Las chavalas pegajosas me resultan cansadas, las indiferentes me parece que se protegen de algo o viven en una frustración tremenda y prefieren la indiferencia para no mostrar el sufrimiento. Pero existen mujeres que manejan con una gran virtud su vida y son muy equilibradas, saben cuándo actuar y de qué forma frente a los hombres, a esas las admiro.