Ahhh, por qué me suena esto a
Claramente, se sabe cuál es el problema. Pero los mismos ateos, o los "pensadores seculares" son tan cobardes que se niegan a admitirlo. Dicho problema no es el radicalismo religioso per se, sino el radicalismo de una parte del Islam que es fuertemente fanática.
Tal es el grado de cobardía, que la crítica, incluso la sátira religiosa, cuando corresponde al Islam, es prácticamente inexistente. Y la razón es simple: han sido efectivamente amedrentados.
Martin Scorsese jamás ha tenido que tomar precauciones de atentados contra su vida por haber filmado "La Ultima Tentación de Cristo". Salman Rushdie, por el contrario, debió vivir en la clandestinidad por años. El traductor de su libro al japonés fue asesinado de una puñalada. Theo Van Gogh, el realizador del filme "Sumisión", fue casi decapitado en las calles de Holanda por un musulmán, que dejó una nota pegada a su cuerpo con un puñal.
Sin duda puede ser medianamente defendible que hayan leyes que penalicen la blasfemia en países musulmanes. Y en el caso de países occidentales, son más un anacronismo que no se practica.
Pero hoy día hay un explícito intento de la elites pensantes de occidente de aplicar las leyes contra la Blasfemia a aquellos que critiquen al Islam. Por pura cobardía.
Para ver un ejemplo, sólo es necesario ver la experiencia reciente de, quien más, Richard Dawkins. Dawkins escribió en 2010 una columna para el diario Washington Post. En ella, Dawkins dijo que el Papa era un "Viejo villano en fladas" muy apropiado para dirigir la "diabólica y corupta organización" e "institución ligada a la ciolación de niños" que era la Iglesia Católica. Nadie reclamó ni dijo nada al respecto, y Dawkins por supuesto recibe los aplausos de los "cognoscenti" cuando dice algo así.
Vamos 3 años después, y el mismo Dawkins, en su cuenta Twitter, hace el siguiente comentario "El número de Premios Nobel de los musulmanes en todo el mundo son menores que el de los provenientes de Trinity COllege, Cambridge. Pero ellos hicieron muy buenas cosa en la Edad Media". Una afriamción bastante blanda sin duda.
Pero esta vez, sus comentarios obtuvieron mayor publicidad, siendo comentados en os principales diarios ingleses. Y se ganó acusaciones de racista e intolerante. Más aún, por escritores occidentales. Mucho antes que cualquier musulmán.
Esto es así, porque los supuestos libre'pensadores en occidente hoy día saben que puede ser peligroso (incluso letal) criticar a cualquier aspecto del Islam, por muy alejado que sea o incluso en este caso, por destacar algo que es verdadero.
Una posición cauta sin dua. Pero que dista mucho de ser valiente. Así que cuando vena alguien hacer un acto bochornoso en una Iglesia, sepan que el maricón que lo hizo sabe que los buenos modales y la tolerancia de los cristianos hacen que su acción no tenga consecuencias negativas para el blasfemo. Y que dicha persona jamás se le ocurriría desecrar una mezquita por ejemplo, a riesgo de ser descuartizado.