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Wilas

Todas las religiones son verdaderas y... falsas a la vez.

Es un hecho que las religiones tradicionales vienen en crisis desde hace mucho tiempo, no solo han sido atacadas desde sus propios mitos, muchos inventados desde tiempos remotos, y se les ha cuestionado la manipulación de su verdad, sus infantilidades, su intolerancia, su contradicción de teoría y practica, entre otros. La misma Cristología al tratar esclarecer las ideas originales de Jesus, ej 'Mi Reino no es de este Mundo', genera muchas dudas, y se ve como muchas ideas fueron tergiversadas desde tiempos de Pablo de Tarso.

Ello ha originado mucho alejamiento de prácticas religiosas, y variedad de creencias para todos los gustos, ateos, agnosticos, religiosos moderados, religiosos no practicantes, espirituales, esoteristas, ... Si bien no es un golpe mortal hacia las religiones, sí las ha afectado, y el problema es que todavía hay grupos extremistas, con la verdad absoluta, ya sea del Corán o la Biblia, será que no aprendemos del 11/11/2001.

Así las cosas, interesante un enfoque que se ha venido desarrollando desde los 90, denominado Teología de Pluralismo Religioso, aquí un breve resumen de sus ideas principales:


"Todas las religiones son búsqueda de Dios por parte del ser humano. Y por otra parte, Dios está a la búsqueda de todos los seres humanos, de todos los pueblos, a los que busca comunicarse lo más posible, con la mayor intensidad posible. Por eso, en todas las religiones hay presencia de revelación. La historia religiosa de cada pueblo es un proceso de revelación donde se da inevitablemente una presencia de verdad y santidad...


Estos datos teológicos podemos completarlos con aquel otro principio: «No hay elegidos» No resulta ya aceptable pensar que Dios sólo hubiera podido llevar adelante su salvación con «una» religión, y que, por eso, hubiera suscitado una, y hubiese dejado al resto de la Humanidad, durante toda su historia (¿cuántos millones de años?) abandonado a su suerte, en las tinieblas de la ignorancia, presa de religiones inventadas o de supersticiones religiosas. Por ello, si no hay ninguna religión «elegida», y hay revelación, verdad y santidad en todas las religiones humanas, todas las religiones son verdaderas.


Esta afirmación, que a algunos puede parecerles «provocativa» y a otros puede producir desconcierto, y hasta rechazo, es, en realidad, una simple consecuencia de uno de los principios más básicos de toda religión: la universalidad del amor de Dios. Dios nos ama, Dios nos ama infinitamente, sin limitaciones por su parte, y con universalidad, a todos los hombres y mujeres, a todos los pueblos, a todas las culturas... y a todas las religiones. Sin «acepción de» personas, ni de pueblos ni de culturas ni de religiones. Por otra parte, este planteamiento se casa mejor con la mentalidad actual, a la que se le impone, como un imperativo incontestable, el rechazo a todo etnocentrismo (analizar el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia), que es una dimensión que no deja de estar latente debajo de las pretensiones de exclusividad y absoluticidad de las religiones. Nótese, sin embargo, que no estamos diciendo que las religiones sean perfectas, todas ellas constituidas puramente por verdad sin mezcla de error alguno...


Lo que implica abandonar el concepto de verdad aristótelica, acogida por las grandes religiones monoteístas:

En el viejo modelo, el sujeto exigía una seguridad absoluta, exclusiva, excluyente (o incluyente) de los demás, para tomar su opción religiosa. Hoy día, «los católicos, como los cristianos en general, están dándose cuenta de que para que algo sea verdad, no necesita ser absoluto» Este avance parece imposible a algunos espíritus más conservadores, pero es una realidad que se extiende y avanza. Muchos creyentes de espíritu «moderno» prefieren aceptar que la verdad es más humilde y «relacional», que hoy no se puede pretender tener la seguridad y la certeza absolutas, el punto indiscutible e indubitable sobre cuyo apoyo podríamos desafiar exitosamente a los demás, sino que es mejor –y más verdadero- aceptar la condición limitada del ser humano y su capacidad también limitada de captación del misterio.

Hay que renunciar a ese inmovilismo de los que creen que «tenemos la verdad» y la tenemos escrita y descrita y codificada y canonizada, como si estuviera escrita en piedra, inmutable e infalible para toda la eternidad. Hay que desnudarse de todas esas pretensiones, y, sin pasarse ciertamente al extremo del relativismo o del indiferentismo, abrirse a la hermosura de la aventura de la búsqueda de la verdad, y sentirse hermanos y hermanas de todos los hombres y mujeres y pueblos, que comparten con nosotros el interés excitante de esta peregrinación inacabable de la Humanidad hacia la Verdad siempre mayor."


Si es que vamos a tener religión por mas tiempo, me parece bien un enfoque abierto, las religiones deberían desarrollarse hacia humanismos generales, para bien de la sociedad, no míticos, absolutistas, sino evolutivos, participativos y en diálogo. Esto se debería enseñar en las escuelas: las diferentes religiones, el respeto a los demas, la tolerancia, los valores basicos, allá despues que cada busque la forma de aproximarse a Dios de la mejor forma que le parezca, si así lo decide. Referencias: Curso de Teología del Pluralismo Religioso
 
sere sincera me dio pereza leer todo eso pero yo opino que ningina religion es mala tenemos que creer en algo especial en los malos momentos pero lo que apesta es la gente que t quiere meter su religion por tdo lado ... mejor que respeten cada quien con su creencia y todos sms felices! Y mala onda aquellos que sacan plata a costas de los creyentes por eso yo no doy un cinco tienen mucha plata... para ayudar a los mas necesitados mejor los buscas personlament
 
sere sincera me dio pereza leer todo eso pero yo opino que ningina religion es mala tenemos que creer en algo especial en los malos momentos pero lo que apesta es la gente que t quiere meter su religion por tdo lado ... mejor que respeten cada quien con su creencia y todos sms felices! Y mala onda aquellos que sacan plata a costas de los creyentes por eso yo no doy un cinco tienen mucha plata... para ayudar a los mas necesitados mejor los buscas personlament


Yo sólo le agregaría al texto resaltado: o descreencia.

Porque realmente así debería ser. Respeto hacia todas las personas, sin importar su credo o ausencia de éste.
 
Para responder al tema.

Me parece que es una ideología interesante la que se plantea y sería bastante bueno que los creyentes la aplicaran. Pero en la práctica creo que sería imposible llegar a ese punto de armonía.
 
#1 en FACTURA ELECTRÓNICA
Es un hecho que las religiones tradicionales vienen en crisis desde hace mucho tiempo, no solo han sido atacadas desde sus propios mitos, muchos inventados desde tiempos remotos, y se les ha cuestionado la manipulación de su verdad, sus infantilidades, su intolerancia, su contradicción de teoría y practica, entre otros. La misma Cristología al tratar esclarecer las ideas originales de Jesus, ej 'Mi Reino no es de este Mundo', genera muchas dudas, y se ve como muchas ideas fueron tergiversadas desde tiempos de Pablo de Tarso.

Ello ha originado mucho alejamiento de prácticas religiosas, y variedad de creencias para todos los gustos, ateos, agnosticos, religiosos moderados, religiosos no practicantes, espirituales, esoteristas, ... Si bien no es un golpe mortal hacia las religiones, sí las ha afectado, y el problema es que todavía hay grupos extremistas, con la verdad absoluta, ya sea del Corán o la Biblia, será que no aprendemos del 11/11/2001.

Así las cosas, interesante un enfoque que se ha venido desarrollando desde los 90, denominado Teología de Pluralismo Religioso, aquí un breve resumen de sus ideas principales:


"Todas las religiones son búsqueda de Dios por parte del ser humano. Y por otra parte, Dios está a la búsqueda de todos los seres humanos, de todos los pueblos, a los que busca comunicarse lo más posible, con la mayor intensidad posible. Por eso, en todas las religiones hay presencia de revelación. La historia religiosa de cada pueblo es un proceso de revelación donde se da inevitablemente una presencia de verdad y santidad...


Estos datos teológicos podemos completarlos con aquel otro principio: «No hay elegidos» No resulta ya aceptable pensar que Dios sólo hubiera podido llevar adelante su salvación con «una» religión, y que, por eso, hubiera suscitado una, y hubiese dejado al resto de la Humanidad, durante toda su historia (¿cuántos millones de años?) abandonado a su suerte, en las tinieblas de la ignorancia, presa de religiones inventadas o de supersticiones religiosas. Por ello, si no hay ninguna religión «elegida», y hay revelación, verdad y santidad en todas las religiones humanas, todas las religiones son verdaderas.


Esta afirmación, que a algunos puede parecerles «provocativa» y a otros puede producir desconcierto, y hasta rechazo, es, en realidad, una simple consecuencia de uno de los principios más básicos de toda religión: la universalidad del amor de Dios. Dios nos ama, Dios nos ama infinitamente, sin limitaciones por su parte, y con universalidad, a todos los hombres y mujeres, a todos los pueblos, a todas las culturas... y a todas las religiones. Sin «acepción de» personas, ni de pueblos ni de culturas ni de religiones. Por otra parte, este planteamiento se casa mejor con la mentalidad actual, a la que se le impone, como un imperativo incontestable, el rechazo a todo etnocentrismo (analizar el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia), que es una dimensión que no deja de estar latente debajo de las pretensiones de exclusividad y absoluticidad de las religiones. Nótese, sin embargo, que no estamos diciendo que las religiones sean perfectas, todas ellas constituidas puramente por verdad sin mezcla de error alguno...


Lo que implica abandonar el concepto de verdad aristótelica, acogida por las grandes religiones monoteístas:

En el viejo modelo, el sujeto exigía una seguridad absoluta, exclusiva, excluyente (o incluyente) de los demás, para tomar su opción religiosa. Hoy día, «los católicos, como los cristianos en general, están dándose cuenta de que para que algo sea verdad, no necesita ser absoluto» Este avance parece imposible a algunos espíritus más conservadores, pero es una realidad que se extiende y avanza. Muchos creyentes de espíritu «moderno» prefieren aceptar que la verdad es más humilde y «relacional», que hoy no se puede pretender tener la seguridad y la certeza absolutas, el punto indiscutible e indubitable sobre cuyo apoyo podríamos desafiar exitosamente a los demás, sino que es mejor –y más verdadero- aceptar la condición limitada del ser humano y su capacidad también limitada de captación del misterio.

Hay que renunciar a ese inmovilismo de los que creen que «tenemos la verdad» y la tenemos escrita y descrita y codificada y canonizada, como si estuviera escrita en piedra, inmutable e infalible para toda la eternidad. Hay que desnudarse de todas esas pretensiones, y, sin pasarse ciertamente al extremo del relativismo o del indiferentismo, abrirse a la hermosura de la aventura de la búsqueda de la verdad, y sentirse hermanos y hermanas de todos los hombres y mujeres y pueblos, que comparten con nosotros el interés excitante de esta peregrinación inacabable de la Humanidad hacia la Verdad siempre mayor."


Si es que vamos a tener religión por mas tiempo, me parece bien un enfoque abierto, las religiones deberían desarrollarse hacia humanismos generales, para bien de la sociedad, no míticos, absolutistas, sino evolutivos, participativos y en diálogo. Esto se debería enseñar en las escuelas: las diferentes religiones, el respeto a los demas, la tolerancia, los valores basicos, allá despues que cada busque la forma de aproximarse a Dios de la mejor forma que le parezca, si así lo decide. Referencias: Curso de Teología del Pluralismo Religioso



"aun considerando la buena disposición del Autor...su voluntad de mantenerse fiel a la doctrina de la Iglesia y a la enseñanza del Magisterio, la Congregación Ordinaria ha constatado que el libro contiene ambigüedades y dificultades notables sobre puntos doctrinales de relevante importancia, que pueden conducir al lector a opiniones erróneas y peligrosas."

Tales puntos conciernen la interpretación de la mediación salvífica única y universal de Cristo, la unicidad y plenitud de la revelación de Cristo, la acción salvífica universal del Espíritu Santo, la ordenación de todos los hombres a la Iglesia, el valor y el significado de la función salvífica de las religiones.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, terminado el examen ordinario en todas sus fases, ha decidido redactar una Notificación con la intención de salvaguardar la doctrina de la fe católica de errores, ambigüedades o interpretaciones peligrosas. Tal Notificación, aprobada por el Santo Padre durante la audiencia del 24 de noviembre de 2000, fue presentada al P. Jacques Dupuis, que la aceptó.

Con la firma del texto, el Autor se ha comprometido a dar su asentimiento a las tesis enunciadas y a atenerse en el futuro, en su actividad teológica y en sus publicaciones, a los contenidos doctrinales indicados en la Notificación, cuyo texto deberá aparecer además en las eventuales reimpresiones o reediciones del libro en cuestión y en las correspondientes traducciones.



La presente Notificación no pretende juzgar el pensamiento subjetivo del Autor; se propone más bien enunciar la doctrina de la Iglesia acerca de algunos aspectos de las verdades doctrinales antes mencionadas y, al mismo tiempo, confutar las opiniones erróneas o peligrosas a las cuales puede llegar el lector, independientemente de las intenciones del Autor, a causa de formulaciones ambiguas o explicaciones insuficientes contenidas en varios pasajes del libro.

De esa forma se busca ofrecer a los lectores un criterio seguro de valoración, coherente con la doctrina de la Iglesia, para evitar que la lectura del volumen pueda inducir a graves equívocos y tergiversaciones.




I. A propósito de la mediación salvífica única y universal de Jesucristo



1. Debe ser creído firmemente que Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, crucificado y resucitado, es el mediador único y universal de la salvación de la humanidad.


2. También debe ser creído firmemente que Jesús de Nazaret, hijo de María y único Salvador del mundo, es el Hijo y Verbo del Padre. Para la unidad del plan de salvación centrado en Jesucristo, se debe retener además que el operar salvífico del Verbo se actúa en y por Jesucristo, Hijo encarnado del Padre, cual mediador de la salvación de toda la humanidad. Por lo tanto, es contrario a la fe católica, no solamente afirmar una separación entre el Verbo y Jesús, o entre la acción salvífica del Verbo y la de Jesús, sino también sostener la tesis de una acción salvífica del Verbo como tal en su divinidad, independientemente de la humanidad del Verbo encarnado.



II. A propósito de la unicidad y plenitud de la revelación en Cristo


3. Debe ser creído firmemente que Jesucristo es mediador, cumplimiento y plenitud de la revelación. Por lo tanto, es contrario a la fe de la Iglesia sostener que la revelación de o en Jesucristo sea limitada, incompleta e imperfecta. Si bien el pleno conocimiento de la revelación divina se tendrá solamente el día de la venida gloriosa del Señor, la revelación histórica de Jesucristo ofrece ya todo lo que es necesario para la salvación del hombre, y no necesita ser completada por otras religiones.


4. Es conforme a la doctrina católica afirmar que las semillas de verdad y bondad que existen en las otras religiones son una cierta participación en las verdades contenidas en la revelación de o en Jesucristo. Al contrario, es opinión errónea considerar que esos elementos de verdad y bondad, o algunos de ellos, no derivan, en última instancia, de la mediación fontal de Jesucristo.

III. A propósito de la acción salvífica universal del Espíritu Santo



5. La fe de la Iglesia enseña que el Espíritu Santo, operante después de la resurrección de Jesucristo, es siempre el Espíritu de Cristo enviado por el Padre, que actúa en modo salvífico tanto en los cristianos como en los no cristianos. Por lo tanto, es contrario a la fe católica considerar que la acción salvífica del Espíritu Santo se pueda extender más allá de la única economía salvífica universal del Verbo encarnado.

IV. A propósito de la ordenación de todos los hombres a la Iglesia.


6. Debe ser creído firmemente que la Iglesia es signo e instrumento de salvación para todos los hombres. Es contrario a la fe de la Iglesia considerar la diferentes religiones del mundo como vías complementarias a la Iglesia en orden a la salvación.


7. Según la doctrina de la Iglesia, también los seguidores de las otras religiones están ordenados a la Iglesia y están todos llamados a formar parte de ella.

V. A propósito del valor y de la función salvífica de las tradiciones religiosas.



8. Según la doctrina católica, se debe considerar que "todo lo que el Espíritu obra en los hombres y en la historia de los pueblos, así como en las culturas y religiones, tiene un papel de preparación evangélica (cf. Const. dogm. Lumen gentium, n. 16)". Por lo tanto, es legítimo sostener que el Espíritu Santo actúa la salvación en los no cristianos también mediante aquellos elementos de verdad y bondad presentes en las distintas religiones; mas no tiene ningún fundamento en la teología católica considerar estas religiones, en cuanto tales, como vías de salvación, porque además en ellas hay lagunas, insuficiencias y errores acerca de las verdades fundamentales sobre Dios, el hombre y el mundo.

Por otra parte, el hecho de que los elementos de verdad y bondad presentes en las distintas religiones puedan preparar a los pueblos y culturas a acoger el evento salvífico de Jesucristo no lleva a que los textos sagrados de las mismas puedan considerarse complementarios al Antiguo Testamento, que es la preparación inmediata al evento mismo de Cristo.


El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en el transcurso de la Audiencia del 19 de enero de 2001, a la luz de los pasos dados ulteriores desarrollos, ha confirmado su aprobación a la presente Notificación, decidida en la Sesión Ordinaria del Dicasterio, y ha ordenado que sea publicada.



Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 24 de enero de 2001, memoria litúrgica de San Francisco de Sales.
Joseph Card. Ratzinger
Prefecto
Tarcisio Bertone, S.D.B.
Arzobispo emérito de Vercelli
Secretario

 
Lograr una armonía de religiones, basada en principios universales, es difícil y precisamente habría que superar la rigidez de principalmente las 3 religiones mas fundamentalistas: judia, catolica y musulman.

Para ellas su verdad es incuestionable, nadie será salvo fuera de ellas y solo ellas conocen y median ante Dios, son infalibles, son como Dioses en ellas mismas. Con el tiempo tendran que asumir posiciones mas relativas, reconocer que sus libros sagrados son obra de hombres, aproximaciones imperfectas para llegar a Dios. En la catolica, no sería negar la divinidad de Jesus, pero ver ante todo la esencia de su mensaje, y reconocer que hay muchas interpretaciones de su vida, y que su interpretación no es el única vía para conocer a Dios y al mismo Jesus.

El problema es que si no hay un enfoque de armonía a futuro, va a ver un choque, cultural y hasta violento (como ya los hay) entre los sectores religiosos mas grandes del mundo.
 
"aun considerando la buena disposición del Autor...su voluntad de mantenerse fiel a la doctrina de la Iglesia y a la enseñanza del Magisterio, la Congregación Ordinaria ha constatado que el libro contiene ambigüedades y dificultades notables sobre puntos doctrinales de relevante importancia, que pueden conducir al lector a opiniones erróneas y peligrosas."

Tales puntos conciernen la interpretación de la mediación salvífica única y universal de Cristo, la unicidad y plenitud de la revelación de Cristo, la acción salvífica universal del Espíritu Santo, la ordenación de todos los hombres a la Iglesia, el valor y el significado de la función salvífica de las religiones.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, terminado el examen ordinario en todas sus fases, ha decidido redactar una Notificación con la intención de salvaguardar la doctrina de la fe católica de errores, ambigüedades o interpretaciones peligrosas. Tal Notificación, aprobada por el Santo Padre durante la audiencia del 24 de noviembre de 2000, fue presentada al P. Jacques Dupuis, que la aceptó.

Con la firma del texto, el Autor se ha comprometido a dar su asentimiento a las tesis enunciadas y a atenerse en el futuro, en su actividad teológica y en sus publicaciones, a los contenidos doctrinales indicados en la Notificación, cuyo texto deberá aparecer además en las eventuales reimpresiones o reediciones del libro en cuestión y en las correspondientes traducciones.



La presente Notificación no pretende juzgar el pensamiento subjetivo del Autor; se propone más bien enunciar la doctrina de la Iglesia acerca de algunos aspectos de las verdades doctrinales antes mencionadas y, al mismo tiempo, confutar las opiniones erróneas o peligrosas a las cuales puede llegar el lector, independientemente de las intenciones del Autor, a causa de formulaciones ambiguas o explicaciones insuficientes contenidas en varios pasajes del libro.

De esa forma se busca ofrecer a los lectores un criterio seguro de valoración, coherente con la doctrina de la Iglesia, para evitar que la lectura del volumen pueda inducir a graves equívocos y tergiversaciones.




I. A propósito de la mediación salvífica única y universal de Jesucristo



1. Debe ser creído firmemente que Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, crucificado y resucitado, es el mediador único y universal de la salvación de la humanidad.


2. También debe ser creído firmemente que Jesús de Nazaret, hijo de María y único Salvador del mundo, es el Hijo y Verbo del Padre. Para la unidad del plan de salvación centrado en Jesucristo, se debe retener además que el operar salvífico del Verbo se actúa en y por Jesucristo, Hijo encarnado del Padre, cual mediador de la salvación de toda la humanidad. Por lo tanto, es contrario a la fe católica, no solamente afirmar una separación entre el Verbo y Jesús, o entre la acción salvífica del Verbo y la de Jesús, sino también sostener la tesis de una acción salvífica del Verbo como tal en su divinidad, independientemente de la humanidad del Verbo encarnado.



II. A propósito de la unicidad y plenitud de la revelación en Cristo


3. Debe ser creído firmemente que Jesucristo es mediador, cumplimiento y plenitud de la revelación. Por lo tanto, es contrario a la fe de la Iglesia sostener que la revelación de o en Jesucristo sea limitada, incompleta e imperfecta. Si bien el pleno conocimiento de la revelación divina se tendrá solamente el día de la venida gloriosa del Señor, la revelación histórica de Jesucristo ofrece ya todo lo que es necesario para la salvación del hombre, y no necesita ser completada por otras religiones.


4. Es conforme a la doctrina católica afirmar que las semillas de verdad y bondad que existen en las otras religiones son una cierta participación en las verdades contenidas en la revelación de o en Jesucristo. Al contrario, es opinión errónea considerar que esos elementos de verdad y bondad, o algunos de ellos, no derivan, en última instancia, de la mediación fontal de Jesucristo.

III. A propósito de la acción salvífica universal del Espíritu Santo



5. La fe de la Iglesia enseña que el Espíritu Santo, operante después de la resurrección de Jesucristo, es siempre el Espíritu de Cristo enviado por el Padre, que actúa en modo salvífico tanto en los cristianos como en los no cristianos. Por lo tanto, es contrario a la fe católica considerar que la acción salvífica del Espíritu Santo se pueda extender más allá de la única economía salvífica universal del Verbo encarnado.

IV. A propósito de la ordenación de todos los hombres a la Iglesia.


6. Debe ser creído firmemente que la Iglesia es signo e instrumento de salvación para todos los hombres. Es contrario a la fe de la Iglesia considerar la diferentes religiones del mundo como vías complementarias a la Iglesia en orden a la salvación.


7. Según la doctrina de la Iglesia, también los seguidores de las otras religiones están ordenados a la Iglesia y están todos llamados a formar parte de ella.

V. A propósito del valor y de la función salvífica de las tradiciones religiosas.



8. Según la doctrina católica, se debe considerar que "todo lo que el Espíritu obra en los hombres y en la historia de los pueblos, así como en las culturas y religiones, tiene un papel de preparación evangélica (cf. Const. dogm. Lumen gentium, n. 16)". Por lo tanto, es legítimo sostener que el Espíritu Santo actúa la salvación en los no cristianos también mediante aquellos elementos de verdad y bondad presentes en las distintas religiones; mas no tiene ningún fundamento en la teología católica considerar estas religiones, en cuanto tales, como vías de salvación, porque además en ellas hay lagunas, insuficiencias y errores acerca de las verdades fundamentales sobre Dios, el hombre y el mundo.

Por otra parte, el hecho de que los elementos de verdad y bondad presentes en las distintas religiones puedan preparar a los pueblos y culturas a acoger el evento salvífico de Jesucristo no lleva a que los textos sagrados de las mismas puedan considerarse complementarios al Antiguo Testamento, que es la preparación inmediata al evento mismo de Cristo.


El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en el transcurso de la Audiencia del 19 de enero de 2001, a la luz de los pasos dados ulteriores desarrollos, ha confirmado su aprobación a la presente Notificación, decidida en la Sesión Ordinaria del Dicasterio, y ha ordenado que sea publicada.



Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 24 de enero de 2001, memoria litúrgica de San Francisco de Sales.
Joseph Card. Ratzinger
Prefecto
Tarcisio Bertone, S.D.B.
Arzobispo emérito de Vercelli
Secretario




Realmente no leí todo pero con sólo la introducción se entiende la posición de la iglesia católica. Y es algo que curiosamente comenté en una respuesta anterior a este mismo tema, me parece imposible que se llegue a ese punto de armonía debido a lo cerrado del pensamiento. En ese texto que cita católico se denota lo anterior, al parecer TODOS están equivocados menos los católicos. Ese tipo de "tolerancia" me parece hipócrita.
 
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