Definición:
La puntualidad es el cuidadoso esmero en hacer las cosas en el tiempo prometido, o llegar a un sitio a la hora acordada. Ejemplos: Necesito entregar este trabajo puntualmente; estas llegando tarde a tu trabajo, tu puntualidad deja mucho que desear; el servicio aéreo es muy puntual, los aviones parten a la hora fijada.
Puntualidad:
La puntualidad varía con arreglo a la cultura y su contexto social. En occidente un atraso de quince o veinte minutos es tolerable, en circunstancias normales, para encontrase con alguien, llegar a una casa de visita etc. En las culturas orientales resulta ser una falta de respeto faltar a la puntualidad en sus compromisos, de la índole que sean.
Aun con sus excepciones, se estima que los británicos son puntuales, y así se habla de la puntualidad británica, por estimarse que los ingleses se les consideran como personas que siempre llegan a tiempo a sus citas o sus compromisos. Tal consideración la encontramos en novelas como la de Julio Verne, donde nos presenta el caballero inglés siempre con su bombín y su reloj de bolsillo, “ En veinte Leguas de viaje submarino” o bien Phileas Fogg, en la “Vuelta al mundo en 80 días”
Este elemento social resulta de mucha importancia en el desempeño de labores, maestros y alumnos en los horarios escolares, colegios, universidades, oficinas de gobierno, en la actividad pública y privada, fábricas, negocios comerciales, etc. Si la persona no cumple con la puntualidad de su horario puede ser sancionado y hasta cesado en su labor.
Para cumplir este requisito de puntualidad, tanto en la vida laboral como la personal, se recurre a instrumentos y trucos a su alcance: Alarmas, despertadoras, relojes con sus dispositivos sonoros, adelantar la hora en sus relojes, todo para evitar llegar tarde a cumplir sus obligaciones o ser impuntual.
La prestación de los servicios de transporte público deben ser puntuales, sus usuarios así lo demandan, pues ellos también deben ser puntuales en llegar a cumplir sus diversas obligaciones, actividades, citas etc.
En nuestro medio, en los cumpleaños y en otros eventos sociales, se suele anunciar para una hora antes, con el propósito de dar tiempo a que los invitados llegan poco a poco. Esta es la puntualidad que nos caracteriza.
La puntualidad como factor básico de trabajo:
La puntualidad resulta ser un factor esencial de tu trabajo, es disciplina acudir a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: Un cita de trabajo, una reunión de vecinos, de amigos, un compromiso, la entrega de un trabajo pendiente etc.
El valor de la puntualidad es preciso para otorgarle a nuestra personalidad carácter, orden, disciplina y eficacia; al vivir este valor a plenitud estamos en condiciones de ejecutar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser dignos de confianza. La impuntualidad conduce a la desorganización de nuestro tiempo, de planeación de actividades. Detrás de esto, debemos tener en cuenta una agenda, una cita para un trabajo, la reunión para concretar un negocio, o la cita para reunirnos con el Director de un Centro de Estudios, de Negocios, etc., nos preocupamos y hacemos lo imposibles por ser puntuales; pero si se trata de alguien que no nos interesa, hacemos lo posible por ser impuntuales. Hay que ser conciente que toda persona, evento, reunión, actividad o cita tiene su grado específico de importancia. Ser puntual, con nuestra palabra se garantizaría nuestra asistencia puntual al evento que se trata.
Otros elemento que conspiran contra nuestro deber de puntualidad, poco perceptivos, se originan en nuestro interior, nos imaginamos, recordamos, recreamos, y hasta pensamos muchas cosas diversas a la hora del baño, o mientras descansamos en cama o en el sofá, cuando vamos al Súper por lo que nos hace falta, algún pequeño receso, el tiempo se nos va tan rápido que cuando despertamos, al darnos cuenta de la hora, poco podemos hacer para enmendar el descuido. Contra todo esto en conveniente concentrarse en la actividad que estamos o debemos cumplir, para evitar divagar y aprovechar el tiempo en la tarea de nuestra responsabilidad
Es conveniente y de gran utilidad programar la alarma de nuestro reloj, solicitarle a un amigo o vecino que nos recuerde la hora de cumplir nuestras obligaciones puntuales, lo que viene a ser una forma de enmendar nuestra impuntualidad.
El colmo de la impuntualidad se refleja muy bien en los que se distinguen y se ufanan por ser impuntuales, llegar tarde a cumplir sus obligaciones es una forma de llamar la atención, cuando esto es en realidad una falta de seguridad en si mismo y de carácter. “ Si quieren, que me esperen” Para qué llegar a tiempo, si no pasa nada… es lo mismo siempre” Estas actitudes son claras evidencias del poco respeto, y que decir de aprecio, que sienten estas personas por si mismas y los demás, su tiempo y sus actividades.
Los pretextos y justificaciones están mas que agotados para los impuntuales, nadie les cree. A los puntuales, por el contrario, si se retrasan y se reportan, son sujetos de credibilidad por su responsabilidad, constancia y sinceridad, pues no se duda de que algún contratiempo importante lo retrasara.
Una forma de corregir nuestra impuntualidad es hacerse de una agenda, pedir ayuda y buscar la causa; pero poner empeño, voluntad y decisión. “Quiero ser puntual desde mañana” NO DESDE HOY. Para crecer y hacer más firme este valor en tu vida, puedes iniciar con estas sugerencias: Examínate y descubre las causas de tu impuntualidad: pereza, desorden, irresponsabilidad, olvido, etc. Busca un medio apropiado para combatir la causa principal de tu problema, evita distracciones y descansos ociosos, levántate mas temprano de lo habitual para tu arreglo personal, usa el despertador. Aunque sea algo latoso, elabora por escrito tu horario y plan de actividades del día siguiente. Si tienes muchas cosas que atender y te sirve poco, hazlo para la semana. En lo sucesivo te será más fácil incluir otros eventos y podrás calcular mejor tu tiempo y tus posibilidades de cumplir con todo. Ten presente que con voluntad y sacrificio logramos lo que nos proponemos.
PROTEJA LA NATURALEZA: SIEMBRE UN ÁRBOL.
La puntualidad es el cuidadoso esmero en hacer las cosas en el tiempo prometido, o llegar a un sitio a la hora acordada. Ejemplos: Necesito entregar este trabajo puntualmente; estas llegando tarde a tu trabajo, tu puntualidad deja mucho que desear; el servicio aéreo es muy puntual, los aviones parten a la hora fijada.
Puntualidad:
La puntualidad varía con arreglo a la cultura y su contexto social. En occidente un atraso de quince o veinte minutos es tolerable, en circunstancias normales, para encontrase con alguien, llegar a una casa de visita etc. En las culturas orientales resulta ser una falta de respeto faltar a la puntualidad en sus compromisos, de la índole que sean.
Aun con sus excepciones, se estima que los británicos son puntuales, y así se habla de la puntualidad británica, por estimarse que los ingleses se les consideran como personas que siempre llegan a tiempo a sus citas o sus compromisos. Tal consideración la encontramos en novelas como la de Julio Verne, donde nos presenta el caballero inglés siempre con su bombín y su reloj de bolsillo, “ En veinte Leguas de viaje submarino” o bien Phileas Fogg, en la “Vuelta al mundo en 80 días”
Este elemento social resulta de mucha importancia en el desempeño de labores, maestros y alumnos en los horarios escolares, colegios, universidades, oficinas de gobierno, en la actividad pública y privada, fábricas, negocios comerciales, etc. Si la persona no cumple con la puntualidad de su horario puede ser sancionado y hasta cesado en su labor.
Para cumplir este requisito de puntualidad, tanto en la vida laboral como la personal, se recurre a instrumentos y trucos a su alcance: Alarmas, despertadoras, relojes con sus dispositivos sonoros, adelantar la hora en sus relojes, todo para evitar llegar tarde a cumplir sus obligaciones o ser impuntual.
La prestación de los servicios de transporte público deben ser puntuales, sus usuarios así lo demandan, pues ellos también deben ser puntuales en llegar a cumplir sus diversas obligaciones, actividades, citas etc.
En nuestro medio, en los cumpleaños y en otros eventos sociales, se suele anunciar para una hora antes, con el propósito de dar tiempo a que los invitados llegan poco a poco. Esta es la puntualidad que nos caracteriza.
La puntualidad como factor básico de trabajo:
La puntualidad resulta ser un factor esencial de tu trabajo, es disciplina acudir a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: Un cita de trabajo, una reunión de vecinos, de amigos, un compromiso, la entrega de un trabajo pendiente etc.
El valor de la puntualidad es preciso para otorgarle a nuestra personalidad carácter, orden, disciplina y eficacia; al vivir este valor a plenitud estamos en condiciones de ejecutar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser dignos de confianza. La impuntualidad conduce a la desorganización de nuestro tiempo, de planeación de actividades. Detrás de esto, debemos tener en cuenta una agenda, una cita para un trabajo, la reunión para concretar un negocio, o la cita para reunirnos con el Director de un Centro de Estudios, de Negocios, etc., nos preocupamos y hacemos lo imposibles por ser puntuales; pero si se trata de alguien que no nos interesa, hacemos lo posible por ser impuntuales. Hay que ser conciente que toda persona, evento, reunión, actividad o cita tiene su grado específico de importancia. Ser puntual, con nuestra palabra se garantizaría nuestra asistencia puntual al evento que se trata.
Otros elemento que conspiran contra nuestro deber de puntualidad, poco perceptivos, se originan en nuestro interior, nos imaginamos, recordamos, recreamos, y hasta pensamos muchas cosas diversas a la hora del baño, o mientras descansamos en cama o en el sofá, cuando vamos al Súper por lo que nos hace falta, algún pequeño receso, el tiempo se nos va tan rápido que cuando despertamos, al darnos cuenta de la hora, poco podemos hacer para enmendar el descuido. Contra todo esto en conveniente concentrarse en la actividad que estamos o debemos cumplir, para evitar divagar y aprovechar el tiempo en la tarea de nuestra responsabilidad
Es conveniente y de gran utilidad programar la alarma de nuestro reloj, solicitarle a un amigo o vecino que nos recuerde la hora de cumplir nuestras obligaciones puntuales, lo que viene a ser una forma de enmendar nuestra impuntualidad.
El colmo de la impuntualidad se refleja muy bien en los que se distinguen y se ufanan por ser impuntuales, llegar tarde a cumplir sus obligaciones es una forma de llamar la atención, cuando esto es en realidad una falta de seguridad en si mismo y de carácter. “ Si quieren, que me esperen” Para qué llegar a tiempo, si no pasa nada… es lo mismo siempre” Estas actitudes son claras evidencias del poco respeto, y que decir de aprecio, que sienten estas personas por si mismas y los demás, su tiempo y sus actividades.
Los pretextos y justificaciones están mas que agotados para los impuntuales, nadie les cree. A los puntuales, por el contrario, si se retrasan y se reportan, son sujetos de credibilidad por su responsabilidad, constancia y sinceridad, pues no se duda de que algún contratiempo importante lo retrasara.
Una forma de corregir nuestra impuntualidad es hacerse de una agenda, pedir ayuda y buscar la causa; pero poner empeño, voluntad y decisión. “Quiero ser puntual desde mañana” NO DESDE HOY. Para crecer y hacer más firme este valor en tu vida, puedes iniciar con estas sugerencias: Examínate y descubre las causas de tu impuntualidad: pereza, desorden, irresponsabilidad, olvido, etc. Busca un medio apropiado para combatir la causa principal de tu problema, evita distracciones y descansos ociosos, levántate mas temprano de lo habitual para tu arreglo personal, usa el despertador. Aunque sea algo latoso, elabora por escrito tu horario y plan de actividades del día siguiente. Si tienes muchas cosas que atender y te sirve poco, hazlo para la semana. En lo sucesivo te será más fácil incluir otros eventos y podrás calcular mejor tu tiempo y tus posibilidades de cumplir con todo. Ten presente que con voluntad y sacrificio logramos lo que nos proponemos.
PROTEJA LA NATURALEZA: SIEMBRE UN ÁRBOL.