que leí hace años. Para comentar sobre una de las consecuencias de la teología cristiana.
Esta parte hace una reflexión sobre la relación entre el Cristianismo actual y la deuda externa.
Hinkelammert, Franz J.: La deuda externa de América Latina. El automatismo de la deuda.

“Según Mateo dice: "Perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mat 6,12). Según Lucas es distinto, pero parecido: "Perdónanos nuestros pecados, como nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Luc 11,4). Sigue la analogía con la deuda, pero ésta es invertida. La deuda del hombre con Dios – sus pecados –, es ahora mantener deudas de un hombre con otro. Que el hombre tenga deudores, es la deuda que tiene con Dios. Por lo tanto, el hombre no puede pagar su deuda con Dios, ni Dios puede cobrarla. Para que el hombre no tenga deuda con Dios, tiene que perdonar las deudas que otros hombres tienen con él.”

...

“El hombre tiene que dar libertad, para que Dios se la dé también. Dios deja libre al hombre, si el hombre deja libre a los hombres. Si el hombre hace al otro dependiente de sí, éste pierde su libertad frente a Dios también. Por eso, no puede haber sacrificios. Los sacrificios pagan a Dios algo que el hombre debe.”

...

“Por eso, al perdonar las deudas que otros tienen con él, el hombre deja de tener una deuda con Dios, porque Dios perdona la deuda. Dios es un Dios de la libertad, no de la ley. La libertad se pierde cuando se cobra alguna deuda. No solamente el deudor pierde la libertad cuando se le cobra una deuda impagable; también el acreedor la pierde. Dios mismo pierde su libertad cuando el hombre está en deuda con él. Por eso, ni el hombre, ni Dios cobran una deuda. Para ser libres, las perdonan. Por eso, en esta teología, la reconciliación del hombre con Dios es, a la vez, una reconciliación de Dios consigo mismo.”

...

“Este es el mensaje liberador de Jesús. Cristiano es perdonar las deudas. Cristiano es ser libre. Y Dios es un cristiano. Este es un mensaje sumamente molesto, y toda tradición cristiana lo ha sentido así. Es a la vez el origen y el más allá de todas las utopías modernas, desde la liberal hasta la anarquista. Relativiza cualquier orden institucional, porque cualquier orden institucional se basa en el cobro de la deuda y en la exigencia del cumplimiento. El cobro de la deuda es injusto, justo es, perdonar la deuda. El original se refiere sin ninguna a duda a deudas. Sin embargo, desde la crisis de la deuda externa del Tercer Mundo, que ya empieza en los años sesenta, se ha cambiado la letra. En casi todos los países de habla hispana o portuguesa se reza ahora: "Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". En los textos bíblicos sigue todavía la traducción correcta, pero se empieza a cambiar allí también. Las traducciones de las Sociedades Bíblicas ya cambiaron en prácticamente todos los idiomas.”

...

“La teología que resulta, es la dominante hasta ahora y, aunque nuevamente invertida sigue siendo una teología de la deuda. Teología cristiana es teología de la deuda, no hace falta inventar una teología de la deuda aparte. Para tener una teología de la deuda, hay que tomar conciencia de lo que es la teología cristiana, nada más. En la teología de San Anselmo, se formula una teología de la deuda que es contraria a la teología de la deuda del mensaje cristiano, y más bien parece ser su inversión. El propio pecado es considerado como la constitución de una deuda del hombre con Dios, la que éste tiene que pagar. La relación deudor-acreedor se transforma en el corazón mismo de la relación del hombre con Dios y el hombre aparece como un deudor frente a Dios y Dios como un acreedor frente al hombre. Dios, al condenar al hombre, lo hace en nombre del cobro de una deuda, y el hombre, al lograr la gracia de Dios, lo hace en nombre del pago de una deuda.”

...

“En el contexto de esta teología, la reflexión teológica de la deuda deja de ser un problema de teología moral, para transformarse en teología sin más. Hay un Dios con el cual el hombre, por su pecado, tiene una deuda, y este Dios la cobra. El hombre tiene que pagarla, y sin pagarla no puede tener ninguna reconciliación con él. Si el hombre no la paga. está condenado para toda la eternidad. Dios, aunque sea misericordioso, no la puede perdonar sin pago previo. Sin embargo, la deuda es impagable.”

...

“Anselmo insiste constantemente en que la deuda es impagable. Por lo tanto, se enfrenta a la escolástica de su tiempo, que tiene un principio fundante de toda su ética. Este principio dice: lo que no se puede, tampoco se debe. De eso seguiría: si una deuda es impagable, no se la debe pagar tampoco, porque lo que no se puede, no se debe. Es la misma respuesta que hoy es comúnmente aceptada en América Latina. Anselmo, en cambio. se enfrenta al problema de la deuda impagable exactamente como lo hace hoy el Fondo Monetario Internacional. Insiste en que la deuda sí es impagable, pero el hecho de que lo sea, es culpa del deudor. El hombre, que no puede pagar su deuda con Dios, es culpable de este hecho. Por tanto, aunque sea imposible el pago, el hombre sigue debiendo.”

...

“Pero, ¿cómo se paga una deuda que es impagable? Si es impagable, no se puede pagar. Por lo tanto, ¿por qué insistir en la culpabilidad por la imposibilidad de pagarla? La respuesta de Anselmo aquí es como la del FMI: hay que pagarla con sangre, y esta sangre es redentora. Es sangre de Jesús, que la paga. A la imposibilidad culpable del pago corresponde el pago con sangre. Y cuando se trata de una deuda impagable con Dios, solamente la sangre de Dios puede pagar la deuda impagable. Tiene que tener lugar un sacrificio equivalente al no-pago, para que la justicia sea respetada. La propia justicia reclama el sacrificio, la norma se impone, sacrificando sangre. Esta sangre es redentora. Resulta así el esquema general. Dios cobra una deuda impagable al hombre, porque el hombre es culpable del hecho de que la deuda es impagable. La justicia pide que sea cobrada, aunque no sea pagable. Si no hay medio para pagar, haya que pagarla con sangre.”
 
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA
Un texto que leí hace años. Para comentar sobre una de las consecuencias de la teología cristiana.
Esta parte hace una reflexión sobre la relación entre el Cristianismo actual y la deuda externa.
Hinkelammert, Franz J.: La deuda externa de América Latina. El automatismo de la deuda.

“Según Mateo dice: "Perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mat 6,12). Según Lucas es distinto, pero parecido: "Perdónanos nuestros pecados, como nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Luc 11,4). Sigue la analogía con la deuda, pero ésta es invertida. La deuda del hombre con Dios – sus pecados –, es ahora mantener deudas de un hombre con otro. Que el hombre tenga deudores, es la deuda que tiene con Dios. Por lo tanto, el hombre no puede pagar su deuda con Dios, ni Dios puede cobrarla. Para que el hombre no tenga deuda con Dios, tiene que perdonar las deudas que otros hombres tienen con él.”

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“El hombre tiene que dar libertad, para que Dios se la dé también. Dios deja libre al hombre, si el hombre deja libre a los hombres. Si el hombre hace al otro dependiente de sí, éste pierde su libertad frente a Dios también. Por eso, no puede haber sacrificios. Los sacrificios pagan a Dios algo que el hombre debe.”

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“Por eso, al perdonar las deudas que otros tienen con él, el hombre deja de tener una deuda con Dios, porque Dios perdona la deuda. Dios es un Dios de la libertad, no de la ley. La libertad se pierde cuando se cobra alguna deuda. No solamente el deudor pierde la libertad cuando se le cobra una deuda impagable; también el acreedor la pierde. Dios mismo pierde su libertad cuando el hombre está en deuda con él. Por eso, ni el hombre, ni Dios cobran una deuda. Para ser libres, las perdonan. Por eso, en esta teología, la reconciliación del hombre con Dios es, a la vez, una reconciliación de Dios consigo mismo.”

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“Este es el mensaje liberador de Jesús. Cristiano es perdonar las deudas. Cristiano es ser libre. Y Dios es un cristiano. Este es un mensaje sumamente molesto, y toda tradición cristiana lo ha sentido así. Es a la vez el origen y el más allá de todas las utopías modernas, desde la liberal hasta la anarquista. Relativiza cualquier orden institucional, porque cualquier orden institucional se basa en el cobro de la deuda y en la exigencia del cumplimiento. El cobro de la deuda es injusto, justo es, perdonar la deuda. El original se refiere sin ninguna a duda a deudas. Sin embargo, desde la crisis de la deuda externa del Tercer Mundo, que ya empieza en los años sesenta, se ha cambiado la letra. En casi todos los países de habla hispana o portuguesa se reza ahora: "Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". En los textos bíblicos sigue todavía la traducción correcta, pero se empieza a cambiar allí también. Las traducciones de las Sociedades Bíblicas ya cambiaron en prácticamente todos los idiomas.”

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“La teología que resulta, es la dominante hasta ahora y, aunque nuevamente invertida sigue siendo una teología de la deuda. Teología cristiana es teología de la deuda, no hace falta inventar una teología de la deuda aparte. Para tener una teología de la deuda, hay que tomar conciencia de lo que es la teología cristiana, nada más. En la teología de San Anselmo, se formula una teología de la deuda que es contraria a la teología de la deuda del mensaje cristiano, y más bien parece ser su inversión. El propio pecado es considerado como la constitución de una deuda del hombre con Dios, la que éste tiene que pagar. La relación deudor-acreedor se transforma en el corazón mismo de la relación del hombre con Dios y el hombre aparece como un deudor frente a Dios y Dios como un acreedor frente al hombre. Dios, al condenar al hombre, lo hace en nombre del cobro de una deuda, y el hombre, al lograr la gracia de Dios, lo hace en nombre del pago de una deuda.”

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“En el contexto de esta teología, la reflexión teológica de la deuda deja de ser un problema de teología moral, para transformarse en teología sin más. Hay un Dios con el cual el hombre, por su pecado, tiene una deuda, y este Dios la cobra. El hombre tiene que pagarla, y sin pagarla no puede tener ninguna reconciliación con él. Si el hombre no la paga. está condenado para toda la eternidad. Dios, aunque sea misericordioso, no la puede perdonar sin pago previo. Sin embargo, la deuda es impagable.”

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“Anselmo insiste constantemente en que la deuda es impagable. Por lo tanto, se enfrenta a la escolástica de su tiempo, que tiene un principio fundante de toda su ética. Este principio dice: lo que no se puede, tampoco se debe. De eso seguiría: si una deuda es impagable, no se la debe pagar tampoco, porque lo que no se puede, no se debe. Es la misma respuesta que hoy es comúnmente aceptada en América Latina. Anselmo, en cambio. se enfrenta al problema de la deuda impagable exactamente como lo hace hoy el Fondo Monetario Internacional. Insiste en que la deuda sí es impagable, pero el hecho de que lo sea, es culpa del deudor. El hombre, que no puede pagar su deuda con Dios, es culpable de este hecho. Por tanto, aunque sea imposible el pago, el hombre sigue debiendo.”

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“Pero, ¿cómo se paga una deuda que es impagable? Si es impagable, no se puede pagar. Por lo tanto, ¿por qué insistir en la culpabilidad por la imposibilidad de pagarla? La respuesta de Anselmo aquí es como la del FMI: hay que pagarla con sangre, y esta sangre es redentora. Es sangre de Jesús, que la paga. A la imposibilidad culpable del pago corresponde el pago con sangre. Y cuando se trata de una deuda impagable con Dios, solamente la sangre de Dios puede pagar la deuda impagable. Tiene que tener lugar un sacrificio equivalente al no-pago, para que la justicia sea respetada. La propia justicia reclama el sacrificio, la norma se impone, sacrificando sangre. Esta sangre es redentora. Resulta así el esquema general. Dios cobra una deuda impagable al hombre, porque el hombre es culpable del hecho de que la deuda es impagable. La justicia pide que sea cobrada, aunque no sea pagable. Si no hay medio para pagar, haya que pagarla con sangre.”

Entonces según esto como somos cristianos no pagamos nuestras deudas. Que idiotez.
 
...
La respuesta de Anselmo aquí es como la del FMI: hay que pagarla con sangre, y esta sangre es redentora.

Como es la vara con esto, ¿el FMI también piensa cobrar con sangre a los países deudores?
 
Entonces según esto como somos cristianos no pagamos nuestras deudas. Que idiotez.

Bueno, si usted lo interpreta de esa forma, tal vez podemos ver por qué lo califica de esa manera.

Yo lo interpreté de forma distinta.

Inicialmente la doctrina era, como dice el autor "...el origen y el más allá de todas las utopías modernas, desde la liberal hasta la anarquista. Relativiza cualquier orden institucional, porque cualquier orden institucional se basa en el cobro de la deuda y en la exigencia del cumplimiento. El cobro de la deuda es injusto, justo es, perdonar la deuda"

La doctrina cambió, a conveniencia de las instituciones dominantes (como la propia Iglesia o el mismo FMI, actualmente), actualmente se interpreta como obligación el pago de una deuda "Hay un Dios con el cual el hombre, por su pecado, tiene una deuda, y este Dios la cobra. El hombre tiene que pagarla, y sin pagarla no puede tener ninguna reconciliación con él. Si el hombre no la paga. está condenado para toda la eternidad.".

Esta es la lógica del autor, tratando de relacionar el cobro de la deuda externa a los países "pobres" de América Latina. Yo creo que es bastante claro. No creí que fuera de alguna manera confuso.

Y Chiquito23, sí. El FMI está cobrando la deuda con sangre a los países deudores.
 
Primera vez, concuerdo con Alejandro. Que reverenda idiotez!
Como siempre los cristianos acomodan todo a su conveniencia. Empieza con que dios es amor, perdón y libertad. Y por ultimo que hay que pagar con sangre.

Si no puede pagar, pobrecito? Y la honradez que!
Que ridículo.
 
Que dicha que antes del cristianismo no existían deudas...

A chile, son bastante divertidas las teorías conspiratorias, poco inteligentes, pero divertidas.
 
Y bueeh... No se trataba de un post para insultar, si no para ver los niveles a donde llega la doctrina cristiana... Pero ya está, no vamos a ver más allá entonces...
 
Que dicha que antes del cristianismo no existían deudas...

A chile, son bastante divertidas las teorías conspiratorias, poco inteligentes, pero divertidas.

No es conspiratoria para nada. Es una relación muy clara.

Nadie ni en ningún momento se dijo que no existiera deuda antes del cristianismo, eso sería poco serio. Si lee, habla de como se aborda el tema de la deuda en dos etapas. Y como se acomoda para el fortalecimiento y conveniencia de la institución.
 
Y bueeh... No se trataba de un post para insultar, si no para ver los niveles a donde llega la doctrina cristiana... Pero ya está, no vamos a ver más allá entonces...

Pero Ettore, que hay que ver más allá de que esta doctrina -sea en sus inicios o al final- es ridícula.

Cuál es punto de discusión?
 
Es fácil eludir responsabilidades

¿Entonces usted cree seriamente que la deuda externa es por el cristianismo?

Hay que leer más, los libros de historia, o la wikipedia le pueden dar ideas de por qué los estados nacionales se endeudaron con banqueros para sus guerras, invasiones, conquistas, etc.
 
Al contrario de vos Angie, o Alejandro, yo no la veo estúpida o ridícula o cualquier otra forma peyorativa de referirse a la doctrina cristiana, por el contrario tiene ideas muy interesantes y rescatables. El uso que se le ha dado a la doctrina si es reprochable.

Por eso el post. Esta parte de la doctrina es un ejemplo de como se han aprovechado instituciones como el FMI para legitimar sus acciones.
 
¿Entonces usted cree seriamente que la deuda externa es por el cristianismo?

Hay que leer más, los libros de historia, o la wikipedia le pueden dar ideas de por qué los estados nacionales se endeudaron con banqueros para sus guerras, invasiones, conquistas, etc.

Obviamente que no creo eso. Jajajaja!

Si, si, next.
 
Al contrario de vos Angie, o Alejandro, yo no la veo estúpida o ridícula o cualquier otra forma peyorativa de referirse a la doctrina cristiana, por el contrario tiene ideas muy interesantes y rescatables. El uso que se le ha dado a la doctrina si es reprochable.

Por eso el post. Esta parte de la doctrina es un ejemplo de como se han aprovechado instituciones como el FMI para legitimar sus acciones.

Sigo sin entender.

No conozco una doctrina cristiana ni tan siquiera próxima a ser interesante mucho menos rescatable.

En eso estamos de acuerdo, es reprochable como el cristianismo se aprovecha, en éste caso de la economía. Para mi es absurdo regirse por eso. Asi que no veo el punto de discusión, no veo nada rescatable ni algún punto lógico. Me encantaría usted lo explique.
 

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