Así es, las mujeres olvidaron que su valía no estaba en imitar al hombre, sino en conservar la dignidad que su género delicado disponía, me explico:
Antaño no escuchabas una mujer diciendo, mae, tuanis, carepicha, era antagónico totalmente (hoy igual pero la sociedad está adormecida) un ser que por naturaleza es frágil expresandose así, rompe todo vínculo con la feminidad.
Luego el tema de la virginidad (no es cuestión de valorar moralmente a nadie), algo que quedó en el cajón, no podemos engañarnos todo hombre reconoce el valor de una mujer inocente, ¿quien querrá que su esposa sea vulnerada por un miembro que no sea el propio? es la madre de tus hijos, ahora repito, el juicio moral aquí no cabe, no es que sea peor que la mujer que lo hiso y se conserva fiel en matrimonio, pero es un plus que suma al conjunto.
Por experiencia, fuí lo mas atento, delicado, detallista, procurando tener gracia en lo que escribía y regalaba a una mujer, no era un juego de adolecentes, sino algo hecho con inteligencia y mucho cariño, el resultado fue una desconfianza y desprecio de dicha mujer, hoy en día no creen que halla un hombre romántico, evidentemente no es que sea un duchado de poesía y perfección, soy un hombre lleno de defectos, pero la vulgaridad ha hecho su lugar en el ser que durante muchas generaciones estaba distante de ello, ahora todo se ha tornado corriente, soso, junto con lamentablemente la mujer.