Hace poco tuve que pasar por la desagradable experiencia de quedarme sin trabajo, me despidieron. Nunca me habían echado de un brete.
Como no acostumbro ahorrar tuve que vivir de mi liquidación que no era mucha y de uno que otro juguete que pude vender. Fueron casi cuatro meses de buscar y buscar trabajo, y nada de nada… comienza uno a sentirse inútil, fracasado, pasas de mal humor todo el día, etc.
Lo más malo de quedarme sin brete fue el hecho de tener que continuar con mi estilo de vida de un asalariado; es decir, pagar mis dos préstamos, mi apartamento, la comida, la gasolina, mis gastos personales, mis birritas, etc. Al cabo de tres meses llegue al punto de no tener más plata…y ¿que hice? Comencé a vender cuanta cosa no ocupaba…un router, un teclado, juguetes y demás cosas que no ocupaba pero que sin embargo me costaron mucho trabajo comprarlas y mucho más trabajo desprenderme de ellas…
Pero aun así, después de vender mis “juguetes sagrados” no me estaba alcanzando la plata... y el trabajo no me llegaba. Vivir solo y tener que pagar alquiler más dos préstamos no es fácil. La gente necia me criticaba y me decía: “pero diay mae, ¿ya se tomó la liquidación?”, “¿diay mae qué hizo con la plata que le dieron del brete?” “¿como es posible que no consiga brete?” (Como si los bretes aparecieran con solo levantar una piedra del suelo), “métase a un call center aunque sea”, “juepuña quema te andas, todo lo vendes”, “¿no vendes a tu mama también?”.
Opinar es fácil, pero vivir una situación como esta son otros cien pesos. Uno piensa que va a conseguir trabajo rápido, en un mes o dos... pero la realidad del país es otra, “la calle esta dura” como dicen y sino que lo digan el montón de desempleados del país.
El primer mes me la tire riquísimo (las vacaciones soñadas) pero esa felicidad no me duró nada… Llegué al punto en que tuve que recurrir a mi familia para poder salir adelante con mis gastos. Después de ser un ingeniero con un buen salario, buen trabajo, terminé con nada… más bien, a punto de vender el carro… es ahí donde aprendí el valor que tienen 5 rojos cuando uno no tiene nada.
Un día de tantos me levante, gaste los últimos 15 rojos que tenía para pagarle al “wachiman” del barrio, y me quedé con 300 colones en la billetera. No tenía nada para desayunar, ni para almorzar, estaba literalmente en la calle y no quería pedir ayuda a mis papás porque me sentía avergonzado. Justo en ese momento me entra una llamada al celular y un señor mayor me pregunta:
Mi estimado, ¿vos tenés una tarjeta de red PCI a la venta en Mercado Libre, verdad? ¿En cuánto me la dejas? A lo que yo conteste: ¡Di mae si me da 5 rojos se la lleva ya! Quedamos de vernos en el Mall San Pedro a las 11 am, colgué la llamada e inmediatamente pensé: ¿con qué plata voy a ir hasta allá y luego devolverme? Tampoco tengo para la gasolina del carro… así que agarre las 3 tejas que tenía, conté un menudo que tenía en monedas de 25 y me fui al Mall para concretar la venta. ¿Que irónico no? A veces yo gastaba cinco mil colones en un taxi o comiendo en ese mismo Mall y me parecían cualquier mierda pero ese día en específico esos cinco mil colones lo eran todo para mí.
Así que fui al Mall, le di la tarjeta al mae y me devolví para mi casa con cinco mil colones de más. Pasé al restaurant chino del barrio y me compré un entero de cantones y lo rendí para tres tiempos de comida (el almuerzo de ese día, la cena y el desayuno del día siguiente) y todavía me sobraron como 2500 colones que gasté en un paquete de cigarros (maldito vicio) pero créanme que si ustedes fuman y tras de eso se quedan sin brete el vicio empeora.
¡Vivir un día a la vez se vuelve complicado!
Depender de cerrar un negocio para poder pagar el alquiler o el saber que tienes que vender ese juguete que tanto te gusta para pagar los recibos… es realmente difícil… primero porque vender no es fácil, segundo porque además te estas deshaciendo de cosas que amas, tercero porque la mayoría de las personas quieren todo regalado y cuarto porque la gente piensa que se pueden aprovechar de uno solamente por estar “en quema”.
Pero todo eso me enseñó el valor de las cosas, que aunque el brete (malo que sea) es brete y sin ese maldito salario estamos jodidos, que el dinero no lo es todo, que hoy estamos arriba y mañana pueda que estemos bien abajo, que me muero y no me llevo nada (nos llevamos solamente lo vivido, lo comido, lo bailado, lo disfrutado y lo culiad* dijo un compa), me enseñó a valorar más las cosas, a ser más agradecido y menos despilfarrador.
Aprendí lecciones muy importantes:
Definitivamente debería ahorrar. No sé cómo lo voy a hacer, pero debo hacerlo.
Nadie debería acomodar su estilo de vida a su salario. El día de mañana te quedas sin brete y ¿que haces? Yo estúpidamente acomode mi estilo de vida al salario que tenía antes de ser despedido y cuando ya no tenía esa entrada de dinero realmente la vi fea. Una liquidación no dura nada cuando se tienen deudas importantes y gastos fijos mensuales.
Ahora gano un poco menos pero me di cuenta que si no hubiera hecho tanto loco y no hubiera acomodado mi estilo de vida a ese salario, en este momento podría vivir muy bien con lo que me gano.
Ya no pretendo tanto… ya no estoy en esa carrera de los buenos salarios y los buenos puestos. La vida es para vivirla, no para pasar estresado por mi salario, mi jefe, que si tengo carro de agencia, mis viajes al extranjero, mis lujos…no los necesito...
Bretear es tan lindo que por eso nos pagan, pero si usted tiene brete y le alcanza para vivir tuanis siéntase feliz… tampoco es que ande de lame botas, pero considérese privilegiado.
En fin, se puede vivir tuanis con poco…pero ojo, tampoco se convierta en un mediocre.
Como me dijo un buen amigo: En cierto punto de la vida, es necesario que todos comamos caca un rato para aprender a valorar las cosas…para madurar/crecer.
Muchos dirán, "¡Eso no es comer caca! ¡Usted no ha vivido nada!" Sin embargo, para mí, en ese instante, en ese periodo de mi vida, comí caca y para mí eso fue una experiencia que me permitió madurar...comer mierda puede tener muchos significados para cada persona.
Me alegro de haber comido caca un rato. He madurado, definitivamente no soy el mismo de unos meses atrás. Lo mejor viene cuando nos levantamos de nuevo y le podemos decir al banco: “le pago esta quincena que viene”.
Si usted no ha comido caca todavía, prepárese puede que lo esté esperando a la vuelta de la esquina…y cuando menos lo espere…
Fuente: FACEBOOK/ Autor: Diego Monge Brenes
Como no acostumbro ahorrar tuve que vivir de mi liquidación que no era mucha y de uno que otro juguete que pude vender. Fueron casi cuatro meses de buscar y buscar trabajo, y nada de nada… comienza uno a sentirse inútil, fracasado, pasas de mal humor todo el día, etc.
Lo más malo de quedarme sin brete fue el hecho de tener que continuar con mi estilo de vida de un asalariado; es decir, pagar mis dos préstamos, mi apartamento, la comida, la gasolina, mis gastos personales, mis birritas, etc. Al cabo de tres meses llegue al punto de no tener más plata…y ¿que hice? Comencé a vender cuanta cosa no ocupaba…un router, un teclado, juguetes y demás cosas que no ocupaba pero que sin embargo me costaron mucho trabajo comprarlas y mucho más trabajo desprenderme de ellas…
Pero aun así, después de vender mis “juguetes sagrados” no me estaba alcanzando la plata... y el trabajo no me llegaba. Vivir solo y tener que pagar alquiler más dos préstamos no es fácil. La gente necia me criticaba y me decía: “pero diay mae, ¿ya se tomó la liquidación?”, “¿diay mae qué hizo con la plata que le dieron del brete?” “¿como es posible que no consiga brete?” (Como si los bretes aparecieran con solo levantar una piedra del suelo), “métase a un call center aunque sea”, “juepuña quema te andas, todo lo vendes”, “¿no vendes a tu mama también?”.
Opinar es fácil, pero vivir una situación como esta son otros cien pesos. Uno piensa que va a conseguir trabajo rápido, en un mes o dos... pero la realidad del país es otra, “la calle esta dura” como dicen y sino que lo digan el montón de desempleados del país.
El primer mes me la tire riquísimo (las vacaciones soñadas) pero esa felicidad no me duró nada… Llegué al punto en que tuve que recurrir a mi familia para poder salir adelante con mis gastos. Después de ser un ingeniero con un buen salario, buen trabajo, terminé con nada… más bien, a punto de vender el carro… es ahí donde aprendí el valor que tienen 5 rojos cuando uno no tiene nada.
Un día de tantos me levante, gaste los últimos 15 rojos que tenía para pagarle al “wachiman” del barrio, y me quedé con 300 colones en la billetera. No tenía nada para desayunar, ni para almorzar, estaba literalmente en la calle y no quería pedir ayuda a mis papás porque me sentía avergonzado. Justo en ese momento me entra una llamada al celular y un señor mayor me pregunta:
Mi estimado, ¿vos tenés una tarjeta de red PCI a la venta en Mercado Libre, verdad? ¿En cuánto me la dejas? A lo que yo conteste: ¡Di mae si me da 5 rojos se la lleva ya! Quedamos de vernos en el Mall San Pedro a las 11 am, colgué la llamada e inmediatamente pensé: ¿con qué plata voy a ir hasta allá y luego devolverme? Tampoco tengo para la gasolina del carro… así que agarre las 3 tejas que tenía, conté un menudo que tenía en monedas de 25 y me fui al Mall para concretar la venta. ¿Que irónico no? A veces yo gastaba cinco mil colones en un taxi o comiendo en ese mismo Mall y me parecían cualquier mierda pero ese día en específico esos cinco mil colones lo eran todo para mí.
Así que fui al Mall, le di la tarjeta al mae y me devolví para mi casa con cinco mil colones de más. Pasé al restaurant chino del barrio y me compré un entero de cantones y lo rendí para tres tiempos de comida (el almuerzo de ese día, la cena y el desayuno del día siguiente) y todavía me sobraron como 2500 colones que gasté en un paquete de cigarros (maldito vicio) pero créanme que si ustedes fuman y tras de eso se quedan sin brete el vicio empeora.
¡Vivir un día a la vez se vuelve complicado!
Depender de cerrar un negocio para poder pagar el alquiler o el saber que tienes que vender ese juguete que tanto te gusta para pagar los recibos… es realmente difícil… primero porque vender no es fácil, segundo porque además te estas deshaciendo de cosas que amas, tercero porque la mayoría de las personas quieren todo regalado y cuarto porque la gente piensa que se pueden aprovechar de uno solamente por estar “en quema”.
Pero todo eso me enseñó el valor de las cosas, que aunque el brete (malo que sea) es brete y sin ese maldito salario estamos jodidos, que el dinero no lo es todo, que hoy estamos arriba y mañana pueda que estemos bien abajo, que me muero y no me llevo nada (nos llevamos solamente lo vivido, lo comido, lo bailado, lo disfrutado y lo culiad* dijo un compa), me enseñó a valorar más las cosas, a ser más agradecido y menos despilfarrador.
Aprendí lecciones muy importantes:
Definitivamente debería ahorrar. No sé cómo lo voy a hacer, pero debo hacerlo.
Nadie debería acomodar su estilo de vida a su salario. El día de mañana te quedas sin brete y ¿que haces? Yo estúpidamente acomode mi estilo de vida al salario que tenía antes de ser despedido y cuando ya no tenía esa entrada de dinero realmente la vi fea. Una liquidación no dura nada cuando se tienen deudas importantes y gastos fijos mensuales.
Ahora gano un poco menos pero me di cuenta que si no hubiera hecho tanto loco y no hubiera acomodado mi estilo de vida a ese salario, en este momento podría vivir muy bien con lo que me gano.
Ya no pretendo tanto… ya no estoy en esa carrera de los buenos salarios y los buenos puestos. La vida es para vivirla, no para pasar estresado por mi salario, mi jefe, que si tengo carro de agencia, mis viajes al extranjero, mis lujos…no los necesito...
Bretear es tan lindo que por eso nos pagan, pero si usted tiene brete y le alcanza para vivir tuanis siéntase feliz… tampoco es que ande de lame botas, pero considérese privilegiado.
En fin, se puede vivir tuanis con poco…pero ojo, tampoco se convierta en un mediocre.
Como me dijo un buen amigo: En cierto punto de la vida, es necesario que todos comamos caca un rato para aprender a valorar las cosas…para madurar/crecer.
Muchos dirán, "¡Eso no es comer caca! ¡Usted no ha vivido nada!" Sin embargo, para mí, en ese instante, en ese periodo de mi vida, comí caca y para mí eso fue una experiencia que me permitió madurar...comer mierda puede tener muchos significados para cada persona.
Me alegro de haber comido caca un rato. He madurado, definitivamente no soy el mismo de unos meses atrás. Lo mejor viene cuando nos levantamos de nuevo y le podemos decir al banco: “le pago esta quincena que viene”.
Si usted no ha comido caca todavía, prepárese puede que lo esté esperando a la vuelta de la esquina…y cuando menos lo espere…
Fuente: FACEBOOK/ Autor: Diego Monge Brenes
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